Sedúcelo

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Alison

No demuestres tus debilidades, no vaciles ante la mirada de los demás. Camina firme con convicción. Tus manos están limpias hasta demostrar lo contrario. No escuches a tus sentimientos, serán tu peor rival si quieres entender la verdad.

Mantente en silencio si tu lengua amenaza con soltar más de la cuenta, siempre di menos de lo necesario.

Disimula tus objetivos. Queremos la verdad a cualquier costo.

Desconcierta a los demás, jamás los hagas ver tus verdaderas intenciones.

Concentra tus fuerzas en seguir, ve por lo seguro, sé audaz.

Haremos que ellos trabajen a nuestro favor, pero es necesario que ellos no sepan que nos ayudan.

El miedo será tu enemigo. Simple. Aplasta a tus enemigos y no dejes migajas de ellos.

Finge hasta que la mentira se haga verdad en tu mente. Miente hasta que tus mentiras fluyan sin contradicción.

No busques errores, sigues teniendo prestigio.

No dejes que tus sentimientos te venzan. Ellos solo te harán más débil.

Y sobre todo no lo olvides.

Noah sigue vivo.

Gillian me dijo que debía fingir, no tener miedo. Que solo de esa manera podía hacer que se fuera, o acostumbrarme a él. No podía evitar el miedo, pero era buena fingiendo.

Los días pasaban sin contratiempo. Las cosas iban de acuerdo al plan. Blake se había unido a nuestro grupo, nadie cuestiono su decisión. No habíamos tenido que fingir ser Noah, al parecer nadie lo había extraño durante estos 3 días.

Trate que no me afectara, que el miedo no me traicionara, pero los nervios seguían en mí. Fingí ser lo más normal. Al parecer había funcionado, pero todavía podía sentir escalofríos al recordar aquella pesadilla, tal vez solo me sentía paranoica.

— ¡Hey! ¿Me estás escuchando? — cuestiono una rubia frente a mí, chasqueando los dedos, llamando mi atención.

—Lo... lo siento. Es solo que estaba pensando.

—Piensas demasiado últimamente, linda. — respondió Connor sentándose frente a mí.

—Y eso es demasiado dañino para la piel. — recalcó la rubia, tomando un espejito de su bolso y retocando su maquillaje.

— ¿Qué pasa pequeña Ali? — pregunto Oren a mi lado, dejando su bandeja de comida en la mesa.

Nos encontrábamos en la cafetería de la escuela, era la hora del almuerzo. Siempre habíamos sido un grupo de cuatro. Solo Oren, Gillian, Connor y yo. Pero ahora Blake se había unido a nuestro círculo, no me molestaba en absoluto, pero no podía evitar ponerme nerviosa y que mis mejillas se tornarán rojas con su presencia.

—Solo pensaba en todo... En Noah. — respondí, pensativa.

—Ya hablamos de esto Alison. — respondió Gillian con fastidio. —Solo tienes que fingir. Eso es todo.

—Lo sé... Es solo que...

—Es solo que nada. Miente, todo estará bien si te apegas al plan. — me interrumpió la chica.

Suspire con resignación. — ¿Y Blake?

—Ansiosa de verlo, eh. — Connor me lanzó una mirada pícara.

Vire los ojos con diversión. Este chico siempre malinterpretaba todo.

—Hablando del rey de Roma. — expresó Oren y todos giramos para ver el lugar donde el chico enfocaba su atención. Detrás de nosotros.

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