little wolf : wolfstar one shots

traitor

Era difícil explicar cómo se sintió Remus cuando Sirius ingresó en Azkaban. La forma más sencilla y corta sería solo, pero era más que eso. Cuando le comunicaron la noticia, un gran vacío se formó en su pecho y, cuanto más pensaba en ello, más se extendía, dejandole apenas espacio para respirar. Toda su vida, su mundo, se había roto en pedazos en una sola noche. No se lo podía creer, o mejor dicho no quería creer que su novio y mejor amigo, la persona que más amaba a James, les hubiese vendido, provocando un destino peor que la muerte, dejando al pequeño Harry solo y rompiendo todo final feliz posible. Ellos se iban a mudar juntos, apenas una semana antes habían comprado el piso. El lugar donde iban a crear recuerdos juntos, noches en vela hablando de cualquier tontería ignorando todo lo que sucedía tras esas paredes, evitando la guerra y el sufrimiento. Sin emabargo, ahí se encontraba Remus, tirado en el suelo abrazando la chaqueta de cuero de Sirius intentando disfrutar del olor, que comenzaba a desaparecer. Notaba las lágrimas calientes caer sobre sus mejillas y los sollozos salían uno tras otro. Eran de dolor, de tristeza, pero también de enfado. Porque, al fin y al cabo, Sirius le había traicionado. A su novio, y a todas las personas que estuvieron siempre para él, las que le amaron en los peores momentos, pero nada de eso le importó. Remus se negaba a pensar que todo había sido una farsa, que Sirius en realidad nunca les había querido, que se había unido a lo que juró destruir. ¿Había estado hablando y contactando con Voldemort a la vez que lo hacía con él? Un nudo se le formaba en el estómago cada vez que pensaba eso. Era la persona en la que más confiaba, habría dado su vida por él, habría soportado todas las torturas existentes solo para que estuviera bien.
"Ojalá hubiese sabido esto antes de enamorarme de ti"— pensó, cayendo de rodillas y abrazando con aún más fuerza la chaqueta. Quería que se pudriera en la cárcel, pero en el fondo siempre quiso que estuviera bien.
Porque él era las estrellas de su luna maldecida.

holis, hice esto en el barco porque uno, estaba escuchando a olivia rodrigo y me insipré y dos, me aburría. espero que os guste y que no lloreis (joda esa es la intención)