Ahora estábamos sobre Ciudad Verde. Aquí es donde se encontraba Scotty.
–Oye Saske. -Me llamó Karin. - ¿Me trajiste porqué crees que Scotty me escuchará?
–A ti te hace caso. A nadie más.
Le respondí mientras aterrizábamos a las fueras de Ciudad Verde. Ella habitaba en una pequeña cabaña, en una suerte de exilio por los habitantes de la ciudad; cada cierto tiempo venían a traerle suministros, entre los que claramente venía el más solicitado por ella.
Fui hacia su puerta y la toqué.
–Scotty, ¿estás ahí?
Espere pacientemente, y volví a tocar. Ahora escuche pasos acercarse. Y cosas cayendo. La puerta se abrió un poco, y por una rendija la vi, su ojo estaba rojo, su rostro se veía sucio y desaliñado, igual que su cabello. Parecía estar vestida únicamente con un camisón.
–¿Ké quierres?
Me preguntó con voz ronca. Rápidamente le dije:
–Tengo que hablar contigo.
Ella trató de cerrar la puerta, pero metí el pie para detenerla y le repetí:
–Tengo que hablar contigo.
–¿Viemes a desirme ke puedo ir a home?
Me preguntó con algo de esperanza. Siendo sinceros, me dolió romperla.
–No, aún no. Más bien, necesito que hagas algo por mí. -Su rostro se tensó.- Te necesito.
Me tiró un golpe al rostro, pero yo le detuve. Aprovechando la abertura, entré un poco a la casa. Le sujete ambas muñecas y le susurré para tranquilizarla.
–Necesito tu ayuda.
Me dio un cabezazo en la frente y nos quedamos así por unos segundos.
–¿Ke kierres de mi?
Me preguntó frustrada.
–Ya basta, los dos.
Nos ordenó Karin mientras se acercaba. Al escucharla, la escocesa pareció recordar que sólo traía un camisón, y se sonrojó.
–Zaljan. En un moment los recivo.
Pidió apenada. Acepté el trató y la solté para salir y esperar junto a Karin. Pasaron 10 minutos, tiempo que me hizo rememorar esa culpa en mi interior. Si no hubiera sido por qué yo...
–Karin...
Se me salió.
–¿Si? Dime.
¿Y ahora qué le decía? No quería decirle lo que me preocupaba en verdad, así que mejor le comenté.
–Supongo que ya no podré hacer el chiste.
–¿Qué chiste?
Quiso saber, pero antes de que pudiera responderle la puerta se abrió.
–Eztoi lista. Pasem.
La casa era un tiradero, no había otra manera de decirlo. Se notaba que nada más movía lo que necesitaba, y que no era afín a limpiar. En tanto a su apariencia, se había lavado la cara, puesto una falda y una blusa relativamente limpias, y se había peinado un poco. Nos condujo a la mesa y sacó una silla.
–Siéntate Karin.
Mi amiga aceptó el ofrecimiento y yo me senté por mi cuenta. Ella tomó asiento frente a nosotros, y junto sus manos.
–Dijanme for what I no poder volver a casa.
La miré fijamente y le dije:
–El barco que te trajo aquí muy probablemente era de comercio entre Teselia y Galar. Como despedimos a Teselia de aquí, Galar cortó comunicaciones con nosotros, seguramente queriéndose alejar del conflicto.
La escocesa escuchó mi explicación con una mano en la frente, como si le doliera la cabeza.
–Emtonses no puedo ir a home. -Recapituló. - ¿Emtonses por ke eztas aki?
Tomé aire y le conté:
–Te necesito. Eres una gran entrenadora, y quiero que te unas a mi escuadrón.
Se creó un silencio incómodo.
–¿Quieres que pelie en tu guerra?
Tranquilamente le respondí:
–Sí, por favor.
Ella río, y luego en su rostro se reflejó la ira. Se levantó y con su puño golpeó la mesa.
–¡No me jodas!
Karin se levantó también y le pidió:
–Scotty, cálmate por favor.
La escocesa bufo un par de veces y luego se sentó. Entendía porqué estaba así, pero no podía ceder.
–No vendría a pedírtelo si no fuera necesario.
Soltó un par de carcajadas histéricas y me preguntó:
–But ke no los teselians se habían ido? For ke sigen peleando?
Empuñé las manos y le conté con dolor:
–Porque cuando debí detenerlos, no pude. Yo debía detener ese barco en el que escaparon los teselianos pero fallé. A pesar de todo lo que intenté, con tantas ganas, se me fueron. Ahora se están preparando para atacarnos de nuevo así que debemos ir por ellos, para detenerlos. Y... -respire un segundo- por eso estoy aquí ante ti, como un fracaso, porque necesito tu ayuda.
Incline la cabeza. Ella no me debía nada, y aun así la necesitaba. Scotty suspiró y dijo.
–Quierro un café.
Se levantó y fue a la cocina a prepararlo. Nos preguntó si queríamos uno, y ambos declinamos el ofrecimiento.
–No sabía que sintieras eso. -Comentó Karin poniendo la mano sobre mi hombro. - Fue puesta una gran carga sobre ti ese día, y no podías tú solo. Es por eso que te acompañaré esta vez.
–De modo ke tu también bas a ir. -Comentó la escocesa mientras ponía el agua a calentar. - No es nesezarrio ke vayan a peliar. ¿Por qué lo hacen?
–No es por culpa. -Le aclaré. - Es porque quiero proteger a mis seres queridos. Si no quiero que los lastimen debo pelear.
Miré su silueta directamente mientras ella daba la espalda para pelear con la cafetera. Cuando al fin pudo acomodar todo, le cuestionó a Karin viéndola por el rabillo del ojo.
–¿Y tú? ¿Por qué lo haces?
–Porque es mi amigo. Y sé, al igual que él, que para cuidar de los que quiero tengo que pelear. Porque él, yo y nuestros pokémon unidos somos más fuertes. Y si tú te unes a nosotros Scotty, juntas seremos más fuertes.
Y le extendió su mano. La escocesa sacó dos tazas y ahí sirvió el café. Al darse vuelta, puso una en la mano de Karin que estaba extendida. Mi amiga, un poco confundida, lo aceptó.
–¿Quedarme aquí sola o ir a pelear por mis amigos?
Preguntó al aire y dio un sorbo a la taza de café. Caminó hacia una pared y tomó un cinturón de entrenador con 3 pokebolas. Tocó con sus dedos dos lugares vacíos y lo soltó. Giró, me vio directo a los ojos y me declaró:
–Ezkucha, Saske. Me uniré a ti, por two rasons. La primera ez ke se lo debo a ese idiota.
No dijo nada después de eso.
–¿Y la segunda?
Un bufido fue su respuesta. No me diría la segunda, pero estaba satisfecho con el resultado. Se sentó de nuevo en la mesa y quiso saber más:
–¿Y ke arremoz, esactamente? No quiero seguir ordenes militares y ezo.
–No te preocupes por eso. Estarás en un escuadrón especial conmigo, Karin y otros tres.
Le respondí y seguí explicando los detalles mientras las chicas bebían su café. Cuando todos terminamos, Karin y yo nos despedimos.
–Nos veremos en tres días. -Le avisé.
–Estaré lista para entonces.
Me aseguró. Camine a la puerta y la abrí para Karin, pero ella se quedó atrás un momento. Scotty le decía algo:
–Fue un gusto verte. Thanks por benyr.
Karin le sonrió y le dijo:
–No, gracias a ti por aceptar. Te lo agradezco mucho, de verás.
Y saltó y le dio un abrazo. La escocesa correspondió como pudo claramente sonrojada. Tras eso, se soltaron y mi amiga y yo nos fuimos de ahí.
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Pokémon: La guerra de Kanto
FanficHola, mi nombre es Saske. Mi hogar es un pequeño pueblo de la región de Kanto llamado Pueblo Paleta. Hace diez años inició una terrible guerra entre Kanto y Teselia, en la cual yo tuve que pelear por mi patria. He aquí mi historia. Esta es una histo...