"Cuando dijiste "te quiero" por primera vez, debí preguntarte primero para que me querías, porque si hubiese sabido que me querías para hacerme tanto daño, me hubiera ahorrado tantos malos momentos"
Poema corto
Autor: anónimo
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- Quiero que sepan que esto no es un juego, el que estén aquí es por una razón más importante que el de sus vidas- una voz muy varonil y de volumen fuerte le hablaba a los nuevos reclutas para médico militar.
Un joven rubio se encontraba atento a la voz de aquel hombre fornido y alto, su mirada era fija, sin expresión alguna.
Al terminar se encontraba viendo su horario preparado para las primeras semanas lejos de Sherlock, al pensarlo su corazón latió mientras un hormigueo recorría todo su cuerpo y su garganta sufría lo conocido como "nudo". Cerró los ojos, suspiró profundamente, aun tenía muy claro ese día después de la noche con Sherlock, tenía grabada su voz, sus caricias, sus sonrisas, sus lágrimas...
"- Buenos días- John escuchó esa voz varonil y profunda, debía de admitir que el timbre de Sherlock al despertar era muy cálido
- buenos días ¿qué hora es?- el joven rubio aun se encontraba adormilado, tomó su celular y lo encendió, gran error pues comenzaron a llegar varias notificaciones de una chica italiana con la cual había quedado ir a medio día almorzar.
- seguro son las 12:30pm dormiste bastante- una risa salió de Sherlock- no creí haberte cansado tanto- hubo un pequeño silencio, John no sabía que hacer Sherlock ya había escuchado el celular y seguramente le preguntaría quien le había mandado esos mensajes ¿como le explicaría lo de Giana?- ¿por qué tantos mensajes?
-yo, había quedado de almorzar con Giana- había sido más fácil decirlo de lo que pensó
- ah eso, bueno obviamente no iras debido a la hora y...
- tengo que Sherlock, no es de caballeros dejar a una dama plantada- dijo John mientras se paraba y buscaba su ropa para tomar una ducha.
- ... ¿disculpa?
- lo siento te veré más tarde"
- con permiso- una voz saco de sus recuerdos a John volteo y para su sorpresa era su amigo Mike- ¡John! Vaya sorpresa
- Mike, hola no esperaba verte aquí
- bueno, sinceramente no creo que estemos aquí para lo mismo pero sin duda es grato tener a alguien conocido, oye ¿y qué tal tu amigo el rizado? Es raro no verlo cerca de ti.
- ¿Sherlock? Ah bueno yo, no sé que este haciendo justo ahora.
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- Sherlock, Sherlock... ¡maldición Sherlock contesta!
- no Mycroft no pasó nada- Sherlock se encontraba recostado en un sillón viendo a través de una enorme ventana.
- ¿entonces porque estás aquí? Internado como un adicto- la voz del hermano de Sherlock mostraba el regaño y sermón que se avecinaba.
- por dios santo ¿realmente crees que estoy aquí sin quererlo? Puedo salir cuando quiera.
- entonces si pasó algo, para que el gran Sherlock Holmes no quiera salir del hospital para adictos en el que se encuentra, ¡ahora dime! ¿qué sucedió? ¿Qué amerita el haberte encontrado tirado solo en tu habitación casi al borde del colapso por una sobre dosis?
- ¡TODO ESTABA CONTROLADO!
- ¡SANTO CIELO SHERLOCK DÉJATE DE NIÑERIAS!
- ... sal de aquí.
Mycroft respiro hondo, odiaba que su hermano menor se comportara de maneras tan absurdas, de nada servía preocuparse por el, jamás lo perdonaría de aquella ocasión.
- escucha Sherlock, yo no sabía nada de Víctor, ya te dije que tuve muchas cosas importantes, lamento tu pérdida, cuando quieras hablar de lo qué pasó estaré aquí.
Mycroft salió de la habitación dejando a un Sherlock confundido, preguntándose "¿desde cuando acepta las emociones?".
Sherlock volvió su cabeza a la ventana, apretó los dientes y se dejó caer completamente en el sillón de la habitación, segundo a segundo su mente comenzó a divagar en la respuesta que tanto exigía su hermano...
