La sala de espera del hospital estaba repleta de gente, médicos corriendo de un lado a otro llevando camillas, transportando pacientes, mirando sus fichas y tratando de calmar algún que otro familiar envuelto en estrés.
Jessica había hablado con la Doctora Henry quien le explicó que el estado de Jennifer era complicado. Le hicieron un coma inducido para poder operarle una de sus piernas tranquilas, ya que había tenido una serie de convulsiones bastante fuertes.
Jess tomó el celular de Jenny que le entregó la Doctora y se comunicó con la madre dela joven comunicándole la noticia. Se sentó en uno de los sillones de la sala de espera y dejo caer su cabeza contra la pared tratando de contenerse. Sus ojos se cristalizaban cada vez más y aunque quería evitarlo rompió en llanto. No podía ni quería creer lo que estaba sucediendo, porque sabía que era su culpa.
-¡Donde está mi hija! ¡¡¡Donde esta Jennifer por favor señor!!!- Escuchó Jessica, algo que la hizo acomodarse en el sillón... los gritos cada vez estaban mas cerca cuando de repente una mujer de estatura media, cabello caoba y lentes cruzo por el pasillo acercandose a ella.
-señora... hola... yo la llame, soy... Jessica... una amiga de Jennifer-Dijo la joven bastante nerviosa tirandose el cabello para atras. La madre la observo detenidamente, los aros en el rostro, en las orejas, los tatuajes, la mitad de la cabeza rapada... -Soy Sara, pero ya puedes irte gracias- comentó la mujer pasando por al lado sin mirarla siquiera.
-¿¡Perdón!?-Exclamó Jessica extrañada
-Mi hija ya está con su madre, no necesita a nadie más-.. Contestó Sara con desprecio. Jessica trago saliva, muchas veces pasó por situaciones similares debido a su apariencia y se había dejado pisotear. Pero no iba a dejar a la mujer que amaba sólo porque a su madre le parecía rara.
-Disculpe señora, estoy hace 5 horas aquí y no me iré sólo porque no le guste que yo sea amiga de su hija- dijo Jessica con la voz firme tratando de encontrar la mirada de Sara, quien la ignoraba por completo.
-Tú no eres la amiga... eres la responsable de que mi hija haya terminado con su novio Cameron- acotó la madre sentandose en uno de los sillones y poniendo la mirada firme en la joven que no podia creer lo que estaba escuchando.
-¿Qué es lo que me está queriendo decir?-agrego Jessica desconcertada
-no te hagas la tonta conmigo niña... se que tienes esa enfermedad extraña y asquerosa- dijo la mujer con repugnancia
Jessica sintió en su corazón todo el dolor que había sentido en la primaria cuando sus compañeros la molestaban por ser diferente a las demás niñas. Tomo aire y dijo -No voy a irme de este hospital aunque me ponga una demanda judicial... y lamento informarle que esa enfermedad que dice que padezco... es la misma que tiene su hija-
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Miradas Sospechosas
RomanceA veces el amor no es de la forma que nos esperamos que sea, se da sin motivos y sin buscarlo, queda en nosotros arriesgarnos o fingir que nada sucede... Esta historia refleja ese sentimiento de querer y no poder, la fina linea entre el miedo y el d...