1. Elizabeth

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Como una loca obsesionada caminabas a pasos acelerados, contándole a la brisa de la mañana sobre tus sueños y miedos.
Corrías rápidamente por los pasillos de una extensa habitación y te adentrabas en las profundas tinieblas. Tu mente era un caos. El dolor siempre te había acompañado y perdida entre los sentimientos de los demás te encontrabas.
Las diferentes verdades y realidades provocaban graves heridas en ti, te quemaban como el fuego.
Todo había sido una ilusión ilustrada, una cruel mentira planeada.

Elizabeth, ¿qué hiciste con tu verdadera identidad?
¿Qué buscabas en la fugacidad del tiempo? Los demás te veían débil e indefensa. Tus emociones eran fáciles de manipular, pero entregabas lo mejor de ti y eso te protegió como un escudo inquebrantable.
Las luces estaban en rojo y aun así cruzaste la calle. El peligro era inminente. Todos te veían como la culpable, todos notaban tus defectos y te abandonaron en el desierto de la confusión.

¿Qué podías hacer, Elizabeth? Solo continuar y luchar contra las adversidades de la sociedad y del destino. Después de todo, eras la malvada; ellos eran los buenos. Tú eras el monstruo más egoísta y sin sentimientos de este planeta, aunque en el fondo de tu alma sabías que eso no era verdadero, pero lo aceptaste como tu castigo, tu sentencia de muerte. Aceptar tus errores y cargar con el desprecio de otros te ayudó a superar todos los límites, todas las desgracias encontradas en un camino que no terminará jamás.

Muchos creen que su dolor es único e incomparable, sin embargo, hay personas que ocultan sufrimientos más grandes y permanecen en la batalla, sin importar las heridas que les hayan causado. No necesitas la compasión. Cualquier ser humano puede resbalarse, caer y perder la orientación. Solamente los perfeccionistas creen que eso no debe ocurrir.

¡Oh, Elizabeth, ya no dudes más! Confía en ti misma y en ninguna persona más. Todo mejorará. Algunos piensan que ganan, otros que pierden, pero eso no es verdad. No hay perdedores ni ganadores. Tú puedes encontrar las respuestas y avanzar hacia una mejor conciencia. Tus ideales y tus sueños te esperan ansiosamente.

¡Elizabeth, ya deja a los demás! Ellos pueden pensar lo que quieran, ya que no te conocen lo suficiente y nunca intentaron comprenderte. No puedes estar acompañada todo el resto de tu vida por los fantasmas de tu pasado. Muchos desean alcanzar las estrellas, sin embargo, tú debes conectarte con el universo y eso te hará brillar. Ya diste lo mejor de ti para otros. Conviértete en un huracán y fortalece tu interior. Eres fortaleza eterna y vas a florecer más que en anteriores ocasiones, con tu propia voluntad y compañía. Deja que se apague todo lo que te hace mal y no mires hacia atrás. Renace nuevamente y sé feliz.

El laberinto de mis pensamientos y sentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora