_______ Pov's
Nos encontrábamos de camino hacía un estudio de tatuaje el cual un amigo mío nos había recomendado.
No tenía en mente que quería hacerme, simplemente deseaba tenerlo. Al llegar Cristián se quedó en la pequeña sala de espera mientras yo pasaba a un cuarto con una silla de tatuador junto a muchos frascos de tinta, solté un suspiro nerviosamente para intentar tranquilizarme a la vez que me sentaba en aquella silla
—Que tienes planeado hacerte? Alex me comentó que es un tatuaje pequeño—
Preguntó él refiriéndose a lo que mi amigo le había comentado
Yo asentí mientras comenzaba a platicar le sobre lo que quería, él sonrió y asintió dejando entender que estaba de acuerdo y podía hacerlo, comencé a descubrir la zona donde lo quería y cerré los ojos aguantando el dolor.—Vamos, quiero verlo—
Insistía Cristián una y otra vez para que le enseñara mi tatuaje a lo cual yo entre risas me negaba
—Tu haz visto el mío, eso es injusto—
Habían ocasiones en las que mi pareja se comportaba como un niño pequeño y por más extraño que parezca me divierte, él pasó una de sus manos por mi pecho y yo solté un pequeño gemido de dolor pues con sus dedos había rozado aquel tatuaje el cual aún no había sanado por completo
—Aún no te lo enseñaré, ten paciencia cariño—
Abultó su labio inferior haciendo que se viera aún más tierno besé sus rosados labios mientras susurraba un "Cómo te quiero mí niño llorón"Tras estar alrededor de casi dos semanas en México decidimos que era momento de viajar hacía nuestro siguiente destino, con nuestras maletas con lo necesario y dos boletos en mano caminamos hacía adentrarnos en nuestro avión con un par de horas de anticipación.
—Que es lo primero que quieres hacer al llegar?—
Preguntó mi chico entusiasmado, pensé en alguna cosa pues mi pequeña lista ya estaba apunto de ser cumplida hasta que una idea pasó por mi cabeza
—Ya sé! Podriamos ir a un parque de diversiones—
Dije con mis ojos brillando, él asintió y esperamos a que el avión despegara, estaríamos en Canadá cerca de dos días y después volveríamos a México, pues realmente no teníamos mucho que hacer ahí.Tras unas largas horas de estar sentados en aquella silla por fin podíamos bajar, mi trasero estaba entumecido después de pasar almenos 7 horas en la misma posición por lo que estiré mi cuerpo soltando un pequeño grito, recogimos nuestras maletas y tomamos un taxi en dirección a nuestro hotel; al llegar a éste recogimos la llave de nuestra habitación, tomamos una ducha caliente y finalmente dormimos como si no hubiera un mañana. Al despertar la mano de Cristián rodeaba mi cintura y acariciaba en círculos mi abdomen por debajo de el pijama, dió beso cerca de mi oreja para después pronunciar
—Buenos días Cariño—
Chocando su cálido aliento en mi cuello ocasionando un escalofrío
—Buenos días—
Respondí girandome para besar sus labios, tras finalizar nuestro beso él sonrió y pegó mi cabeza sobre su pecho, estaba tan cómoda que deseaba que éste momento jamás tuviera fin, pero lastimosamente lo tuvo al momento en el que nuestros estómagos gruñian exigiendo comida, decidimos pedir algo de comida a la habitación mientras pensábamos en que es lo que haríamos en el breve periodo de tiempo que estaríamos aquí, al menos sabríamos lo que haríamos hoy, pero no sabemos del futuro.Finalmente después de un largo día nos encontrábamos dentro de aquel lindo e iluminado carrusel, al principio Cristián no quería subir pero gracias a mis maravillosas técnicas para convencer logré que estuviera junto a mí, miraba a mi alrededor a niños pequeños junto a sus padres riendo y disfrutando del momento la noche oscura era iluminada por las brillantes luces que el parque brindaba no pude evitar sonreír aún con el fuerte dolor que abarcaba mi cabeza, antes de que el juego dejara de girar abrace a mi chico y besé sus labios en un cálido y amoroso beso.
—Te quiero, te quiero mucho—
Hundí mi cabeza en su pecho buscando refugio como un pequeño gato en busca de calor
—No quiero morir, no quiero dejarte sólo de nuevo—
Lamenté mientras me aferraba a su camisa como si eso me permitiera quedarme por más tiempoEl juego paró dejando claro que el recorrido había terminado
—Vámonos a casa cariño—
Fue lo primero que dije al sentir un fuerte dolor en mi cabeza mientras sentía como ésta daba vueltas comenzando a marearme, mies piernas temblaba a la vez que todo se veía cada vez más borroso
—Cristián quiero ir a casa . . .—
Dije antes de que mis ojos se cerraran y todo se volviera obscuro.