Disclaimer: Contenido y vocabulario +18, quedan advertidxs.
Keigo apenas podía aclarar su mente alrededor del apuro en el cual se encontraba actualmente. Ya no estaba ni remotamente en control de la situación. Rumi lo había enviado a la guarida del león y no tenía ni idea si saldría de nuevo y de una sola pieza.
Dijo que no me haría daño. Sí, pero él no sabía nada del otro. ¿Cómo podría saber que podía confiar en él?.
¡Era un extraño y lo tenía encadenada a un poste de madera para azotarle!.
Por lo menos lo había encadenado de cara al cuarto, por lo que podría ver lo que estaba pasando, en vez de hacerlo de cara a la pared, pero era un consuelo muy pequeño.
La única persona que sabía su destino era Rumi, que probablemente seguía tumbada en sus sábanas de satén leyendo la última novela de romance y comiendo bombones.
¡Yo debería haberme negado a hacer esto, debería haberme negado a intercambiarme con ella esta noche!
Pero tuvo que admitir que la situación en la que se encontraba era infinitamente peor que estar en el escenario delate de todos el alumnado tratando de recitar un monólogo que no sabía.
-Ya está.
Su voz lo despertó de su estado casi parecido a un trance que había atrapado su mente, y se dio cuenta que acababa de atar sus tobillos a la cruz con las suaves restricciones de cuero. Había estado arrodillándose a sus pies, y debería haber tomado la oportunidad de darle un puntapié en la cabeza y gritar pidiendo ayuda, pero había estado demasiado atrapado en sus pensamientos y se dio cuenta que había perdido su oportunidad.
Genial, Keigo. ¡Acabas de dejar al tipo que te ate con correas como un pollo frito mientras no haces nada para evitarlo!.
-Relájate -Dabi se levantó y se quitó el polvo de sus manos brevemente, como si hubiera terminado un trabajo duro y luego le sonrió.
Se quitó la chaqueta del traje negro, la corbata y la impecable camisa blanca, que él mismo había desabotonado. Colgó todo con esmero en una percha que también tenía una fusta de aspecto malvado y se volvió a él con el torso desnudo.
-¿Y ahora qué...Amo? -se apresuró a añadir al verlo con el ceño fruncido brevemente.
-Ahora vamos a darte una idea de tu propia medicina, cariño.
Se acercó, y pensó que parecía aun más grande ahora que estaba usando nada más que los pantalones de vestir negros y la máscara de cuero. Los músculos de su pecho se agruparon y flexionaron mientras se movía, y pudo ver que se había equivocado, que no era totalmente liso, después de todo. había una capa de cabello negro, levemente rizados entre los pezones. Bajaba en un estrecho sendero entre sus abdominales, y desaparecía bajo la pretina de sus pantalones.
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𝕊ℂ𝔸ℝ𝕊 [DabixHawks]
FanfictionLa mejor amiga de Keigo, quiere un favor. Necesita a Keigo para que se disfrace con su ropa de trabajo y se encuentre con un cliente importante haciéndose pasar por él. Sólo hay un problema. Rumi Usagiyama no es la banquera especializada en inversio...