Sara la madre de Jennifer y Jessica yacía en la sala de espera. Cada cual con una reacción diferente. La madre de la joven no dejaba de llorar, a pesar de que los enfermeros trataban de controlarla, era imposible. Por otra parte Jessica estaba paralizada, completamente pálida con los ojos brillosos, tratando de silenciar sus oídos para no oír las descargas del desfibrilador que condenaban a Jennifer en un sueño permanente.
La puerta de la habitación se abrió y la médica salió algo pálido, a lo que la madre de Jennifer se colgó de ella diciendo -¡¡mi hija doctora, mi hija no puede irse doctora!!-.
-Cálmese señora... logramos regresar a su hija...- dijo la mujer esbozando una pequeña sonrisa de alivio. Sus palabras hicieron voltear a Jessica que estaba de espaldas totalmente en estado de shock
-Jennifer esta viva?! ¿¡Se repondrá?!- Exclamó Jessica sin preocuparse por la reacción que podría llegar a tener Sara por su intromisión.
-La realidad es que a pesar de que logramos reanimarla perdió mucha sangre por una hemorragia interna debido a sus convulsiones y está muy débil. Necesitamos un donante enseguida con el tipo de sangre 0 negativo.-
-Es la única de la familia con ese grupo sanguíneo, ¡¿qué vamos hacer doctora?!-gritó la madre de la joven sollozando
-soy ese tipo de sangre...-comentó Jessica dando un paso al frente a lo que Sara se quedó atónita mirándola
-lamento decirte que si tienes tatuajes no va a poder ser-dijo la doctora mirando los brazos de la joven
-¡hace más de 1 año que los tengo! ¡Estoy al tanto que no es un impedimento para donar a estas alturas!- exclamó Jessica algo eufórica
-no sé si es conveniente que nos arriesguemos...-comentó la doctora un poco disconforme
-¿cómo que no es conveniente? ¿Usted está jugando conmigo? ¡Es mi hija doctora! y si es la única posibilidad que hay ¡obvio que nos vamos a arriesgar! ¡No voy a dejar morir a mi hija!- gritó Sara. Jessica estaba sorprendida, no podía creer que la madre de Jennifer había aceptado su propuesta.
[...]
3 semanas después de la transfusión de sangre Jennifer despertó.
Abrió los ojos y se encontró con tubos que salían de su boca, cables que colgaban de sus manos y una de sus piernas enyesadas. La joven no entendía nada y la única manera que encontró de reaccionar fue intentando gritar, algo que el tubo que salía de su boca le impedía. Cuando de pronto su madre ingresó a la habitación acompañada de una enfermera quien le retiro los tubos y cambio el suero.
-¡Mi amor! por fin estas despierta... no te das una idea del miedo que tuve... ¡pensé que no iba a volver a verte despierta nunca más!-dijo Sara acariciando el rostro de su hija mientras rompía en llanto
-Tranquila mamá... ya estoy mejor...-comento como pudo Jennifer quien de pronto volteó la vista para ver quien ingresaba a la habitación. Era Jessica, tenía los ojos llorosos, el rostro pálido y se notaba bastante que había bajado de peso. Jennifer comenzó a sentirse molesta y sin poder evitarlo empezó a llorar sin control. A pesar de que Sara intento calmarla no pudo.
-¡vete! ¡No quiero verte nunca más en mi vida!- exclamó Jennifer con un grito desgarrador que provenía de lo más profundo de su alma. Jessica sintió que su corazón se partía en mil pedazos, pero sabía que el recuerdo que la joven tenía de ella no era el mejor, pero si cierto. Por eso estaba en todo su derecho.
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Miradas Sospechosas
RomanceA veces el amor no es de la forma que nos esperamos que sea, se da sin motivos y sin buscarlo, queda en nosotros arriesgarnos o fingir que nada sucede... Esta historia refleja ese sentimiento de querer y no poder, la fina linea entre el miedo y el d...