"Mierda". Eren se sienta, pasando una mano grande por su desordenado pelo castaño, la mitad en un moño, la otra mitad cayendo a los lados de su cara. Gime con fastidio, los ojos mirando hacia abajo el creciente problema en sus pantalones de deporte. Está duro.
Increíblemente duro.
Podría resolver su problema de una de dos maneras, una, por sí mismo con su propia mano, pero eso no sería mucho alivio. O dos... Los ojos esmeralda de Eren recorren la cama y se posan en tu forma de dormir, a su lado, con el pecho subiendo y bajando lentamente en respiraciones sincronizadas y la espalda mirando hacia él.
"Nena", te susurra al oído, dándote otro suave beso. "Despierta", gimes, respondiendo a sus insinuaciones mientras duermes y empujando hacia él. eren te besa la mandíbula y pasa el otro brazo por debajo de tu cuerpo, acercándote. Te llama suavemente por tu nombre, con la voz ronca por acabar de despertarse.
"¿Eren?", con los ojos aún cerrados, frotaste ligeramente tu culo contra su entrepierna, moviéndote arriba y abajo de forma perezosa. Eren entierra su cara en tu pelo, inhalando tu aroma con un dulce suspiro mientras se restriega en tu culo, haciéndote soltar un gemido de cansancio. Colocó una serie de besos al sur, llegando a tu nuca, recorriendo lentamente con sus grandes palmas por tu estómago hasta justo debajo de tus pechos.
"Te necesito..." su voz era baja y áspera, el aire caliente aterrizando en tu cuerpo, sonando la desesperación. Hiciste un ruido suave en respuesta, el sueño todavía pesado, pero una sensación de calor acumulándose en el fondo de tu estómago, te apretaste más en él, las manos de eren ahora ahuecando la parte inferior de tu pecho, los pulgares rodeando tus pezones por encima de tu camisa, su bulto ya duro creció aún más en sus bóxers, tu culo frotándose lentamente en él. Dren gimió en voz baja, encontrando su camino a tu oído.
"Te necesito tanto ahora mismo. ¿Puedo?", susurra. El cerebro se nubla, pero tú asientes con ganas. "Yo también te necesito, Eren", consigues murmurar, girando la cabeza para ver su figura. Aquél bonito ojiverde se despierta, sus labios rosados se encuentran con los tuyos con urgencia, besándote con cruda desesperación. las manos de este recorren tu cuerpo con avidez, acariciando cada curva y cada hueco. Jadeas, sintiendo cómo arrastra su boca por tu cuello, la lengua húmeda deslizándose hasta tu clavícula. Tus manos encuentran sus abdominales, deslizándose lentamente hacia abajo, sintiendo las duras ondulaciones, y finalmente aterrizando en su erección y palmeando. Eren gime, las vibraciones calientes calentando tu piel, rápidamente, con sus propias manos, se movió para deslizar sus bóxers hacia abajo alrededor de sus muslos. envolviendo tu puño alrededor de la base de su rígida polla, intentaste lo mejor que pudiste para masturbarlo, a pesar de tu estado de somnolencia.
Su carne era gruesa, venosa y caliente, mientras Eren enganchaba su brazo alrededor de tu cintura una vez más, la mano grande arrastrándose dentro de tus pantalones cortos para pasar sus dedos a lo largo de tus pliegues ya húmedos. "Pronto voy a estar dentro de ti, amor" dijo en tu boca, arrastrando tus braguitas por las piernas. Tú le ayudaste quitándotelos de una patada mientras él te apretaba el culo, masajeando en movimientos circulares con sus manos. "Eren, por favor", murmuraste, ahora despierta con una sensación de ardor mientras acariciaba tu cuerpo. Su polla estaba ahora entre tus piernas, tus gemidos desesperados eran música para sus oídos.
Frotó la cabeza rosada contra tu abertura, preparándose antes de hundirse dentro de ti. Entonces se movió lentamente, saboreando la suave sensación y gimiendo en tu nuca mientras se hundía, sus cuerpos estaban conectados, te abrazaba con fuerza, tu espalda presionada contra su pecho y sus labios pegados a tu pelo, sus suaves labios encontraron los tuyos, las lenguas se enredaron mientras empezaba a follarte duro y lento empujando hacia delante y hacia atrás, un ritmo delicioso que casi te hace llorar de la satisfacción, un gemido salió de tu garganta, animando a eren a ir más fuerte.
Por otro lado su boca encontró tu cuello, donde gimió profundamente, su lengua rosada chupó a lo largo de tu hombro, marcando tu piel como suya. Te apretaste contra él mientras sus manos subían por tu camisa, sus palmas calientes recorrían tu cuerpo, haciéndote enroscar los dedos de los pies donde derepente te pellizcó los pezones, haciéndote gemir, con los ojos cerrados de placer. Haciéndote enroscarte contra él, los brazos de tu novio te apretaron fuertemente contra su cuerpo.
"¿Siempre eres una buena chica para mí, incluso por las mañanas?" Su voz se nubló de placer, y tú asentiste, incapaz de responder pues un grito ahogado salió de tu garganta cuando eren volvió a tirar de tus duros pezones, con las caderas aún empujando con rudeza y tanta necesidad dentro de ti. "Te amo, tanto mocosa". Una de sus manos se desliza por tu estómago, con sus exquisitos y largos dedos presionando tu piel antes de encontrar su camino entre tus piernas lugar donde las yemas de sus dedos presionan tu clítoris, haciéndote lloriquear y quejarte aún más fuerte, haciendo el sueño lejos de tu mente. Él sigue empujando aún más rápido, su mente sólo en ti.
Sus dientes se hundieron en tu hombro, gimiendo por la sensación. "Joder". Sus manos encuentran tus caderas, sujetándote, empujando su polla tan profundamente como puede. "Te sientes tan bien". Empuja más, la polla deslizándose dentro y fuera. las yemas de sus dedos se frotan en tu clítoris, instándote a correrte primero. "E-eren. Estoy a punto de..."
"Correte." Su voz profunda te interrumpe y, con un nuevo empujón, te deshaces, apretándote a su alrededor dejando escurrir aquellos dulces jugos por su verga "Buena chica" las caderas de Eren siguen dentro de ti, alargando tu orgasmo. Al sentir su polla retorcerse dentro de ti, sabe que está a punto de soltarse. "¿Dentro?" Asientes con la cabeza, y con unos cuantos empujones descuidados más, se corre dentro de ti, su blanca semilla manchando tus paredes y deslizándose fuera, goteando sobre las sábanas haciendo un desastre entre tus pálidos muslos y los abiertos pliegues.
Deja escapar un largo gemido, apretando su cara contra tu cuello y jadeando, el pecho subiendo y bajando. "Mierda. Eso ha estado bien", soltaste una risita, sintiendo cómo te besaba el hombro con sus suaves labios estremeciendote, sintiendo cómo su polla seguía moviéndose dentro de ti. los fuertes brazos de eren te rodearon, una vez más atrayéndote a su cuerpo, mientras el semen se deslizaba por su longitud.
"Eso era muy necesario. Te quiero"
Suspiras, colocando tus brazos sobre los suyos. "Yo también te quiero, Eren. No me quejo, pero vaya forma de iniciar el día; bonitos buenos días" Eren ríe, el sonido vibra en tu cuerpo provocando el conocido no sé que en todo tu cuerpo
"Como dije, te necesitaba".