RECUERDOS

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06/10/2014


Cada célula del cuerpo del pequeño Beta le gritaba que no debía estar ahí, sus extremidades apenas y respondía a lo que les pedía hacer. Sin embargo, ahí estaba. Escondido dentro del armario en la oficina de su padre mientras él y su madre tenían una reunión con dos hombres que pintaban ayudar al padre del Beta con los trabajos de los cuales se negaba a hablar.

Contuvo la respiración cuando su padre ofreció servir un vaso de su reserva personal, sentía cada latido del corazón en la garganta que ahora se encontraba seca pues su padre se aproximaba cada vez más a lo que estaba a punto de convertirse en su fallido escondite.

— "No molestamos. No necesario." Los finos labios del castaño se transformaron en una línea recta por la presión que ejercía sobre estos, aquel acento y forma extraña de hablar. ¿alemanes? ¿rusos? A pesar de considerarse bueno en los idiomas, no lograba identificarlo. — "No es ninguna molestia, es mera amabilidad de tratar bien a mis mejores socios." Respondió su padre encogiéndose de hombros, pero no insistió más y se alejó de a poco volviendo a su lugar.

Espero al menos cuatro horas a que terminaran su reunión de negocios. Sus piernas estaban entumidas por estar tanto tiempo en la misma posición tratando de hacer el menor ruido posible. Cuando vio a sus padres y a aquellos Alfas abandonar el lugar, obligó a sus piernas a moverse y así salir corriendo a su habitación en cuanto tuvo oportunidad.


25/01/2015


La comida en su plato seguía intacta mientras jugaba un poco con el trozo de pescado que estaba en este, moviendo de un lado a otro el pequeño trozo que había cortado obligándose a comer a pesar de no tener apetito.

— "No, no. Eso no estaba planeado." Levanto la mirada al escuchar el marcado acento italiano de su padre para percatarse que estaba al teléfono exaltado mientras caminaba fuera del comedor y su madre le seguía enseguida con el ceño fruncido. — "No me importa lo que deba hacerse, si es necesario... mátenlos." El joven Beta se limitó a ignorar aquello, pues sabía que no debía meterse en los asuntos personales de su padre. Bajo de nuevo la mirada al plato y comenzó a juguetear con la comida hasta que se dio por vencido y decidió salir al jardín sin haber probado bocado alguno.

Sabía que sus padres armarían un escándalo por la llamada que acababan de recibir, tan sólo pensar en ello le hizo doler la cabeza. Sin embargo, no pudo evitar la sonrisa que se formó en su rostro al ver su lugar favorito en aquella enorme y fría casa, el jardín. Su cuerpo caminaba casi en automático sintiendo el agradable calor del sol dar contra su blanquecina piel, provocando al Beta cerrar los ojos al instante, disfrutando de la sensación de calidez que éste provocaba sobre su piel. Aquel momento de paz era lo que uno llama la calma antes de la tormenta, pero claro, él no era consiente de aquello.


22/12/2015


Su madre le miro con una disculpa en los ojos antes de salir de la habitación dejándolo solo frente al caballete que tenía frente a él. Frunció el ceño y apretó sus labios hasta que se formó una línea recta. — "No sé ni porque me esfuerzo." Dijo para si mismo mientras bajaba la mirada para observar la paleta y el pincel en sus manos llenas por doquier con la pintura que estaba usando hace unos segundos. Dejó caer las cosas al piso, importándole poco si se manchaba la costosa alfombra blanca con la que el piso estaba cubierto. — "Igual les importa una mierda, siempre es trabajo. Siempre." Parecía loco hablando consigo mismo cuando salió de aquel lugar para irse directo a su habitación, dejando detrás la pintura de sus padres que se encontraba haciendo antes de que el Beta mayor recibiera una llamada y decidiera sin más abandonar la habitación con su madre detrás de él.

Sacra CoronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora