JungKook había tenido la amabilidad de conducir hasta su casa. Por ratos, su forma de consolar a JiMin llegaba a ser insinuosa, pero no podía evitarlo. En su estado normal, el pequeño JiMin siempre daría la impresión de necesitar ser protegido. Ahora que de verdad estaba en una posición vulnerable, esta impresión se intensificó y le dificultó a JungKook seguir enfocado en destruir a YoonGi, cediendo a acariciar la cabeza de JiMin.
—Todo está bien, JiMinie.
JiMinie, incluso después de todo el recorrido en coche, seguía sintiendo pánico. Sus lágrimas salían en modo automático, y su mente permaneció nublada. Sus rojos e hinchados labios producían balbuceos.
—Kookie, ¿por qué yo?
Fue lo único que Kook distinguió entre tantos sollozos. Y sintió pena porque, en efecto, ¿por qué el?, ¿por qué le ocurría esto a una persona tan inofensiva como JiMin? Y también sintió culpa, porque él mismo, Jeon JungKook, había sido parte de la miseria por la que pasó este ex novio suyo, el que lo dejó como segunda opción por años y lo usó sin considerar sus sentimientos. No supo qué responderle al chico sentado en su regazo, sólo suspirar y seguir acariciando su espalda. Pero ahora sería diferente, ahora amaría y protegería a JiMin como no lo hizo antes, aunque este no corresponda sus sentimientos. Así que cerró los ojos y respiró profundamente para decir:
—JiMinie, todo mejorará. Te lo prometo.
JiMin lo escuchó pero no le dio importancia, pues asumió que era una promesa lanzada al aire con el fin de hacerle sentir mejor, así que siguió llorando. No pasaría, el día lunes tendría que ir al trabajo, encontrarse con Min YoonGi y con las miradas de las otras personas, los llamados compañeros de trabajo.
Sin embargo, esto era sólo lo que JiMin creía en ese momento. De todas formas, nadie sabe lo que pueda pasar en el futuro, y menos JiMin, quien era incapaz de ver todas las posibilidades que tenía en frente suyo, sentado en el sillón de su sala.
—JungKookie
Se pudo escuchar luego de una pausa, cuando finalmente se había tranquilizado. JungKook centró su atención en él otra vez, y escuchó atentamente.
—¿Si?
Aquellos ojos saltones conectando con los ojos llorosos que tenía en frente.
—¿Puedes quedarte?
El corazón de JungKook se entibió. Ni siquiera lo pensó dos veces.
—Claro que sí, JiMinie.
Esa noche durmieron juntos, como el vívido recuerdo de los primeros meses hacía unos años, cuando sus sentimientos eran correspondidos mutuamente, el recuerdo del calor ajeno. Circunstancias diferentes, pero el mismo sentimiento de aquellos cálidos días.
JiMin se despertaba asustado de rato en rato, la pantalla de su mente convirtiendo aquellos traumáticos sucesos en pesadillas cada una de las veces. Pero él retomaría su siesta cuando Kook rodeara su débil cuerpo con sus brazos, y le dijera que todo estaba bien, que ya pasó y no tiene de qué preocuparse. Ese ciclo, hasta escuchar la alarma que, por cierto, sonó cuando por fin logró conciliar el sueño y así dormir de corrido. Así era la vida de un joven promedio, ser uno de ellos significaba sacrificar energía, tiempo libre y horas de sueño.
Banananananananana... Good morning!
Quejidos de ambos resonaron en la habitación, pues ellos ya sabían lo que significaba aquel sonido que se rompía el silencio de las cinco de la mañana. Ninguno había podido dormir bien, uno por despertarse aturdido y el otro por calmar al que se despertaba aturdido. Y este no era el único motivo por el cuál no ir, claro está.
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• I N F O R M A L • yoonmin +18
FanfictionJimin, muy enamorado y con ganas de follar, comienza a hablar con el infiel gerente, Min Yoongi, por chat, un chat hot. Se pasan nudes, audios, fotos y más. El gerente del área de compras, Min Yoongi, piensa que son completamente desconocidos, pero...