Mi Pobre Diablo (Yoontae)

Capítulo 28

Un ruido en la planta baja de la casa me alerta quitándome el sueño.

Abro los ojos intentando acostumbrarme a la oscuridad, veo el reloj siendo las 4 am.

¿Quien esta despierto a esta hora?

Otro ruido me alerta por completo, levanto mi cuerpo desnudo que esta cómodo encima de hyung.

— Yoongi — susurro intentando despertarlo — Yoongi.

Lo muevo con fuerza hasta que despierta asustado.

— ¿Que pasa? — pregunta bostezando.

— Hay alguien abajo — eso lo levanta por completo sentándose a mi lado.

Me levanto colocandome una bata encima amarrandola con fuerza en mi cintura.

— ¿Qué? ¿Quien? — se viste de prisa.

— No lo sé, cállate y escucha.

Hacemos silencio escuchando nuevamente como mueven cosas abajo.

— No puede ser — pasa sus manos por su cara.

Sé que esta con miedo por todo lo que pasó pero necesito cuidarlo.

— Escuchame, voy a salir, quiero que salgas conmigo, te dejaré en la habitación de Jungkook ¿ok? Yo me encargo de todo.

— Pero — niega — No, no, y si ¿es él? Y te hace algo

Agarro su cara con fuerza haciendo que se enfoque en mi.

— Todo estará bien — dejo un beso en sus labios — Yo me encargo.

Amarro su bata, agarro su mano, camino con él hasta la puerta, la abro intentando hacer el menor ruido posible.

Veo hacia los lados dandome cuenta que no haya nadie, doy señas que se calle con mis dedos, camino delante de él hasta la habitación de Jungkook, ingresamos sin hacer ruido viéndolos abrazados bien dormidos con la boca abierta.

— Jiminie — susurro moviendolo — Jiminie.

— ¿Que pasa? — se restriega el ojo con pereza.

— Escuchame, manten tranquilo a Jungkook, hay gente en la casa, no se quienes son y necesito que Yoongi se quede aquí, voy a traer a nana.

— No, tae — intenta detenerme —Deja que los guardias se hagan cargo.

—Ellos están en la casa de atrás, necesito que me ayudes manteniendo a todos aquí.

Salgo de la habitación yendo hacia donde nana, la encuentro despierta con un bate en la mano.

— Vamos — susurro, le doy la mano sacándola de la habitación hasta dejarla donde están el resto — Golpeen a quien sea que entre por esa puerta ¿ok? — le doy el bate a minie.

Asienten mirándome como si tuviera dos cabezas. No digo nada más, voy a yoongi dejando un beso en sus labios y salgo.

Camino de cuclillas hasta asomarme por las rejas.

Observo a tres hombres encapuchados en la sala, con unas fundas negras en mano mientras guardan los jarrones y trofeos de mi bonito.

— Esta casa esta llena de lujos — intenta susurrar uno.

— Vamos, agarren lo que puedan.

Son ladrones.

Camino despacio hasta la escalera de caracol del lado más oscuro de la casa, la biblioteca.