Negro

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Las personas comenzaron a salir de la iglesia caminando directo al cementerio donde el cuerpo inerte de mi hijo seria enterrado. Todos estos meses estuve en contra Dios, todos estos meses perdí mi devoción hacia el, hasta que un día una anciana quien padecía de cáncer y se encontraba en sus últimos momentos me dijo:

-la voluntad de Dios siempre se cumple-la pobre señora no podía respirar-hija, piensa que Dios no quiere que tu pequeño se quede en este mundo sufriendo-posó su débil mano en mi brazo brindándome una leve pero muy reconfortante caricia.

-pero me esta haciendo sufrir a mi-susurre

-ese dolor que sientes ahora poco a poco desaparecerá-me dedico una sonrisa-tu hijo en estos momentos esta sufriendo mucho y nuestro padre no quiere verlo agonizar mas-hizo una pausa- yo se que tu no quieres ver a tu pequeño sufrir mas de lo que esta haciendo.

-no, pero tampoco quiero que muera y me abandone-baje la mirada

-el jamás te va abandonar-trato de levantarse de la camilla y quedar a mi altura-mientras que lo tengas presente aquí-señalo con su dedo huesudo mi corazón-y aquí-señalo mi frente- no estarás sola-se volvió acomodar en la camilla-por eso te pido pequeña no estés enemistada con Dios, el sabe porque las cosas suceden-me levante y me acerque a ella para poder besar su mejilla arrugada.-además no vas a estar sola.

-¿segura que quieres ir?-pregunto Travis un poco preocupado sacándome de mi trance, haciéndome volver a la realidad

-tengo que darle el ultimo adiós-me levante de la banca y acomodé un poco mi ropa

-Mel no quiero que te alteres-dijo colocándose a mi lado mientras que rodeaba mi cintura con sus fuertes brazos.

-solo mantente a mi lado-bese sus labios

-siempre estaré contigo.

Caminamos tomados de la mano evitando caer en la húmeda hierba del cementerio, la personas comenzaron hacer un pequeño circulo alrededor de la urna de James, mis padres junto con Bree se encontraban al frente esperando por nosotros, no quería estar ahí y dar el ultimo adiós a un ser que lleno mi vida como ningún otro, quien me demostró que el amor verdadero si existe y es el de una madre que siente por su hijo. Llegamos junto a mi familia y el ataúd se encontraba abierto dejando a la vista de las personas cercanas la inmaculada visión de mi hijo, mi madre fue la que tuvo que organizar todo lo relacionado con el funeral y entierro ya que yo no me encontraba en un buen estado de consciencia en esos momentos, James tenia puesto un traje blanco junto con su osito de felpa, alrededor de su urna tenia unos cuantos carros que mis tíos y primos le colocaron.

Flashbacks

-mami mi cuerpo duele-la voz a dolorida de James me despertó de mi incomodo sueño, llevábamos mas de dos meses en el hospital, el cuerpo de mi pequeño cada vez se debilitaba con el transcurrir de los días, las quimioterapias lo dejaban exhausto y su cabello al igual que las cejas y pestañas comenzaron a desaparecer.

-mi amor-dije aguantando las inmensas ganas de llorar y gritar de frustración que tenia en estos momentos.- ¿que te duele?-pregunte mientras acariciaba su cabeza

-aquí-señalo su cabeza-y aquí-señalo las piernas, los brazos y su abdomen-me duele mucho-hizo un puchero mientras derramaba algunas lágrimas, verlo así hacia que mi corazón se estrujara y doliera de una forma atroz.

-quiero que te tranquilices-pedí-voy a llamar a una enfermara solo quédate quieto-bese su frente y salí en busca de la enfermera de guardia.

-¿Qué se le ofrece señorita?-pregunto una morena con su uniforme blanco impecable.

EL ULTIMO ADIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora