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HACE VARIOS SIGLOS
LA RESPIRACIÓN DE LA MORENA ERA ACELERADA, sus manos temblaban y sus ojos temían a parpadear. Hacía dos días que Luda, su mejor amiga, había muerto. Por suerte, Aleksander pudo escapar, pero no supo nada mas sobre el. Según la carta que Baghra le había enviado por medio de sombras, Aleksander la iría a ver esa misma noche para buscarla y llevarla al refugio sin riesgos, pero el chico no aparecía.
Salió de su cabaña y esperó unos minutos, hasta escuchar cabalgar de un caballo acercándose. No se preocupó, pues era solo uno y aquello significaba que se trataba de Aleksander. Cuando por fin lo pudo ver, todo el peso sobre sus hombros de deshizo y corrió hasta poder abrazar al hombre que recién había bajado del caballo.
—Siento mucho lo de Luda, Alek— murmuro la chica sobre el cuello del invocador de sombras. Aleksander suspiro, feliz de que su alma gemela estuviera a salvo.
—Yo también siento lo de Hvitserk— murmuro de vuelta el chico e Isabella soltó un jadeo al recordar la muerte de su amado. Sucedió una semana antes de la de Luda, pero debían admitir que la de él fue peor. Lo amarraron en una cruz y lo dejaron allí por días, sin comer, sin beber. Llevaron a la chica para que lo viera y luego de lanzarle piedras, le cortaron la cabeza. Fue un milagro que ella lograra escapar mientras la trasladaban para hacerle lo mismo.
—Estoy bien— la invocadora se separó de él y le sonrió triste. El chico acarició su mejilla con una mueca inconforme.
—No es así...— antes de que continuaran, escucharon caballos acercarse y esta vez eran demasiados. El chico intento introducirla a la cabaña y mantenerse solo él fuera, pero la invocadora se negó a entrar— Debes esconderte. Vete de aquí.