" La oscura sala de John mantenía su mente un poco intranquila, jamás había sentido la necesidad de salir corriendo y gritando, no al menos en sus cinco sentidos, John había salido desde la 1:35pm Sherlock le había marcado varías veces, pero sin éxito alguno, pues John no contestaba volvió a ver su reloj, las 9:49pm y John aun no llegaba, le había dicho que lo vería más tarde pero no le dijo a qué hora así que decidió esperarlo en su propio departamento, se daba golpes mentales pues era ridículo estar ahí cuando su apartamento se encontraba arriba, bien podría esperar ahí.
Dejo de pensar un poco pues estaba apunto de estallar... tic-tac, tic- tac, tic-tac.
- ¡esto es ridículo!- había optado por irse, cuando escucho una voz en el pasillo - John- dijo para sí mismo de forma impaciente y emocionado al mismo tiempo, se levantó rápidamente para abrir la puerta, cuando abrió- John por fin lle...- Sherlock borró su sonrisa por completo cuando vio que el joven rubio no venía solo, una chica blanca de ojos azules lo acompañaba del brazo.
- ¡hola! Tu debes ser Sherlock- pronunció de forma alegre queriendo ir abrazar al rizado.
- ¿y tú eres? - Sherlock se apartó rápidamente- lo había dicho solo para mostrar indiferencia, sabía perfectamente quien era "esa", como se refirió Sherlock en su mente.
- ah ella es Giana, va a nuestra misma escuela
- un gusto- dijo de forma sumamente fría para después dirigirle una mirada a John, al no tener ninguna respuesta del rubio decidió marcharse- con permiso- empujó levemente a la pareja pasando por en medio de ellos.
- ¡Sherlock! ¡Sherlock! ¡Espera!.
El joven rizado no escuchó, siguió su camino, de forma rápida quería salir rápidamente de ese edificio, cuando llegó a la calle escuchó una vez más la voz de John
- ¡SHERLOCK!- escuchó a John correr hacia el- ¡espera!- tomó su brazo
- qué es lo que quieres- dijo a secas Sherlock
- ¿a donde vas a estas horas?
- no es asunto tuyo
- Sherlock lo siento, quise llegar antes pero ella no me dejaba y...
- olvídalo John, no merezco ninguna explicación, puedes hacer lo que quieras con quien sea.
- Sherlock, no es lo que parece- Sherlock volteo a ver los ojos de John
- ¿qué piensas que cruza por mi mente justo ahora?- John lo miro, pudo ver el color rojo en los ojos de Sherlock, pero era imposible él no lloraba, tal vez era el frío de la noche resecándolos.
- yo, no se, creo que piensas, que yo creo, que lo de ayer fue un juego
- no John, no fue nada, ¡un simple karma!
- ¡Sherlock! No apartes tu mirada, no es lo que tú piensas.
- ¡no John! Tú no sab...
Los labios de John habían callado a Sherlock, un beso sorpresivo, un beso suave, un beso reconfortante"
Sherlock había regresado en si, tocó sus labios con la yema de sus dedos y dijo suavemente.
- John
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En otra parte del mundo un joven rubio se encontraba puliendo su botas, mientras su querido amigo Mike se acercaba para
Platicar un rato.
- oye, ¿tú y Sherlock se enojaron?
- ¿por qué piensas eso?- respondió John sin inmutarse
- bueno para serte sincero ustedes dos pasaban tanto tiempo juntos que creí que jamás los vería uno separado del otro
- qué rayos dices, solo éramos compañeros, me ayudaba en cosas de la escuela y a parte éramos vecinos, admito que teníamos cosas en común que nos unían, ya sabes el contexto, un edificio y bueno, todo eso, pero, no éramos íntimos solo conocidos.
- jajaja claro, bueno té veo en un rato- Mike le dio una palmada en el hombro a su amigo para después pararse e irse.
- si... solo, solo conocidos- dijo en voz casi inaudible el joven rubio, resonaba en su cabeza las palabras de Sherlock.
"- ¡no John! Tú no sab...
Lo único que pensó fue en besarlo, sentía que si lo dejaba ir, todo terminaría ahí, y a pesar de que quiso transmitir todos sus sentimientos en ese beso para que Sherlock no se fuera, aun en aquel beso, había algo que muy en el fondo le molestaba de toda esa situación. Se separó lentamente de Sherlock para ver su cara de incertidumbre, le gustaba verlo así, confundido, era una mueca poco usual del rizado y era muy tierna y divertida.
- escucha Sherlock, realmente no quise traerla, prácticamente me siguió, pero, que te parece si disfrutamos un poco más la noche
- ... ¿te- te refieres a caminar o algo así?
- si, porque no, vamos
En una noche fría, como las que acostumbraba Londres unos jóvenes disfrutaban de su compañía mutua, su tacto suave y uno que otro beso de terciopelo, las sonrisas cómplices que se dedicaban y las miradas traviesas hacían crecer esa chispa en aquella vida nocturna, el amanecer vino delicadamente como una melodía romántica de guitarra clásica, con el inicio de un nuevo día, una nueva relación también nació como el tenue sol."
Sherlock veía desde su ventana del hospital el amanecer recordando aquella noche que lo marcaría para siempre, pero no se imaginaba que en otra parte del mundo un joven rubio tenía el mismo recuerdo, momentos, sensaciones y olores todo venía a su mente, con ello un pesar en su pecho, tal vez la gravedad era distinta, cosas racionales de forma irracional para consolarse, se reía de sí mismo, de lo patético que se sentía por negarse lo obvio, extrañaba a Sherlock.
"Pasaron los días, todo era como una suave brisa, un joven rizado estaba en su terraza con un violín en las manos, mientras tocaba cálidas notas en la mañana de aquel sábado, comenzó a recordar los últimos días, ya casi se cumplían tres meses desde que había iniciado su relación con John, extrañamente desde aquella noche no dejaba de pensar en los girasoles, aquellas plantas curiosas que seguían al sol, se sentía así, siempre siguiendo a John con su mirada, buscando su calor para crecer más fuerte, nunca se había sentido de esa manera, comenzaba a creer que no tenía porque reprimirse de sus emociones, después de todo no odiaba aquello que su pequeño rubio le hacía sentir, tan solo pensar en negarlo le era un insulto muy grande, tal vez comenzaba a entender eso de las emociones.
Un llamado a su puerta lo sacó de sus pensamientos supo que no era John, él tenía la llave, así que se dispuso abrir.
- hola joven, le dejaron esta carta en mi buzo por equivocación, aquí dice que el destinatario es de número interno 5 SH y yo soy 6 SM- dijo un anciano muy gentil y amable
- Gracias señor Marston- Sherlock tomó la carta, casi no leía su correspondencia, por lo cual planeaba tirarla a penas recibida.
- no hay problema, por cierto y abusando de su buena atención, ¿recuerda que le pedí el número de su madre para mi nieta?
- ¡ah! Por supuesto, un segundo, pase si gusta
El joven rizado dejó la carta en el pequeño comedor, para después dirigirse hacia el papel de la izquierda y la pluma de su atril en la terraza, anotó el número de su madre, le entregó el papel al señor Marston, quien sonrió, agradeció y después se retiró, Sherlock recordó la carta minutos después de la partida del anciano, la tomó para tirarla pero le llamó la atención algo que vio de reojo, prestándole más atención, notó que era la firma de Víctor, la abrió y comenzó a leerla:
"Querido Sherlock para cuando leas esto seguro ya estaré viéndote desde algún lado, aun que se que no crees en esas cosas, yo espero que sea verdad, me gustaría seguir viendo tus hermosos ojos y escuchando tu fino violín interpretar esas notas mágicas que solo se te ocurren a ti, Sherlock, lamento haber interrumpido tu vida de esa forma, ya sabes, con John, el beso... se que el lo mal interpretó, pero, cuando sentí que no podría volver a tenerte, no por John, por mi, yo ya no tuve esperanza, ni contigo, ni con mi vida, se que tú no le tienes miedo a la muerte porque sientes que nada te ata a la vida, pero, no sabes lo que daría por cambiar todo esto, como sea, en nombre de nuestra amistad, quisiera que guardaras mis escritos, tal vez te parezca tonto e innecesario, pero esa es mi última voluntad con respecto a ti, ah! Casi lo olvidaba, estudié un poco de música cuando me mude, y en mi intento de parecerme a ti, bueno, de sentirme más cerca de ti, yo te escribí esta canción"
En la parte siguiente de la carta había dos hojas de una partitura, Sherlock la vio un instante y después pasó a la cuarta hoja.
"Espero te agrade, no es como las cosas magníficas que tú escribes, no sé qué más decir, supongo que, gracias por todo, adiós para siempre querido Sherlock.
Con cariño Víctor."
Sherlock bajó la carta, se sintió mal por no darle el luto a Víctor, si bien no sentía un amor romántico por él, fue un gran amigo, el primero que tuvo, tomó la partitura que tenía como título "mar" la colocó en su atril, sujeto su violín y comenzó a tocar, vaya que sonaba bien.
Comenzó a recordar aquella vez que conoció a Víctor de niños en el lago, sus juegos infantiles y sumamente divertidos de piratas, aquella ocasión que se durmieron en la casa del árbol de Víctor, cuando fueron a la escuela primaria, algunos bravucones molestaban al pelirrojo, pero, él siempre lo defendía, soltó una risita cuando tocó aquella escala armoniosa y alegre, se parecía a la risa de Víctor cuando en la secundaria se saltaron la escuela para ir al lago, Sherlock resbaló y terminó empapado, poco a poco se percató que Víctor, ya lo veía de forma diferente, y él quiso probar cosas distintas, "¿culpa?" Pensó el rizado, "muerte, soledad, nostalgia" a aquello sonaban esas últimas notas.
La canción terminó, bajo el violín, con el ceño fruncido comenzó a entender, aquello que había sentido cuando vio a John con aquella chica, cuando lo rechazó y lo dejó esperando, él se lo había echo sentir a Víctor, también las cosas buenas, Sherlock fue el John de Víctor, y él lo abandonó cuando más deseaba verlo, por un momento se imaginó en esa situación, pensó en la impotencia que sentiría al no poder ver a John en sus últimos momentos de vida, si, culpa, el gran Sherlock Holmes sentía culpa, no amaba a Víctor, pero, no debió pagarle así a alguien que lo soportó tanto tiempo y le brindó buenos recuerdos, él pelirrojo le había enseñado que era una amistad.
- ¿te quedarás así más tiempo?- John le pregunto divertido
- John, lo lamento
- ...¿por qué?- dijo confundido el rubio
- yo soy un sujeto terrible
- ¿a que te refie...- John había visto la carta la tomó y la leyó- así que, la canción que tocaste es de él
- cuando teníamos catorce años, Víctor me comenzó a ver diferente, tal vez lo que sentía había aparecido antes, yo que sé, su mirada hacia mi cambio, a los quince me dijo que yo le gustaba, pero, no lo tome enserio, habíamos estado, bueno, bebiendo y él no era muy tolerante, cuando teníamos diecisiete, quise saber porque todos hacían un revuelo por el sexo y ese tipo de cosas, así que decidí acostarme con Víctor, mi hermano, nos descubrió al día siguiente, no dijo nada a nadie, pero si que me sermoneó después, pasaron meses yo, seguía actuando diferente, a veces le correspondía los besos, otras actuaba como si nada, al final de dos años se fue a Estados Unidos, seguimos en contacto pero no lo vi hasta esta ultima vez que vino, me pidió que me quedara con él un mes, era lo que los doctores le habían dado de vida- las palabras de Sherlock eran directas, sin sentimientos, parecían dirigidas más hacia él que para John.
- ¿por qué me dices todo esto?
- ... soy una horrible persona, yo, traicioné a mi mejor amigo de la infancia.
- ... Sherlock
- John por favor, déjame solo
- ...- John asintió para sí mismo, le siguió un suave- si- para Sherlock, después salió, dejando al rizado solo.
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La incertidumbre de un corazón frío
Fiksi PenggemarAveces un hombre no se da cuenta cual solo está hasta qué extraña la compañía de alguien, eso le pasa a Sherlock Holmes cuando se enamora a primera vista de John Watson, ¿como se desarrollará este amor secreto?