CAPÍTULO 7

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-¿Cómo vamos a hacerlo? -Preguntó él-. Sólo puedes ir a los lugares donde has estado al menos una vez.

-Pero puedo llegar a cualquier sitio. -Respondió Taehyung quitándole importancia, como todo un moderno señor de la guerra.

Una vez de vuelta en casa con la ropa rasgada y la piel ardiendo desde la pasada noche, su cuerpo todavía clamaba por el toque del vampiro.

Encantador. Nunca podría olvidarlo y para un inmortal la palabra nunca ya es de por si demasiado lamentable.

Si, volver al Valhalla podría ser una posibilidad de escapar, pero tampoco podía matar a uno de sus hermanos si ellos intentaban liberarlo. Cuando Taehyung se levantó alcanzando el armario en una zancada, él estudió su cuerpo comprobando una vez mas lo increíblemente fuerte que era.

Le dio la vuelta y le desabrochó un botón, atrapando su mirada en cuanto su duro miembro se disparó hacia arriba. Casi perdió la camisa y él sonrió con satisfacción haciéndolo apartar su rostro rápidamente.

-Ven aquí, -le ordenó y él comenzó a acercarse muy despacio.

Sus manos lo alcanzaron recogiendo y amontonando su pelo detrás de la cabeza, necesitaba inclinarse y aspirar su fragancia a lo largo de su cuello, entonces le susurró al oído: -Novio, esto me resulta embarazoso pero creo que te acabo de sorprender mirando fijamente mi verga, -le dijo haciéndolo estremecerse. Algunos años antes JungKook también había bromeado la primera vez que él contempló su cuello completamente embobado.

-Te gusta, ¿verdad? -Añadió con voz sensual:

Esa última pregunta lo sacudió. Abrió sus ojos incrédulo, se había quedado sin palabras. ¿Cómo pudo decirle eso? ¿Debería contestarle? Él deslizó sus labios sobre su hombro y dijo: -Dime la verdad.

"Quiero enredarme entre tus piernas, reposar mi cabeza sobre tus caderas y llevarte hasta mi boca para saborearte durante horas", le faltó poco para decirlo en voz alta pero pudo contenerse a tiempo y le dio otra respuesta no menos honesta.

-Es demasiado grande.

Él soltó su cabello y volvió a sonreír con satisfacción.

-¿Te resulta más terrible que tentadora? -Le preguntó usando las palabras que tan bien recordaba.

JungKook sabía que se estaba vengando a su manera, y aguantó rechinando los dientes para no decir nada, pero perdió.

-Ambos.

Entonces chasqueó la lengua fijándose en sus caderas.

-Entraré despacio en ti para no hacerte daño, y las primeras veces te montaré suavemente.

JungKook se quedó mojado y sin palabras ante la aguda e ingeniosa indirecta sexual.

¿Entrar en él? ¡Será arrogante!

Cuando se volvió hacia la ducha, intentó no mirar cómo su espalda se estrechaba hacia unas angostas caderas desembocando en un musculoso y duro trasero con sendos hoyuelos en los laterales. Estaba pidiendo a gritos que alguien lo agarrara y apretara.

Demonios, se moría por hacerlo.

-Estoy seguro de que te gusta todo de mi, -dijo desde el interior del baño.

Desconcertado miró hacia el techo, no recordaba haberlo visto antes así. Desde luego había sabido que lo miraba fijamente, que ardía bajo su piel. Mientras se vestía pensó que él tenía razón; si lo analizaba, su físico le gustaba por entero. La manera en que lo había hecho sentir la noche anterior, no le dejó ninguna duda de que él no sólo conseguiría que le pidiera tenerlo dentro, sino que además le suplicaría por ello.

El Señor de la Guerra || TaeKook AdapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora