Capítulo 41

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Park Jimin cayó al suelo, la sangre que estaba vomitando le destrozó el pecho. El dolor parecía obligarle a permanecer como si fuera un diminuto ovillo. Se estaba asfixiando, como en las veces anteriores...

Miró el anillo de su dedo anular en la mano derecha. Lo llevaba todo el tiempo durante más de diez años. Lo veía siempre que tenía algún problema y se convirtió muy pronto en una cuerda que le sostenía firmemente y lo anclaba a su propio y caprichoso amor.

Las cosas que eran preciosas para él son baratas y estúpidas a los ojos de los demás. Los hechos crueles continúan pasando frente a sus ojos como un desfile interminable que le dice claramente: «Tu existencia es una broma».

Su anillo le parece molesto y se demora demasiado en quitarlo. Es difícil verlo y es doloroso el levantarlo. Pero sabe que este pequeño círculo plateado no es más que un rastro vano y superficial de lo que alguna vez tuvieron. De los momentos que ya no están.

Cerró los ojos, se limpió la boca y dejó el anillo lejos... Excepto por el suave sonido del piso crujiendo al fondo cuando caminó, no dejó nada de él atrás.

✤✤✤✤✤✤

Park ha estado recostado en la cama durante mucho tiempo y al final, cuando se siente menos destrozado, se levanta, lava su cara, se limpia la ropa y cocina para los gatitos. Sintió que posiblemente estaba de verdad muy adormecido, como si fuera una marioneta forzada a mover sus extremidades...

Sollozó, por los viejos tres años y los pocos días que le quedaban.

Cuando Min Yoongi regresó a su casa, Park Jimin estaba leyendo un libro en la sala de estar. No reaccionó ante el sonido de la puerta moviéndose, sólo se dedicó a continuar con su lectura con una sonrisa de completa satisfacción.

—Pequeño Park.— Min Yoongi parecía aliviado por su sonrisa. Mirarlo disfrutar de algo fue como si hubiese tomado una profunda bocanada de aire fresco después de esos días que le parecieron más bien como una década. Él dijo. —Estoy de vuelta.

Park Jimin dejó suavemente sobre el sofá la sencilla colección de poesía clásica, y miró al hombre que estaba en la entrada sin mover ni un sólo músculo. Min Yoongi tiene un gran ramo de jazmines en las manos, sus ojos son profundos y también lucen cariñosos.

Park dijo con una sonrisa:

—¿Son para mí?

Se levantó para recoger las flores, y Min Yoongi le dio entonces un beso en la mejilla.

—Por supuesto, que son tuyos. Tú eres mi jazmín.

Park Jimin tomó el ramo, pero no pudo encontrar pronto un jarrón. Después recordó que el jarrón ya se había roto. Min Yoongi observó con una mirada tonta a Park Jimin, parado con su gran ramo de flores en medio de la casa. Incluso parecía que comenzaba a sentirse incómodo por la forma en que lo hacía.

—Cuándo las flores se sequen, podemos guardarlas. En tu libro se verían bien.— Min Yoongi sonrió. —¿No comes todavía? Voy a hacerte algo rápido.

Son apenas las seis de la tarde y Park Jimin no acostumbra a comer tan temprano. Las medicinas son suficientes como para hacerle sentir lleno. Park Jimin se para junto a la puerta de la cocina y mira a Min Yoongi con el mismo aspecto de un niño. Park decía cosas como:

—Ponle sal. No pongas vinagre. ¿El pescado lleva cilantro? Qué estúpido...

Min Yoongi terminó colocando sal de más. Sacudió la mano y vertió una gran cantidad de vinagre antes de arrojar el perejil.

—Si esto termina teniendo mal sabor, voy a culparte a ti.

Min Yoongi sonrió y pellizcó la mejilla de Park Jimin. Él se sintió herido por el toque de su mano.

Park Jimin terminó teniendo tres platos frente a él y una sopa caliente de tomates. El primer plato que Min realizó bajo la "guía" de Park Jimin, no podría resultarle menos apetecible.

