Voces

Capítulo 11: Odio

-Soledad-

Caminé por el campamento de Arbiter Corp. Usé rocas para cubrirme, asegurándome de correr hacia cada una lo más rápido que pude y tan silencioso como pude. Esto no era como en otras situaciones; No me estaba abriendo camino a escondidas a través de un jardín patrullado por hombres mortales. No sabía por qué los guardias tenían los ojos rojos, o cómo controlaban las fusiones a sus lados o Lugia en el aire.

Lo que sí recordaba era que Katherine Verdana había comandado originalmente las fusiones en la Ciudad de Enfer a través de Kruismara, quien, de alguna manera, pudo "decirles" qué hacer. Nunca pensé mucho en cómo, y nadie más lo hizo. ¿Podrías culpar a alguien por no considerar esta conversación adecuada durante la cena? Pero estos hombres parecían estar controlando las fusiones individualmente. Incluso Verdana habría sido devorada viva si se hubiera enfrentado a su "gran" ejército de fusión sin Kruismara allí para decirles que no la coman.

¿Controlaban estos hombres esas fusiones de la misma manera que lo hacía Kruismara? Eso solo hizo surgir la vieja pregunta sin respuesta de cómo, exactamente, Kruismara siempre tuvo control sobre las fusiones, capaz de guiarlos incluso si eran continentes separados.

Recuerdo mis charlas con May después del ataque a la ciudad de Enfer. Ella explicó cómo Verdana había usado una muestra alterada del Virus para transformarse en una fusión durante su encuentro final, tanto para reflejar el monstruo que siempre quiso ser, como para poder defenderse de sus fusiones sin conflicto. ¿Eso tiene algo que ver con esto? Eso explicaría los ojos rojos de los guardias, una señal del virus de la quimera corriendo por su torrente sanguíneo, pero eso no respondió a la pregunta original de cómo Kruismara controlaba las fusiones, o cómo estos híbridos humanos de fusión estaban haciendo lo mismo.

Además, ¿cómo había controlado Verdana a Kruismara en primer lugar, antes de que se convirtiera en parte de las fusión?

Calmé mi mente antes de perderme en mis pensamientos y así concentrarme en la tarea que tenía entre manos. Este campamento probablemente tendría algunas respuestas, aunque solo fuera por lo que habían planeado para la fusión de Lugia. Debido a esto, sabía que no debería preparar mi rifle, salir corriendo y comenzar a ser feliz con el gatillo, a pesar de lo mucho que mi deseo de venganza intentaba persuadirme para que lo hiciera. No había muchos guardias aquí, pero eso no significaba que la victoria indemne estuviera garantizada, definitivamente no con Lugia todavía dando vueltas desde arriba.

Todavía en silencio, hice mi camino de roca en roca, asegurándome de que mis botas blindadas pisasen terreno plano. No quería patear un guijarro o algo así, para luego llamar la atención de la audición mejorada de una fusión y despertar a toda la cooperativa. Hacia el otro lado del campamento había lo que parecía una especie de oficina portátil de un piso. Sus ventanas estaban teñidas por la noche, pero incluso a través de ellas podía ver el brillo de los monitores en el interior. Si estuviera buscando respuestas, cualquier base de datos que trajeron estos tipos probablemente sería el mejor lugar para comenzar.

Me detuve cuando llegué a la parte trasera de la oficina. Tocando el costado de mi casco, encendí la visión térmica de mi visera y la escaneé. No pude ver las firmas de calor de ningún humano o fusiones en el interior. Miré por una de las ventanas. Más allá del resplandor de los monitores de computadora dentro de la habitación a oscuras, parecía vacío. Cogí un cuchillo de mi cinturón y lo usé para aflojar la ventana. Solo tomó unos segundos; un diseño barato, lo que demuestra que Arbiter Corp no era tan estricto en el mantenimiento de la seguridad como debería haber sido.