Un nuevo comienzo | 2

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Harry Styles se despertaba en la mañana del lunes, eran las 6:30 am para ser exactos. Tenía que ir al colegio asi que no se podía quedar, se sentía extraño, como que este día sería diferente.
Y no sabía lo que le esperaba...

Se levanto de esa cama llena de secretos y somnoliento se digirió al baño, dispuesto a darse una ducha.

Rápidamente salió, se puso lo primero que encontro y acomodo sus rizos. Bajo las escaleras hasta la cocina y se preparo el desayuno.

Tenía que encontrarse con los chicos, sus dos mejores amigos desde que eran unos nenes. Niall Horan, el adorable, simpático y ruidoso chico rubio de ojos celestes, y Liam Payne, el un poco estructurado pero divertido castaño de ojos marrones profundos. Apreciaba a ambos muchísimo porque siempre habían estado con el en los momentos difíciles de su pasado, lo apoyaban en todas las deciones que tomaban, siempre lo hacían sonreír, en fin, eran lo mejor que tenía.

Mientras se dirigía a la casa de Niall, pensaba en que harían esta noche. Era un aburrido lunes, pero eso no impedía tener una víctima más, después de todo, de eso vivía.

Harry era un chico de 19 años que dejo la casa de sus padres y decidió vivir solo a sus 17, cuando les comentó que era gay y ninguno de ellos lo aceptó. Gracias a dios, Niall y Liam siempre habían estado ahí, porque solo no hubiera podido salir de ese sufrimiento. Este hecho lo había vuelto frío y sin sentimientos, pero solo por las noches. De día iba al colegio, era adorable, inocente y timido, pocos amigos pero muy simpático. Volvía a la soledad de su casa, dormía un poco hasta la medianoche para salir a las calles a hacer su trabajo.

Harry, o mejor dicho, Edward Cox (así lo conocían) buscaba víctimas en los pubs de Las Vegas, nadie podía resistirse a ese chico alto de ojos verdes esmeralda, rizos color chocolate y una sonrisa con hoyuelos cautivante, y él se aprovechaba de eso.

Seducía a cualquier hombre que se le cruzara, los llevaba a su cama y los drogaba, alcohol, pastillas, marihuana, cualquier cosa suficiente como para que no recordaran nada al día siguiente. Tenían sexo, él le robaba todo lo que tenían con ellos, billeteras, relojes lujosos, tarjetas de crédito, etc., y luego los echaba a la calle completamente inconscientes. Con lo que robaba le alcanzaba para vivir y comprar drogas para la víctima del día siguiente. Era cruel, oscuro y le encantaba.

Llegó a la puerta y toco el timbre esperando a que un rubiesito saliera para ir a buscar a Liam y luego ir a la puta universidad.

–Hola Hazz! -salió Niall –¿Cómo estás? -lo abrazó

–Hola! como siempre y vos? -correspondió el abrazo

–Bien, vení vamos se nos hace tarde

Ambos caminaron hasta la casa del castaño hablando de cualquier cosa. Llegaron, tocaron el timbre, esperaron unos minutos, y al fin salió

–Hola chicos! -los abrazó a los dos juntos –¿Todo bien?

–Hola sucio, bien y vos? –contestó el rubio

–Te dije que no me digas sucio soy más limpio que vos, y si, todo bien -ambos rieron bajito –Harry, -el rizado correspondió la mirada –¿Que vamos a hacer esta noche?

Liam sacó las palabras de sus pensamientos, estaba a punto de preguntar lo mismo –No sé -sonrío de lado –siento que va a ser un día diferente

Liam asintió y partieron en silencio hacia el colegio.

Llegaban cinco minutos tarde asi que apuraron el paso y entraron al salón justo un segundo antes que el profesor.

Las dos horas fueron agotadoras, física era pura mierda pensaban.

Salieron al recreo, habían escuchado el rumor de que habría dos estudiantes nuevos. Todas y todos murmuraban miles de cosas, la mayoría eran caras de asombro y emoción, por lo que Harry pensó que esos dos chicos debían ser o desagradables o hermosos porque nadie se ganaba la atención de toda la uni de esa manera.

Hundido en sus pensamientos, lo vió.

ángeles del infierno - larry s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora