Capítulo 34: Matcha latte (pt2)

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Labios pomposos sobre los suyos, palmas calientes sobre su abdomen y el ligero cosquillo de la anticipación en lo bajo de su vientre. Jungkook se sentía amado, después de un vaso de leche y una cena espectacular. Las manos de Namjoon se abrieron camino a través de su piel, empujando sus piernas con cuidado y metiéndose entre ellas; jugando con lo poco de ropa sobre su cuerpo y las sonrisas expuestas al aire libre.

Jungkook lo conoció gracias a Seokjin, a él y a todos los demás. Si su memoria no falla, fue durante un día de otoño, en la cafetería de los Min y con su uniforme escolar puesto. Su madre lo había enviado después de que Seokjin se ofreciera a "cuidarlo", de hecho, solo lo había llevado con sus amigos, pidiéndole que lo acompañara para ver al chico que le gustaba. Jungkook se sentía demasiado inexperto para entender el amor en ese entonces; incluso si, pudo notar la sonrisa en los ojos de los dos mayores del grupo.

Conoció a Namjoon porque esa era la forma en la que debían ser las cosas, le gustaba creer que se trataba del destino o alguna de sus fuentes más cercanas a lo mismo. Fue durante una tarde de otoño porque, Kim Namjoon llevaba un abrigo gris por fuera y un hoodie negro por dentro; podía recordarlo riendo de una de las bromas de Hoseok.

Naturalmente, no fue amor a primera vista; nada más que admiración —le gustaba creer. Namjoon se convirtió en uno de sus mejores amigos, al mismo tiempo que todos los demás empezaron a ocupar un lugar en su vida. Fue invitado a sus reuniones sagradas de los viernes y se enteró que Jimin disfrutaba de besar a Taehyung en su tiempo libre —era su pasatiempo según sus palabras. Y como en la mayoría de los casos, la curiosidad despertó algo en Jungkook —llámenlo algún tipo de impulso adolescente—, que lo llevó a besar a Hoseok en una ocasión. Era dulce, mucho más cálido de lo que había imaginado pero... Faltaba algo.

Entonces, y para su buena suerte, Hoseok le explicó que los besos eran muy distintos entre sí. Ellos eran amigos, no había sentimientos mezclados, nada más allá de inexperiencia e incertidumbre. Fue entonces cuando se lo preguntó a Seokjin, que con mejillas sonrojadas y manos revoltosas, le explico lo que sintió la primera vez que besó a Yoongi. Aquellas palabras en su momento parecieron exageradas, la forma en la que Seokjin mencionaba que, de una forma increíble, solo se sentía como algo correcto. Justamente como: el momento que espero durante mucho tiempo.

Jungkook era inexperto, demasiado joven y curioso. Fue casi como un experimento en sus manos, besar a distintas personas hasta encontrar a la correcta. Aunque, no tenía muchas oportunidades para hacerlo; los pocos permisos de su madre al momento de dejarlo salir y sus horarios limitantes. Tenía un montón de cosas en su contra y fue en ese instante donde apareció nuevamente Namjoon —que para ese momento, era novio de una chica bonita y de cabello negro.

Son Chaeyoung era encantadora, con sonrisa y energía contagiosa. Era extremadamente pequeña al lado de su amigo, y Jungkook no podía entender cómo es que —aquella chica que hablaba demasiado—, se había convertido en la mejor amiga de Min Yoongi; todo lo contrario. Su relación con Namjoon fue caótica; por lo que había escuchado, aquello fue una explosión de personalidades contrarias. Ambos amaban la música con su vida y de forma compartida, adoraban a su mejor amigo de la misma forma. Terminaron dos años después de que empezaron la universidad; según las palabras de Chaeyoung, era mejor dejar las cosas cuando eran sanas.

Gracias a ella, que había propuesto todo un sistema de mentiras; habían llegado a su plan más estratégico hasta el momento. Namjoon pediría permiso por Jungkook y aseguraría darle clases de inglés al menor de los Jeon durante los fines de semana. ¿Qué podía fallar en todo aquello? Pues... Muchas cosas.

Nadie supuso que Jungkook empezaría a trabajar, estudiaría algo que no era parte de su elección personal y que en medio de todo ese plan, él debía compartir cama con Kim Namjoon. Después de sus tantas fiestas y más de una cerveza, sus pensamientos parecían correr a un camino poco apropiado, enredándose entre las mezclas poco correctas. Jungkook, demasiado pequeño e inexperto, sintió otro tipo de deseo por primera vez gracias a Namjoon; a su espalda y sus piernas si debía ser claro.

Tastes just like home.    (ksj+myg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora