Cena especial

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No se como ocurrió,  tampoco se cuando, solo se que me había enamorado y que estaba mal. No puede ser que me haya enamorado de una eldiana, peor aun que soy un prisionero. Pero simplemente no me pude resistir ante ella. Ella era tan dulce, tan amable que, cuando pasaba tiempo con ella, sentía que no estábamos en medio de una maldita guerra, sentía que estaba en casa. Claro, eso no paso muchas veces, ella tenia que entrenar para sus misiones y yo tenia que cocinar para todos, mi trabajo al lado del de ella parece una estupidez, pero a ella parecía encantarle cada platillo que yo hacia. Así fue como lentamente me enamore de ella, no sabia que hacer, no podía pedirle matrimonio porque... ella es una descendiente de Ymir, eso estaría mal, no...? Esa era la pregunta que rondaba por mi cabeza 24/7 estaba tan distraído preguntándome que tendría que hacer, que me corte al estar picando verduras para la cena, no le di mayor importancia hasta que mi guante comenzó a teñirse de rojo. El chef superior me ordeno que vaya a cambiarme así que eso hice. Llegue a las bodegas de comida, que era donde teníamos nuestra ropa de cambio y los guantes, era una habitación oscura y pequeña, para nada cómoda. Llegue a la puerta y cuando estaba a punto de girar la manilla escuche unos ruidos desde adentro, lo primero que pensé fue que habían entrado ratones, así que comencé a maldecir porque sabia que el jefe me echaría la culpa.

—Mierda, mierda, mierda—sabia que en cuanto el jefe se diera cuanta yo las tendría que pagar. Agarre un cuchillo para matar a la rata si es que la veía y abrí la puerta del almacén de golpe. casi me da algo cuando veo a la razón de porque estoy aquí, Sasha, ella me miro como si estuviera muy aliviada y dijo:

—Oh dios mío, que suerte que solo eres Nicolo... que alegría verte.

  No se porque ella se alegraba, seguramente me veía espeluznante, la ropa manchada de sangre y con un cuchillo en la mano. Pero ella simplemente se hecho a reír.

—No se si debería preguntar porque luces así— dijo entre carcajadas

—Oh simplemente me corte, tu que haces aquí?—pregunte confundido

—Oh... es que nuestro escuadrón tenia hambre... y yo me ofrecí para buscar la comida—dijo sonrojándose levemente

—Todo el escuadrón tenia hambre? Porque no llamaron a los chefs?—dije interrogándola, sabia que ella estaba robando para si misma pero la verdad no me importaba mucho, lo único que me importaba es que ella coma algo mas sabroso que un simple pan duro.

—Bueno, me atrapaste Nicolo, pero por favor déjame llevarme este pan... De verdad en los entrenamientos muero de hambre...—dijo suplicando.

—Claro que no—dije solo para molestarla. Me miro desilusionada y su leve sonrisa se borro— Como vas a comer solo pan duro si yo puedo cocinarte algo mejor?— vi como su brillo volvió a subir y su hermosa sonrisa se armo otra ves.

—Nicolo lo dices enserio? no quiero molestarte...—dijo entusiasmada.

—Claro que no es una molestia, pero no puedo cocinarte aquí en el restaurant, tendrías que venir al hotel donde me quedo, si alguno de los cocineros Marleanos se entera que te estoy alimentando con prioridad, me harán la vida imposible. Así que... vienes esta noche a mi casa..?—Con cada palabra que salía de mi boca lo único que hacia era ponerme cada vez mas rojo, no se que haría si alguien se entera de que llevo a una demonio a mi departamento, pero la verdad es que ella merecía una comida mejor. Ella estudio un momento la situación para luego responder alegremente.

—Claro que si, dame la dirección y yo llego como a las 10. Esta bien?—dijo saltando.

—Oye Sasha.. podrías llegar con otra ropa..? No es que no me guste como te ves así... De hecho te ves muy bien... digo, no... ósea... No quiero que se sepa que una militar cena conmigo... No es que me avergüence... simplente... ya sabes... Los rumores corren rápido...—Si me sonrojaba mas creo que podría explotar, pero es la verdad, ella se ve espectacular en ese traje... pero la gente empezaría a inventar cosas... Y no se si seguiría teniendo mi trabajo o ella el suyo, mejor prevenir.

mi corta vida junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora