Pensó en las curvas y la despampanante figura de su jefa. Sintió como el calor le recorrió el cuerpo de arriba abajo. Se sintió mal al recordar como tras aquella noche de besos y caricias, Kirigiri no se encontraba junto a él en la cama.
A pesar de esto volvió a casa y ahí estaba, recibiendo el interrogatorio de su hermana menor.
—¿Entonces pasó algo?—pregunto ella curiosa.
Naegi sintió su cuerpo apretado por un calor agobiante. Solo podía recordar los suspiros de Kirigiri con cada pregunta de su hermana.
—Em, no. No paso nada. Hubo una fuerte tormenta y tuvimos que dormir en el mismo cuarto. Nada grave, Komaru.
La más joven de los Naegi lo miró con atención e inspeccionó con sumo cuidado su expresión. Tras su examen pudo con concluir que...
—Me estas mintiendo, ¿no?
—¿A-A qué te refieres?
—Mmm... creo que algo paso ayer que te tiene raro.
—¡S-son imaginaciones tuyas!
Komaru abrió los ojos sorprendida y se tapó la boca con una mano.
—Makoto no me digas que...
—¿Qué?
—¿Hiciste eso con ella?
El mayor de los hermanos no podía estar más rojo. Pensar en aquella situación lo ponía demasiado nervioso como para poder siquiera articular palabra.
—MAKOTO.
—K-Komaru, ¡no!
—¿Lo juras?
—Lo juro.
Komaru suspiró aliviada.
—Menos mal. Imagínate en el lío en el que nos habríamos metido si hubieras hecho eso con tu jefa. Podría incluso haberte echado de la empresa.
Naegi se quedó blanco como el papel. Claro que pensó en las consecuencias de aquel momento íntimo que compartieron pero escucharlas en boca de otra persona lo hizo darse cuenta de lo reales que eran estas.
—Naegi, ¿qué te pasa? ¿Qué es lo que te traes entre manos con Kyoko Kirigiri?
—Komaru, yo... creo que...
—¿Si?
—Ella me atrae. Solo eso.
—¡¿Solo eso?! ¿Y cuando tenías pensado contármelo?—exclamó la estudiante, molesta.
—Pensé que no era cierto. Pero poco a poco he notado que hay algo en ella que no me permite apartarme. Tiene algo que me atrapa en su mirada. Es...
—¿Entonces como aguantaste dormir con ella ayer?
Makoto rememoró cada momento en el que sintió que su cuerpo mojado por la lluvia la tocaba pero lo disimuló.
—Creo que fue pura suerte. Tengo que aguantar pero... me resulta muy difícil que no se me note lo que siento por ella. Quizás sea porque no estoy preparado para ser empleado de nadie.
—Hermanito... Te entiendo. Es normal, no tiene nada de raro que te atraiga esa mujer. ¿Dijiste que era atractiva?
—Atractiva es quedarse corto...—dijo pensando en su mirada amatista.
—Pues no sé. Quizás digas eso porque no solo sientes atracción física hacia ella.
Naegi pensó en aquello que decía su hermana. Era verdad que la sonrisa de Kirigiri le hacía sentir feliz, que le contara sus problemas le hacía pensar que él era realmente especial y que confiara en el todo aquello y mucho más. Pero eso era parte de su amistad antes de... bueno.
—Yo... No tengo ni idea de que siento. Estoy confundido. Además... cuando me he levantado esta mañana ella ya no estaba.
—¡¿Lo dices en serio?!
—Claro. No sé, lo mismo no quiere verme nunca más. Quizás incluso quiera despedirme porque se siente incómoda.
—Espero que no... Necesitamos el dinero. Aún así no te preocupes, Makoto. Se que no es tu culpa. Si mamá y papá siguieran aquí no tendrías que pasar por esto...—dijo con gesto triste.
—Komaru, no te pongas mal por esto.
—Siento que es culpa mía que estes así. Mamá y papá estarían decepcionadas de mí.
—Te aseguro que no. Además, has crecido tanto... Seguro que mamá y papá se sentirían orgullosos de ver la chica tan fuerte que eres ahora.
La dulce joven sonrió. Su hermano la miro con dulzura. Komaru siempre le había puesto una sonrisa a pesar de la adversidad que vivían.
—Gracias... hermanito. Se que conseguirás salir del problema que tienes ahora. Y sobre Kirigiri... si ella te gusta creo que debería saberlo. Trabajos hay muchos pero ella es la chica que te gusta, ¿no?
—E-Ella n-no me gusta. Ya te he explicado lo que me pasa.
—Ya, ya. Solo atracción, dice. Se que si ella te dijera que le gustas tú le dirías que sientes lo mismo.
—Eeeeh... yo... no... No lo sé si te soy sincera. Hace apenas unas horas pensaba que ella podría llegar a ser una amiga. No esperaba que me pasara esto.
—Era de esperar. Te pasas el día con ella, hablas continuamente de ella y la respetas más que nada. Se que es lo normal entre empleado y jefe pero la miradita de bobo que pones... eso no lo es.
—Yo... No lo entiendo. ¿De verdad crees que ella me gusta?
—Si no lo hace ya, lo hará. Se te nota hermanito.
Además tengo la sensación de que ella es muy distinta a Maizono... Quizás solo sean cosas mías pero eso en mi opinión es bueno.—Espero que lo que siento por ella no escale más de lo debido.
—Si lo hace, yo te apoyaré. Pero... se prudente. Solo pido eso.
—De acuerdo. Oye, a todo esto... ¿Tú no tenías clase a esta hora?
—Cierto. ¡Me voy o sino llegaré tarde hermanito!
—De acuerdo. Ten un buen día, Komaru.
—¡Gracias!—dijo mientras salía por la puerta.
El mayor de los Naegi sonrió. Su hermana era una joven muy dulce y atenta y cada día parecía más madura.
—Estoy seguro de que nuestros padres estarían más orgullosos de ella que de mí. Y lo entiendo, ha aguantado el dolor de haberlos perdido estoicamente. Es por eso que me siento feliz por ser su hermano mayor.—pensó.
Suspiro pesadamente.
—¿Que haré con Kirigiri? No quiero arruinar lo de mi trabajo así que quizás debería hablar con ella sobre esto y decirle como me siento. No creo que le resulte raro, a fin de cuentas seguro que ella también se ha sentido incómoda. No por nada esta mañana no la he visto.
El chico se quedó pensando. Finalmente llegó a la conclusión de que quería hablar con ella
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¡A sus órdenes, jefa!
FanficMakoto Naegi es el único adulto de su familia desde que sus padres murieron. Para cuidar de su hermana Komaru deberá encontrar un trabajo, el cual encontrará en la empresa que es dirigida por una "mujer sin sentimientos". Kyoko Kirigiri es una mujer...