⚠️Hoy actualicé dos veces, asegúrate de haber leído el capítulo anterior⚠️
Mi boca se abre por el asombro. Sé que es uno de los mejores amigos de Caden sin embargo, nunca lo había invitado a nuestras reuniones. Él se acerca a saludar a todos, tomándose su tiempo con cada uno, empieza con mis primos, mi hermano y Gael.
Le doy un repaso porque ese hombre es demasiado apuesto como para desaprovechar la oportunidad ahora que todos están distraídos y que nadie va a notar cómo analizo las formas de sus músculos.
Hoy no está usando traje, lleva puestos unos jeans, una camiseta gris oscuro, una cazadora negra y mocasines. Ese pantalón le ajusta muy bien, seguro tiene personal que le dice cómo vestir porque su estilo es impecable.
Se mueve como si supiera que puede conquistar al mundo, la confianza en sus movimientos hace que las tres mujeres en los sillones lo miremos fijamente.
Con pasos lentos se dirige a la barra de la cantina para dejar una charola llena de... ¿Qué?
Gimo.
Empanadas argentinas, es que son mi debilidad.
Ya me estoy levantando para tomar una, aunque eso me haga ver como una desesperada.
Podría acercarme a Elián y besarlo porque, además, son de mi restaurante favorito.
—Gracias por la invitación, necesitaba un descanso —le dice a Caden.
Se dirige hacia el sofá que estaba ocupando para saludar a Moka y a Cat con cortesía, viéndose demasiado formal y amable.
—Si no te sacaba de ahí ibas a ahogarte en trabajo —responde mi primo.
No me acerco al cuarteto porque todos ellos conversan sobre los pronósticos del juego de las Águilas Negras y es aburrido. Gael, Henrik y Leonel son fanáticos, tanto que son benefactores del equipo de fútbol, no se pierden ningún partido, son amigos de los futbolistas y tienen vista exclusiva en los palcos. Hemos ido un par de veces, pero acabo dormida o mirando el celular. No es lo mío.
En cambio, Alessia se la pasaba en grande gritando y viviendo el momento con tanta pasión que se echaba a llorar cada vez que perdían.
Ese recuerdo me hace sonreír. Adoro a Ales, quiero que sea feliz con la persona que elija porque la vi sufrir, estuve ahí para cepillar su cabello cuando Gael se casó con Cimone.
La culpa me carcome cada vez que la recuerdo porque nunca me he atrevido a contarle lo que sucedió. Debería juntar el valor, pero no quiero verla sufrir, ya ha llorado bastante por él. Y ahora está feliz, amando a su novio y viviendo las aventuras que siempre quiso, no voy a arruinarle eso trayendo fantasmas del pasado.
Me distraigo con la gran charola de empanadas. Cuando me giro para enfrentar a los demás ya con mi selección siendo devorada, descubro que Elián De la Fuente me está mirando mientras conversa con Caden.
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Me encuentro en ti © (ET #1.5) *ACTUALIZACIONES LENTAS*
Любовные романы"Una florecilla puede marchitarse, Tarah Caballero" Todos los derechos reservados©