En ese momento, Min Yoongi descubrió que el anillo en la mano de Park Jimin se había ido.

—¿Y tú anillo dónde está?

—¿Dónde está? ¿No será que sólo olvidé donde lo puse? No lo perdí, seguramente está aquí en la casa.

Park Jimin utilizó el mismo tono de la respuesta que una vez Min Yoongi le dio.

La cara de Min cambió, pero se suavizó rápidamente. Miró la huella pálida en el dedo de Park Jimin y dijo:

—Pequeño Park, no te preocupes. En año nuevo, tendremos unos anillos de pareja mucho más elegantes que esos. Te van a gustar más.

Park Jimin dejó sus palillos sobre la madera. Min Yoongi siente que hay algo sobre él que no está completamente bien y, sin embargo, no se atrevió a preguntar. Temía que una frase mal empleada hiciera estallar a Park Jimin como ocurrió en días anteriores.

Tenía muy claro que Park Jimin todavía poseía una infinidad de quejas contra él que todavía no había desahogado. Park Jimin se negó a comer más, y Min Yoongi ya no tenía apetito.

Min Yoongi se sentó y lo miró como si esperara que hiciera algo. Observó a Park Jimin limpiar el tazón, observó a Park Jimin alimentando al gato y vio a Park Jimin sentado en el sofá y leyendo con atención otro libro de poesía. Ninguno de los dos sabía cuánto tiempo habían estado sentados, hasta que Park Jimin entró al baño de la habitación. Min Yoongi reaccionó. No se atrevía a marcharse a dormir si Park Jimin no iba con él. Sólo pudo sostener una almohada entre sus piernas y cerrar los ojos...

✤✤✤✤✤✤

En la opinión de Min Yoongi, la apariencia de Park Jimin es espectacular cuando sale del baño. Su cabello todavía gotea y su cara húmeda tiene un ligero rubor rosa. Su rostro era pequeño y blanco, y su ceño fruncido tenía un efecto absolutamente hipnotizante en él.

Min Yoongi fue a bañarse y al salir, Park se hundió un poco más bajo las sábanas y fingió estar dormido.

Min Yoongi se acostó con él.

Sintió al hombre abrazarle por detrás, besarlo y recorrer con sus labios desde la parte posterior de su cuello hasta el punto más sensible de su delgada espalda. Su voz era grave y ronca cuando dijo:

—Mi pequeño Park...

Park Jimin sólo pudo pensar en que Min Yoongi había estado sostenido a otro hombre la noche anterior así que ahora, se siente asqueado de tenerlo incluso en su propia cama.

Park Jimin se quejó:

—Tengo sueño.

La mano de Min Yoongi penetró el pijama de Park Jimin y le tocó por la cintura:

—Sólo una vez.

Jimin jadeó y susurró suavemente:

—No está permitido ni una sola vez.

Min Yoongi sonrió y le mordió el cuello a Park Jimin, su voz era muy profunda:

—Prometo ser amable.

De hecho, cuando Min Yoongi era completamente amable, nadie podía negarse. Besó pacientemente y con cautela el pecho de Park Jimin, y una vez más usó la boca para acariciarle cada parte de la piel. Estaba casi gimiendo en la oreja de Park Jimin cuando le dijo:

—No te voy a herir más en el futuro. Lo del desgarre fue un accidente.

Park Jimin tuvo náuseas y se levantó de inmediato.

Min Yoongi entró al baño tras de él y fue testigo de cómo vomitaba violentamente sobre el inodoro. Min Yoongi encendió las luces, caminó hasta llegar a su lado, le acarició la espalda y beso con delicadeza sobre su cabeza. Estaba repleto de sudor.

—¿Te duele?

Jimin negó con la cabeza:

—No me duele nada. Es un resfriado.

Min Yoongi apretó los dedos de Park Jimin y terminó ayudándole a enjuagar su boca.

El presentimiento en su corazón todavía existe.

Min Yoongi se movió para besarle la cara, un beso que parecía desesperado.

—Te amo. No me dejes.

Park Jimin no respondió.

Los diez años en que más te amé ๑ yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora