#34- Mark x Haechan

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— ¿Luzco bonito?

Haechan voltea un poco para ver a Mark acurrucado sobre su propia almohada, con una pequeña sonrisa en sus labios, sus ojos están entrecerrados y su nariz un poco arrugada. Su cabello es un desastre, al igual que su cama y Haechan casi que se arrepiente de haberlo invitado a pasar la noche a allí, porque Johnny tenía la agenda ocupada y a él no le gustaba dormir solo. Tendría mucho trabajo que hacer antes de que Johnny llegara y los regañara por ser tan desorganizados.

—Eres horrible— respondie sin compasión, estirando su brazo para llegar a la otra cama y tirar de la nariz de Mark—. Suerte que Renjun siempre me dice que mi gusto es malo.

Mark golpea su mano y ríe.

—Tonto.

Ambos se quedan en silencio, mirándose a los ojos. Haechan piensa que se ve lindo en reflejo de los ojos de Mark (o quizás solo piensa que todo es hermoso en esos ojos tan grandes, redondos y brillantes, incluso él).

—Te amo.

Y Mark lanza su almohada al rostro de Haechan, riendo, sonrojado, sin saber cómo afrontar la vergüenza que cubre su rostro, y baja por su pecho, y se instala en su estomago, y revienta como miles de mariposas. Haechan abraza la almohada y mira al techo. Sus oídos se dejan enviciar en el sonido de risa nerviosa, y él no puede más que suspirar y sonreír. Sus ojos se cierran por un instante, queriendo guardar en una pequeña pausa todas sus sensaciones que están a flor de piel. Es capaz de sentir el momento exacto en que los costados de la cama se hunden a sus costados, y cuando sus ojos vuelven a abrirse es porque ha sentido el aliento de Mark sobre su rostro.

Están tan cerca que Haechan pueden notar el rastrojo de barba, algunas lagañas pegadas a las pestañas de Mark, pequeñas marcas en su piel, incluso las cicatrices de acné. Mark aún sonríe, pero esta vez es diferente, porque no le sonríe como un niño avergonzado, sino que le sonríe como un alma desnuda, un alma que a veces se siente cansada y quiere dejarse amar un poco, un alma frágil, que en aquel gesto casi lastimero busca que sus palabras sean realidad.

—Te amo.

Y los ojos de Mark están tan cerca de él que Haechan puede observar sus pupilas dilatarse y como aquella sonrisa llega a sus ojos, y arruga un poco los bordes de sus ojos. Mark es una persona de pocas palabras y de armas a tomar, así que, simplemente se deja caer sobre el pecho de Haechan, escondiendo su rostro en el cuello del menor.

Suspiran.

Las manos de Haechan se mueven solas y acunan el cuerpo que busca un abrazo. Mark se deja abrazar, se deja llevar, se deja ser una brisa en medio de la tormenta, se deja caer en aquellos brazos que le sostienen suave, como toque de pluma. Pierden la cuenta del tiempo que permanecen así, simplemente respirando, sintiendo sus cuerpos y los latidos de sus corazones.

—Te amo— responde Mark, pero su voz amortiguada por el cuerpo de su compañero.

Y Haechan vuelve a cerrar los ojos y sus manos se encuentran sobre la espalda de Mark.

—Luces bonito hoy, y siempre. 

Pausa para el café (NCT-GAY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora