Único

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Disclaimer:Los personajes no son míos, solo la historia.

Aviso: Este fanfic es con motivo del #seijuromikoshibaday realizado por la página de FB Seijuro Mikoshiba.
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POV Rin Matsuoka
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Aún es extraño para mí ver a Mikoshiba senpai sentado en nuestra mesa, conviviendo con mi madre y mi hermana con tanta naturalidad. Incluso a veces siento que soy yo el que sale sobrando.

Me tomé unas vacaciones para estar en casa con mi familia, Mikoshiba senpai incluído. El ambiente a veces se pone extraño cuando mi mirada se posa en el enorme vientre de Gou. Ella está embarazada de nueve meses, en su barriga lleva a mi primer sobrino y puede dar a luz en cualquier momento.

Desvió la mirada al techo. Mikoshiba senpai está acariciando la barriga de mi hermana y hablándole al bebé. Suspiro por lo extraño que aún es para mí, mientras sigo bebiendo un vaso de agua.

--¡Que buena patada, hijo! Serás un buen nadador.

El orgulloso padre es demasiado efusivo cada vez que el bebé patea. Mientras que Gou no se ve muy cómoda aguantando que le pateen las entrañas.

--Es demasiado inquieto. Se parece a ti Seijuro.

Dejo de mirarlos y me voy a mi habitación, Steve está acostado justo en la mitad del pasillo.

--¿Dime Steve, por qué te ves más redondo que Gou?

Steve se va mientras me ignora olímpicamente. Busco alguna revista para leer, ando algo aburrido ya que mi madre fue a comprar cosas para el bebé, no sé dónde piensa meterlas, ya no hay espacio.

Gou y Mikoshiba senpai viven en la casa de Iwatobi con mamá, para estar en un lugar tranquilo por el embarazo y porque mi hermana se siente más cómoda.

Apenas encontré algo que leer, cuando escuché a Gou chillar. Corrí a verla justo cuando Mikoshiba senpai me estaba llamando. Las contracciones habían comenzado.

--Le hablaré a mamá para que nos espere en el hospital-- dije y saque el móvil.

Mis dedos temblaban.

Seijuro le dió una manta a Gou y me pidió que la vigilará. Sin darme cuenta ya estaba caminando en círculos porque mi madre no contestaba.

Cuando Mikoshiba senpai bajo con un par de maletas enormes a mi juicio me pregunte si íbamos al extranjero. Después me explico que una maleta es del bebé y otra de Gou.

Salí corriendo a sacar el auto, me regresé  por las llaves y volví a salir. Lo estacione lo más cerca de la entrada que pude, ayudamos a Gou a subir e intenté llamar de nuevo a mamá.
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Después de eso no recuerdo mucho, incluso tal vez... puede ser, que fuera algo imprudente al conducir. Ni siquiera sabía que Seijuro ya había hablado al hospital para que nos esperaran en la entrada con una silla de ruedas.

Todo fue demasiado caótico, pero solo llegar al hospital y lo demás era esperar. Mi madre llegó con las cosas que había comprado y las fuimos a dejar al auto.

--Te ves muy nervioso--comento mi madre y me dió una palmadita en el hombro.

--Bueno, es mi hermana y mi sobrino.

--Lo sé, pero Mikoshiba-kun está con ella.

Agh... Lo entendía pero realmente no tenía idea de que hacer. También el no saber que pasaba adentro me ponía de nervios.

Así esperamos alrededor de cuatro horas, hasta que salió Seijuro con los ojos enrojecidos.

Mi madre y yo nos levantamos para preguntar la situación.

--Gou-kun y nuestro hijo están bien.

Él sonrió después de esas palabras, y aunque en realidad Mikoshiba senpai es alguien que fácilmente sonríe, está vez era diferente. Había algo ahí que no supe describir.

Fue hasta qué pasó una hora más, y que Gou-kun estaba ya en su habitación, que pudimos verlos.

Solo entré y busque con la mirada al bebé. Mi hermana lo tenía a un costado suyo, era un pequeño bulto dónde apenas y se miraba ese cabello despeinado color Borgoña.

Mikoshiba senpai se acercó, lo sujeto en brazos y nos lo presentó.

Senpai es demasiado alto, con un cuerpo fornido, pero cuando cargaba a ese pequeño parecía encorvarse, como si quisiera proteger a ese ser entre sus brazos de todo lo demás. Aún así, le cedió al bebé a mi madre y ella lo descobijo un poco para ver sus manos y contar sus dedos.

Gou comenzó a llorar al ver a mamá cargar a su nieto y su esposo la abrazó. Ah... Creo que debo de comenzar a llamarle cuñado, pero aún es incómodo.

Por último me dejaron cargar al bebé. Tenía los ojos cerrados y no pesaba casi nada.

--Oh vaya. Está muy feo, se parece a Mikoshiba senpai.

--Hey... Todos los bebés nacen feitos, aunque si se parece a mi... No quiere decir que yo sea feo.

--Nueve meses de embarazo, para que salga identifico a ti--se quejo mi hermana.

---Pero tiene tu color de cabello, cariño.

--Pero todo lo demás es igual a ti. Hasta sus ojos.

El bebé estaba dormido por eso no había visto sus ojos. ¿Así que eran dorados? Y como si pareciera que nos entendiera, el bebé abrió un poco sus ojitos, los que efectivamente eran de un tono dorado.

--Tora, tu tío Rin te está cargando. Dile hola.

Después de decir eso, el bebé comenzó a llorar y tuve que dárselo a mamá para que lo consolará.

--¿Se llamará Tora?--pregunte confundido.

--Si, se llamará Toraichi. Seijuro y yo ya lo hablamos.

Mi nuevo sobrino tendría el mismo nombre que mi padre, era encantador.
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No pasó mucho tiempo antes de que llegara la familia Mikoshiba a ver al nuevo miembro de la familia. De hecho, debido al escándalo nos pidieron que solo una persona podía estar con la madre y el bebé. Ese fue el motivo por el que entre mi madre y Seijuro se turnaron para quedarse aquella noche en el hospital.

La casa estaba algo escandalosa con los Mikoshiba. Los hermanos de Seijuro adornaban el recibidor y sus padres cocinaban, al parecer querían hacer una fiesta de bienvenida para el bebé.

Todo el movimiento me hizo darme cuenta de que nuestra familia había crecido mucho de forma extraordinaria. Antes éramos solo tres, y ahora somos nueve.

Todo pasó tan inesperadamente.
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Fin.

InesperadamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora