-Elizabeth, bastante bien que se te da ignorarme las llamadas luego de siete años. Además, ¿no es loco que tenga que exponerme ante el FBI por ti?
Tras la finalización del instituto ella escapó lejos de él con una sola finalidad; alejarse de su burb...
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"No eres la única que tiene problemas.
Ambos los tenemos.
¿Y ellos? Tendrán que sobrevivir a los nuestros"
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📍 Philadelphia , PA
A la mañana siguiente Jughead se despertó y bajó, viendo a Elizabeth en la cocina. Claramente no habían dormido juntos; si bien él la esperó, ella no apareció. Pero ella también lo esperaba en su cama.
—Buen día—habló este.
—Buen día—contestó ella.
—Voy a despertar a los—Betty interrumpió negando:—iré yo—salió rápidamente sin esperar respuesta y Jughead suspiró para servirse el café.
—¿Y papá?—preguntó Max desperezándose mientras su madre le tendía el uniforme a cada uno.
La rubia miró hacia atrás y cerró la puerta—Niños... ¿Qué le han dicho a su padre ayer?—preguntó mirándolos.
Los niños se miraron y la rubia vio como se caían sus hombros hacia atrás—La verdad. Papá nos prometió ayuda.
—No pueden mentir en este tipo de asusntos.
—¡No fue mentira!—soltó Max mirando a su madre.
—Mamá, te juro que no lo fue una mentira—negó Amelie con ciertas lágrimas en sus ojos mientras negaba.
—Am—murmuró mientras sentía que su mundo se derrumbaba. Se arrodilló frente a ella—¿Me lo juras?—la niña asintió mientras su madre le limpiaba las lágrimas.
—Y mamá—la niña habló y ninguno se percató como Jughead estaba en el marco de la puerta—, Max no se había caído en la escuela, él lo golpeó.
La rubia cerró sus ojos para luego mirar a Max—Tuvieron que decírmelo—soltó con lágrimas.
—Perdón mamá, no queríamos que te pusieras mal—negó Max rotundamente.—Pero papá nos dijo que nos íba a ayudar—asintió algo nervioso mientras veía a su madre soltar lágrimas mientras acariciaba el cabello de Amelie.
Pudo haber sido más. La situación pudo haber sido más profunda pero... nunca lo había dejado con los niños de esa forma.
Tomó a mabos de las manos—Los amo. Daría todo por ustedes, confíen en mi—rogó mientras los niños asintian—. Mis amores—murmuró.
Jughead entró y se llevó las miradas cristalizadas. Observó a los niños en pijama y sin decir mucho tomó el uniforme de ambos para suspirar y guardarlo—Creo que hoy no es el mejor día para ir a clase. Podrían pasar tiempo juntos y yo prometo que estaré aquí antes del almuerzo. Si quieren podríamos ir a comer a algún lugar.
