Con los ojos llorosos veía el cuaderno delante de él, no sabía que decir, cómo reaccionar, ni si quiera sabía en esos momentos que sentir al respecto.
una oleada de frío y temor se apoderó de su cuerpo al ver la cara del joven de la foto que estaba...
"¿Qué estás haciendo en mi mente? No puedo sacarte de ella, por los momentos no puedo ofrecerte las cosas más bellas, pero promete que tú serás mi estrella."
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Al rato regresó a su departamento, aquél que compartía con Dalia, su compañera de cuarto, en todo el trayecto no dejó de pensar en ese chico, Taehyung, se veía misterioso y algo en él lo atraía mucho. Pasó por un restaurante de comida rápida comprando algo para cenar y así poder conocer un poco más a su compañera, llevaba algo más de tres meses en aquella ciudad pero no se había rozado mucho con ella por lo estrezado que estaba con el comienzo del curso, las tareas y proyectos que sin darse cuenta ya habían pasado esos tres meses.
Llegó a su piso y girando la llave en el pomo de la puerta, dejó su chaqueta en el colgante de la entrada, olía bien, tal vez su compañera tendría alguna visita lo cuál lo desilucionó un poco, ya que justo cuando se decidió a hablarle tenía visitas.
—¡Llegaste! —la chica lo tomó por sorpresa.
—Si... Yo, veo que tendrás visitas... Así que me iré a dormir —se dispuso a caminar pero la chica lo detuvo.
—¿Jungkook?
—Dime.
—En realidad te estaba esperando a ti —dijo sumamente ruborizada.
—¿A mí? —se dió la vuelta confuso, la chica asintió.
—Si la verdad no hemos tenido el tiempo de conocernos por el estrés del último año de la universidad y no quería parecer maleducada así que prepare la cena, si gustas claro.
El chico quedó viendo la bolsa de comida entre sus manos y soltó una carcajada sin poder evitarlo, la chica se sintió algo mal por ese hecho a lo que él se dio cuenta y explicó rápidamente.
—La verdad no se mucho de cocina, así que compre comida pensando en lo mismo que tú, claro que me encantaría cenar contigo.
La chica sonrió y ambos caminaron hacia el comedor en donde ya estaba servida la comida, Jungkook dejó la bolsa a un lado del comedor para luego ver todo con absoluta sorpresa.
—¡Vaya! Te esmeraste en hacer esto, huele delicioso.
—Gracias, pero aún no lo haz probado, toma asiento
Jungkook hizo caso, mientras ella terminaba de servir las bebidas él se disponía a oler el aroma tan delicioso que la comida emanaba, le recordaba ñoño a su madre, se sintió de nuevo en casa.
Saboreó la comida con una lentitud abrumadora, le encantaba el sabor de ésa comida, no era nada como lo que había probado antes, además que estaba picante a su gusto.
—¿Y, te gustó? —preguntó la chica al azabache.
—¿Cómo no gustarme? Cocinas como una profesional. Y dime ¿Qué me cuentas de ti?
