𝑩𝒓𝒐𝒌𝒆𝒏 - [ 𝑭𝒂𝒓𝒈𝒆𝒙𝒃𝒚 ]

❍⃝⃘۪۪۪͡🌹𝑻𝒉𝒓𝒆𝒆 ❭

El reloj marca las 18:25, Alex mira una vez más su reflejo en aquel gran espejo apoyado en la pared de su cuarto y sonríe, sintiéndose lindo con aquellos pantalones de mezclilla azules y ese suéter color beige perteneciente a su novio.

Su cuerpo es pequeño y aquel suéter tan grande, lo hace sentir protegido, imaginado que los brazos de David lo abrazan con tanto cariño.

Aún recuerda cuando se lo dio, en su primera cita, cuando Alex por fin, luego de tantos rechazos, logró que Fargan aceptara salir con él.

Sonríe ante aquel recuerdo y se sienta en la orilla de su cama, esperando paciente, pero ansioso a que su novio fuera a buscarlo a su casa para ir al cine juntos.

Aquella sonrisa boba sigue dibujada en su rostro, sus ojitos azules brillan de felicidad y su corazón late rápidamente por los nervios, no importaba cuanto tiempo pasará ni cuántas veces se vieran, él siempre sentiría aquellos nervios tan lindos en su interior al momento de ver a su amado.

Mira la hora, falta poco para que David pase a buscarlo. Suspira risueño y se tira en la cama esperando escuchar el auto del castaño aparcar en la entrada de su casa y los toques en su puerta. Pero luego de media hora, estos nunca llegan.

Una, dos y tres horas pasan, la noche ya hizo presencia y él lo sigue esperando, pero Fargan nunca llega.

Su sonrisa ya no está, sus ojitos ya no brillan y su corazón ahora late en tristeza. Sabe que él ya no irá, pero se empeña en creer que no será así y que aún irá en busca de su persona.

Alex abraza su almohada mientras se hace bolita en la cama, su corazón está triste y sus ojitos aguados lo demuestran.

Su móvil suena con una notificación de whatsapp, rápido lo toma de la mesita de noche junto a su cama y sonríe al ver el nombre de Fargan entre sus notificaciones, desbloqueado el aparato casi al instante para leer su mensaje y su sonrisa nuevamente se borra.

── Alex, lo siento por no ir a buscarte, tuve un día muy pesado y me quedé dormido ── es lo que dice el mensaje, acompañado de una carita triste al final.

── Tranquilo, no pasa nada, ya es tarde para ir al cine, pero podríamos quedarnos en mi casa y pedir algo de comida para ver una peli, ¿qué dices? ── envía el mensaje con ilusión, aún tienen oportunidad de verse.

Nuevamente, una, dos y tres horas, la respuesta nunca llega.

Ya es media noche, Alex sigue abrazando su almohada, la oscuridad de su cuarto lo envuelve mientras la luna lo acompaña en su soledad y observa como su rostro se empapa en pequeñas lágrimas silenciosas.