Cuando íbamos por los pasillos, muchos miraban extrañados, no creía que les importaba tanto lo que yo hacia o dejaba de hacer. Hablar con Jai, entablar una conversación era como si tuviese que hacerlo con un sacacorchos, era muy difícil para mantener el hilo. Tenía que hablarle todo el tiempo, hace minutos creía que lograría tenerlo entre mis sábanas tan rápido, y ahora me pregunto si lograremos llegar hasta la puerta del salón.
-Oh dios que idiota. - exclamé.
-¿Que pasó?
-He olvidado algo en mi carro y es para entregar.
-¿No puedes ir por ello?
-Si pero tendría que ser rápido, acompañame por favor.
-Llegaré tarde a mi clase. - dijo mirando en su móvil la hora.
-Bueno pero será rápido, yo también llegaré tarde, vamos, por favor. - le rogué sin esperar su respuesta y como acto seguido tirando de su mano para que me siga. Lo conduci tras mio por los pasillos del colegio hasta salir al estacionamiento. Claro, no había olvidado nada, a veces me gustan hacer ese tipo de cosas espontáneas, y tan solo hacer algo arriesgado, me era gracioso pensar cual seria la reacción de Jai cuando descubra que lo hice perder su clase.
-Aquí está mi carro, este es. - le señale abriendo la puerta y entrando. - En la guantera no está. - fingi desesperación buscándo algo que simplemente no estaba. -Fijate en la parte de atrás.
-Fijate tu, veré si esta entre estos papeles. - le ordene revolviendo los papeles de el compartimiento inferior. Jai subió al carro y se arrodilló sobre el asiento delantero para asomarse entre el respaldar de este y de el asiento del conductor donde yo estaba, para mirar si veía algo atrás.
Trabe las puertas y arranque.
-Wow, ¿que haces?. - exclamó con sorpresa.
-No lo tengo, no quiero que me reten, no iré. - respondí con total calma.
-No quiero saltarme la clase, vuelve.
-AY relájate.- dije haciendo un ademán. - por una vez que faltes no será la muerte de nadie.
-¿Y que haré hasta que pase esta hora?
-Vamos a casa, mis padres no notaran que me salte la clase.
-Empiezo a sentir que preferiría un golpe de los amigos de tu hermano que hacerte caso.
Encendí el estéreo y me rei.
-Comienzas a conocerme.
En la radio estaba sonando un conocido tema, de la rapera Nicki Minaj. Jai me miraba como sapo de otro pozo mientras yo cantaba, vaya, era tan aburrido.
-¿Que tiene de malo?
-No es mi estilo. - bufo.
-¿Que escuchas? ¿RAP matemático?.- me burle.
-No.- contesto con seriedad.
Me volví a reír y dejé caer mi mano sobre su pierna, de manera casual, lo vi que se tenso.
-No seas tan estructurado. - moví mi mano para por sobre su hombro. - ¿Que te gusta? -El rock, pero grunge..
-¿Eso seria?
-Nirvana.
-Oh, por eso esos dibujos demoníacos. - deduci.
Como si fuese un milagro, Jai rio.
-No son demoníacos, son... a mi, me gustan los tatuajes, y eran los que me gustarían hacerme..
-¿TATUAJES?. - dije sorprendida. - no lo puedo creer, me harás estrellar el coche. - bromee soltando el volante por un segundo fingiendo que me iba a desmayar, Jai como acto reflejo tomo el volante, sabía conducir.
-¿Tienes alguno?. - pregunte quedando quieta dejando que siga conduciendo el.
-En mi brazo. - indicó con su mirada.
Tomé el puño de su camisa y comencé a elevarlo descubriendo que tenía una manga completa de tatuajes. Cuándo lo hice, pase mi palma por su brazo descubriendo que tenía unos músculos definidos.
-Tienes, músculos. - dije tocando su brazo lentamente mirando su reacción, se había puesto tenso nuevamente. - nunca imagine todos estos tatuajes.
-Los cubro para el colegio. - contesto dándome el volante nuevamente e incorporándose nuevamente en su asiento. -Estamos por llegar, allí es mi casa. - señale con el dedo.
-Bonita. - exclamó.
-Grande, y está sola. - dije ahora guiñandole un ojo.