[ Uno ]

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♡ Eres como un gato, cuando no está en casa él siempre se preocupará por tu paradero.


☆゜・。。・゜゜・。。・゜★


El ruido de las copas chocando se oía por todo el establecimiento, aún más fuerte específicamente en la tercera mesa del fondo, la cual, rebasaba de botellas de soju vacías y cientos de pequeños platos de porcelana con aperitivos. La suave música de fondo contrastaba con la voz de uno de los presentes en la mesa quien cantaba sorprendentemente afinado alguna de las baladas populares de su país.

Shindou tardó en reconocerla, pues, a estas alturas el pequeño establecimiento en el barrio coreano ya estaba abarrotado de gente. Sin embargo, solo bastó oír su risa para saber que era ella. Nunca podría confundirla.

Suspiró de forma sonora y dramática al verla rodeada por sus compañeros de piso, todos eran estudiantes de intercambio de Corea del Sur, ahí estaban de entre los nombres que recordaba; Jung de Mecatrónica, Park de Economía y Kim de Medicina. Debería ser reconfortante para ellos estar aquí y sentirse como en casa.

Pero en este momento no le importaba realmente.

Shindou caminó entre las mesas, suavizando su expresión y conteniendo sus ganas de contar cuantas botellas había bebido su pareja—. ________________.

En efecto, Shindou You estaba ahí parado, vestido de traje y corbata. ¿Abria salido de alguna reunión con sus colegas acaso?

La grave voz del universitario se distinguió con creces de entre las demás. Fue en ese momento en el que una fría sensación recorrió la espina dorsal de la mujer, quien, hasta entonces no se había percatado de la presencia de Shindou—. ¡Shi-Shindou! Que sorpre... ¡Hip!... sa.

You movió la cabeza de izquierda a derecha, negando con desaprobación ante el deplorable estado de ebriedad de su novia—. Pronto será medianoche —exclamó, acercándose lo suficiente como para tomar sus manos entre las suyas—. Tenemos que tomar el tren en un par de horas, no podrás viajar si continúas así —regañó, tirando de las muñecas de su pareja—. Vámonos.

Los presentes ya estaban acostumbrados a aquellas escenas peculiares, pues, ninguno podía cubrir el sol con un dedo ó meter las manos al fuego por ________________, la conocían demasiado bien. No era exactamente una chica de su casa.

Aunque hubiera un importantísimo examen de fin de curso al día siguiente ella siempre aceptaría asistir a alguna salida improvisada entre amigos.

El primero en soltar una carcajada fue Park, quien, casi se atraganta con un bocado de gimbap—. ¡Oh, Dios! Esto me recuerda tanto al novio de Jin Ryu —rió, hablando en su idioma. Ocultaba sus ojos bajo su mano, dando otro sorbo a su botella y dejando que su risa inundara la mesa—. ¿Acaso todos los japoneses son así?

Comprendo el sentimiento —rieron tras de él Kim y Jung, recordando las escenas similares ocurridas en sus vidas.

Sabiendo que no habría escapatoria real cuando los tres hombres se pusieron a cuchichear sobre sus anécdotas, ________________ se rindió ante los esfuerzos de su pareja por llevarla, despidiéndose rápidamente y se dejándose hacer.

Shindou You sacó su billetera, dejando un par de billetes de valor alto para compensar los gastos de la comida y bebida. Además del mal rato que debieron pasar los meseros al atender a esos borrachos.

Él suspiró, conduciendo a su pareja a través de todo el mar de gente y las decenas de pequeñas callejuelas entre las que se encontraba oculto aquel bar. En algún punto simplemente se agachó, tomando el cuerpo de su pareja entre brazos y cargando con ella para facilitar las cosas, era demasiado tedioso tener que evitar cada cinco minutos que chocara con el letrero de algún supermercado.

El trayecto hacia el lujoso BMW de Shindou fue más rápido, antes de lo esperado ambos estaban a las afueras del parking que él había pagado para estacionar su vehículo.

________________ no opuso resistencia alguna, el ambiente era algo frío y el gélido viento otoñal causaba escalofríos en sus brazos desnudos, por lo que, se aferró al cuello de su pareja, estrechando el contacto en busca de calor.

—¿Sabes lo preocupado que estaba? —regañó Shindou, no quería alzar demasiado la voz, las paredes del estacionamiento ocasionaban eco, por lo que se oía más alto de lo normal. Incluso sus pisadas resonaron más de lo usual—. Estaba asustado —susurró casi en sollozo—. Me costó mucho encontrarte.

En su estado, ________________ aún fue lo suficientemente lúcida como para apreciar los brillantes ojos de su pareja ser iluminados por un delgado haz de luz naranja de alguna de las farolas de la calle, mantuvo silencio, simplemente apreciando la belleza fugaz del hombre, estrechó aún más su contacto, intentando ocultar su rostro y descubrir sus mejillas escarlata—. Aún así lo hiciste.

Las oscuras cejas de Shindou se elevaron con ternura a causa de las palabras—. Siempre voy a encontrarte.

Hubo un pequeño silencio entre ambos, en el cual sólo se podía oír el tintinear de las llaves y el sonido sordo de la puerta ser abierta automáticamente.

________________ apartó la mirada, se sintió cohibida de un momento a otro. Cuando descansó sobre los acojinados asientos traseros del vehículo incluso alejó su rostro, debía estar ardiendo—. No digas tonterías.

Shindou sonrió, recostando a su pareja. Entre alguno de los compartimientos descansaba una mullida manta ultramar, ya cargaba con ella como algo habitual.

En realidad, cualquiera podría darse cuenta de la presencia notoria que tenía ________________ en el vehículo, pues, varias de sus pertenencias reposaban en el escaparate, el interior del auto tenía el ligero aroma de su perfume e incluso varias prendas suyas aún estaban en el baúl.

Él no respondió a aquel último comentario, solo sonrió y prestó atención a esos pequeños detalles.

Estaba compartiendo todo con ________________, aunque no lo quisiera, siempre habria algo cerca que le recordara a ella.

Eso lo hacía feliz.

—Sé que te gusta ir de copiloto—susurró, dejando un beso en la frente de su pareja y dándole una última sonrisa—. Pero debes descansar—murmuró, arropando a su novia, acariciando sus mejillas tibias y apartando de su rostro un par de mechones—. Tomaremos el tren a Shizuoka pronto.

________________ se reconfortó bajo las mantas, somnolienta—. Vacacio... nes... yupi.

Él sonrió una última vez—. Te encontré.


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⏰ Última actualización: Jun 10, 2021 ⏰

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