Dejaría todo... [Erick Brian Colón]

• CAPÍTULO 40 •

Olivia

Acepté aquella propuesta de pasar un perezoso día en la casa del chico de orbes verdes, se encargó de pedir muchísima comida chatarra, que disfrutamos mientras se veíamos un montón de películas infantiles, gran parte de la categoría de princesas de Disney e incluso algunos especiales que han salido últimamente. Fue un buen día de relajo y descanso en familia, entre ellos comenzaban a agradarse mucho más, y afianzar un lazo más cercano.

Volví a casa acompañada de dos pequeños malhumorados, al parecer ambos amaron pasar el día junto a su padre y no querían volver a casa, tuve que convencerlos prometiéndoles que pronto lo verían nuevamente. Y no miento, por su excelente comportamiento en la escuela, ahora se quedarán por dos días con él. Debo admitir que aún estoy algo reacia a la idea de que estén por dos días completos juntos, pero creo que esto sucedería tarde o temprano, al fin de cuentas, es su papá después de todo.

Para mi suerte, Erick prometió venir por la mañana a buscar a los mellizos así no debía de levantarme más temprano sólo para ir a dejarlos a su apartamento. Pero a pesar de ello, mi jefe había insistido en que nos necesitaría a todos nosotros mucho más temprano de la hora habitual en la oficina.

Escucho sonar mi alarma e inconscientemente la apago, de modo perezoso me doy vuelta para ver a mellizos y despertarlos, pero antes de siquiera darme cuenta, me vuelvo a quedar dormida.

En definitiva, odio los lunes.

Recibo una patada de parte de Louis y me despierta, veo la hora y ¡No puede ser! Me he quedado dormida media hora y otra vez llegaré tarde. Para variar, estoy atrasada, como acostumbra a ocurrir cada inicio de semana. Me levanto rápidamente y corro a la ducha, dejo que el agua me despierte del todo para luego volver corriendo a la habitación para buscar algo decente para vestirme. Menos mal que se me ocurrió dejar la ropa que utilizaría más menos lista sobre la banqueta del cuarto.

Los mellizos por su parte también comienzan a levantarse y vestirse a su gusto y le doy palmaditas en la espalda a mi yo pasado por enseñarles a ser independientes, me ha facilitado la vida.

Si bien, se visten por su cuenta, no puedo evitar notar que la vestimenta no combina en lo absoluto y ni siquiera queda bien pero no creo que importe mucho, total sólo irán a la casa de Erick y ya. Leah trae puesto una falda de jeans junto a unas calzas de color rosa chillón y una camiseta negra con diseño de arcoíris, mientras que Louis se vistió con unos shorts ―sin considerar que estamos en pleno otoño― y una camiseta de autitos.

Me visto con la ropa que había dejado preseleccionada ayer por la noche, unos pantalones de vestir muy elegantes color rojo vibrante, una blusa blanca y un blazer a juego con el pantalón, los zapatos de tacón me los calzaré antes de salir ya que perseguir a mis dos torbellinos en tacones debería ser considerado como un deporte extremo. Lucas grita avisando que ya se van, lo que significa que me he quedado sin transporte, tendré que apurarme y cruzar los dedos para encontrar bus a tiempo.

Voy al baño en busca de un espejo para peinarme, con una coleta alta sujetando la mitad de mi cabello y para el resto con unas simples ondas gracias a la onduladora me basta, aplico un poco de fijador y añado algunos accesorios como aretes y me maquillo sutilmente.

Corro de un lado a otro por la cocina, que suerte que anoche dejé gran parte de las cosas avanzadas, no debo de preocuparme por la mochila de los niños porque ya lo hice anoche. Busco en la alacena algo para su desayuno porque por lo atrasada que estoy, no creo alcanzar a preparar algo más, con unos jugos en caja y galletitas creo que será suficiente y le entrego a cada uno su respectivo desayuno, saco una manzana para mí y corro a la puerta porque han llamado al timbre.