Querid@ lector/a:
Si te estas preguntando que es lo que le pasó a Cheeks, ni yo misma lo sé bien. Empecé escribiendo estas cartas yo para el chico que me gustaba, pero pasaron a ser dos entes de ficción ajenos a mi. Ya no es mi vida, es una historia. Ya no es real. Me gustaría pensar que pudo haber sido real. Me gustaría pensar que la Cheeks que se fue es feliz y encontró al hombre de sus sueños y en estos momentos esta en una Góndola veneciana mirando pasar la vida. Si les soy sincera, en cambio, creo que todavía no es feliz. A lo mejor más adelante descubrimos (juntos, tú y yo) lo que le pasó a la pequeña y enamoradiza Cheeks que se fue. Por ahora, dejémosla ser.
Lector, gracias por seguirnos. Gracias por entender, o tratar de entender, que esta chica necesitaba ver su vida desde afuera y escribir para si, aún haciéndote pensar que está loca (y lo está, y lo estoy) y por aguantar los cambios de persona, las faltas de ortografía y el bagaje emocional de ambas, de la Cheeks real, y de la Cheeks de ficción. Gracias.
Suyas,
La Cheeks que no se fue, y la Cheeks que se fue, desde donde quiera que esté.
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Notas sobre él
RomanceNunca pude imaginar que se instalaría de esa manera en mi a vivir. Pero lo hizo. No lo puedo culpar. Y no me importa. Pero tenía que decirle lo que sentía, aunque nunca se fuera a enterar. Bruno, estas cartas son para ti.