Cᴀᴘíᴛᴜʟᴏ 2: Lᴀ ᴛᴇʀᴄᴇʀᴀ ᴇsᴛᴜᴅɪᴀɴᴛᴇ.

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Mayo 2005

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Mayo 2005

A las 6:45 p.m. se reportó una maldición de primer grado en la región especial de Tokio, Minato. Hubo muchos derrumbes en Shinagawa, 40 heridos, 15 muertosy 2 desaparecidos. Se enviaron de inmediato a los alumnos de primer año de la Escuela técnica de hechicería de Tokio para hacerse cargo de la maldición. Mientras tanto, se ordenó la evacuación de todos los civiles.

7:20 p.m.

El asistente llevaba en el auto a los tres estudiantes de primer grado dándoles cada detalle a los jovenes. Los tres escuchaban con atención, debían darse prisa, o habrían más heridos.

— En cuanto entren, levantaré el velo. Así la maldición no podrá escapar y no podrán entrar más civiles. — Continuó el asistente.

— Bien.— respondieron los tres.

Al llegar al lugar, los tres admiraron la escena. Era algo atroz lo que había hecho esa maldición.

— Contamos con ustedes, chicos. — El asistente les dio una pequeña sonrisa antes de que ellos entraran a la zona asignada. —Procederé a poner el velo.

— Sí. — Geto fue el único que respondió, los tres caminaron por entre los escombros sin decir palabra alguna.

Caminaron y caminaron sin encontrar a la dicha maldición.

— ¿Y nuestro amiguito? — preguntó Satoru 

— Si supiera ya te habría dicho — Geto respondió

— Esto es realmente aburrido. — Continuó Satoru. — ¿Y si nos dividimos para encontrarlo más rápido?

—No creo que sea lo mejor, pero sí. Sería más rápido. ¿Qué opinas, Ieiri?

— En lo personal no me importa, yo solo vine como apoyo si es que llegan a salir heridos. — Ieiri, su compañera, dijo acomodandose un poco el cabello.

— Que fría. — Ambos dijeron al unísono. 

— Hagan lo que mejor les parezca. — Sonrió ella.

— En ese caso... ¡Nos separaremos! — Gritó el albino mientras caminaba.

— Oi, Satoru. Debemos pensar en una estrategia antes de separarnos. — Geto lo detuvo del hombro.

— Agh. Esta bien... ¿qué propones? — cruzó los brazos con una mueca de disgusto.

— En el caso de que uno de los dos se lo encuentre en el camino, haremos lo que debemos hacer. Pero en el caso de Ieiri, ella deberá llamarnos; así ella no saldrá herida. — Suguru miró a Ieiri quien parecía no prestar atención. —¿Me escuchaste, Shoko?

Tʜᴇ ᴏɴᴇ ᴛʜᴀᴛ ɢᴏᴛ ᴀᴡᴀʏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora