YoungJae esperaba sentado a que JuYeon termina de confesarle sus sentimientos a SunWoo. Sabía que el otro le diría que sí. Se mira las manos, es mejor que ver la escena que no está dispuesto a mirar. Le temblaba el cuerpo, pero había aprendido a disimular. Pero él prefería poder apreciar la enorme sonrisa que JuYeon cargaría cuando el otro también se terminará confesando.
Le gustaba su amigo JuYeon, a pesar de que sabía que su amor nunca sería correspondido, le gusta verlo sonreír y ser feliz con alguien más. Así como ahora que estaba parado en un lugar considerable, sin que el otro pudiera sentirse incómodo con la presencia de YoungJae. Siguió cada uno de los movimientos del su amigo hasta que lo vio dejar de moverse, diviso que el otro había llegado.
YoungJae ahora con sus rodillas pegadas a su pecho, sonrió al ver que el par había compartido un pequeño beso en los labios. YoungJae supo que alguien más que no era él, iba a hacer feliz al otro. Con una sonrisa plasmada en su rostro, miro por última vez a su amigo, y a su ahora tal vez ¿novio?
Aunque en casa le esperaba la peor de las cosas, no iba a dejar de sonreír, no cuando JuYeon estaba feliz. Había decidido irse caminando. No iba a hacer la diferencia si llegaba más rápido, de todas formas le iba a ir igual.
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YoungJae llevaba una semana con la molestia cerca de una de sus costillas, había logrado hacer uso con el maquillaje, desde hace tiempo. Logrando que tapara aquellos hematomas que adornaban su rostro. Las sudaderas grandes tapaban sus manos, sin dejar que estás se asomara ninguno de sus dedos. Los pantalones deportivos eran de gran ayuda, la tela no rozaba con sus raspones y hematomas. YoungJae había aprendido a ocultar todo su dolor, y todas las cicatrices, maquillando todo siempre con una sonrisa plasmada en su cara, y su buen humor. Sin importar que tan mal estuviera en realidad.
YoungJae había estado viviendo ese infierno desde sus seis años de edad. Sabía que debería de denunciarlo y pedir ayuda, pero el miedo era más grande que todo. Él quería creer que cumpliendo los dieciocho años podría buscar la libertad que tanto anhelaba.
Estaba sentado viendo cómo sus demás compañeros comían, él aguantaba el hambre. No podía estar gastando toda su paga del trabajo en alimentos, tenía que dividirlos entre los materiales que le llegarán a pedir en clases, y a veces no lograba comprar todo. Prefería dormirse en sus horas de descanso. Eran las únicas horas en las que de verdad podía conciliar el sueño. Dejando caer su cabeza sobre sus brazos y con la capucha puesta de la sudadera, cerró los ojos, dispuesto a dormir y olvidarse del hambre que traía desde ayer.
No pasó mucho rato, cuando escucho la voz de JuYeon y SunWoo en dónde él estaba.
—Vamos YoungJae –Sintió un moviente. Con un poco de pereza abrió los ojos, tratando de enfocar su vista, divisando el color rosa de la sudadera que traía puesta.
Levantó su cabeza del lugar notando dos rostros sonrientes, mientras esperaban a qué YoungJae terminara de despabilar un poco su sueño. Una vez con su atención puesta en ambos, les regala una sonrisa, aún mantiene sus brazos sobre la mesa cruzados, sin dejar que alguna parte de sus dedos se asome.
— ¿Has comido ya?—Indaga JuYeon, sin dejar de mirarlo.
YoungJae se remueve incómodo en su lugar, mirando a su vez a SunWoo quien le da una mirada sería:
—No, comeré al rato. He quedado comer con unos compañeros—Contesta rápido, ingeniándoselas en crear una pequeña mentira.
JuYeon lo mira serio aún. YoungJae ya no está seguro si le cree o no. Ya no se cree capaz de seguir recibiendo comida de él, y ahora también de SunWoo quien se ha portado muy bien con él. YoungJae solo sonríe porque a pesar de que llevan nada conociéndose y conviviendo, SunWoo ha mostrado un tipo de preocupación por YoungJae.
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Fiebre |JuRic|
FanfictionUna fiebre hace que tenga una de sus peores delirios Eric. Idea completamente mía, prohibido cualquier tipo de traducción o adaptación. El material que se ocupa para las portadas no me pertenecen, yo solo la junto, créditos a quienes corresponda. D...