Eran las cinco de la tarde y los muchachos que se debían de encargar del turno vespertino ya se encontraban con Kaoru en su sala de estudio. El muchacho tenía tutores privados que, debido a las potentes feromonas del adolescente, ahora le impartían clases a través de diferentes salas divididas por cristales y con la ventilación activa todo el tiempo.
Anteriormente, Kaoru podía tomar clases frente a frente con sus tutores, pero desde que tuvo su primer rut era casi imposible de soportar para los adultos porque como todavía era muy joven y su poder era demasiado, le resultaba difícil en exageración ocultar sus feromonas. Si bien podía controlar a su antojo el efecto deseado, no podía esconderlas por períodos prolongados.
No había habido ningún daño severo registrado aún, tan sólo algunas reacciones por parte de algunos tutores que de no ser por su equipo de seguridad anterior, Kaoru habría sido asesinado o algún adulto hubiese resultado con daño cerebral.
Nilam, Alan y Hong, los encargados de la mañana, recién regresaban a los dormitorios después de una muuuuy larga ducha que debieron darse para retirar el aroma de Kaoru de sus cuerpos. Era imposible no impregnarse de sus feromonas y todavía no se podían acostumbrar por ser apenas el primer día.
Alan se recostó sobre la cama y suspiró.
— ¿Qué tal les fue? —preguntó David.
—Estuvo bien, para ser el primer día —respondió Hong.
— ¡¿"Bien"?! —reclamó Alan— ¿Dijiste "bien"? ¿Estás loco?
—No nos fue tan mal, es cosa de habituarse —intervino Nilam.
— ¿Qué pasó? —preguntó Kojiro.
Alan comenzó su relato de manera dramática.
Los muchachos habían estado listos desde las cinco de la mañana por pura costumbre de que en el campo de entrenamiento sus días empezaban igual de temprano, pero nadie les había avisado que Kaoru se levantaba a eso de las diez u once de la mañana porque su ciclo de sueño estaba demasiado alterado, por lo que en realidad estuvieron como seis horas simplemente esperando a que el alfa superdominante se dignara a despertar.
Después de eso, necesitaba ir a su entrenamiento físico rutinario, y como el niño estaba feliz de que hubiera más personas de su edad, se le ocurrió la maravillosa idea de pedirle a sus entrenadoras que los incluyeran a ellos en la rutina y los pobres evidentemente no podían igualarlo tan fácilmente, así que terminaron bañados en sudor, dolor, lágrimas y feromonas.
— ¡Ni siquiera tiene sentido que nos hayan traído aquí para protegerlo! Ese tipo está loco —dijo Alan jalándose la cara—. Tiene los músculos de todo el cuerpo exageradamente trabajados, y aunque estuviera todo flaco y débil, con su puro olor ya sentía que me quería matar.
— ¿Tan malo fue? —preguntó David.
—Bueno, en realidad no fue taaaaan así —dijo Hong—, aunque es cierto que parece que hace pesas con todo el cuerpo, hasta con los dedos. Estaba sin camisa cuando nos dejaron entrar a la sala de entrenamientos, lo estaban monitoreando y pudimos ver todo su torso musculoso, también sus brazos y espalda.
—Pero su olor sí era demasiado fuerte. Era difícil estar cerca de él y no sentirse sofocado —dijo Nilam—, aunque no sentí como si fuera a morir.
—No quise decir nada, pero cuando llegamos ayer y nos hicieron estar expuestos directamente a sus feromonas, sentí muchas ganas de salir huyendo. Definitivamente me va a costar hasta la concha acostumbrarme —dijo Alan.
—Siento que exageran —respondió Kojiro—. A mí me gustó su olor.
En ese momento todos los presentes lo observaron como si hubiera dicho la cosa más sorprendente del mundo.
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Proyecto Sakurayashiki || OMEGAVERSE
FanficEn un mundo egoísta y horrible donde los géneros secundarios pesan más que cualquier otra cosa, las coincidencias no existen, todo está planeado, nada es un accidente. ¿Pesará más el destino o la fría planeación de cada pequeño detalle? Kaoru y Ko...