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tarde juntos

Capítulo 6:
Naruto.

No voy a mentir. El quit desapareció.

Lo busque por todas partes o es lo que pienso al menos; no es muy grande mi departamento ¿Cómo es que siempre sucede? Me siento tonto.

No hace mucho me había lastimado en la búsqueda del gato de la vecina; me compadezco del èl, esa señora es muy pegajosa y de solo pensarlo la piel se me eriza.

Ese día llegue a casa y agarré el quit del estante, después de terminar lo dejé tirado... ¡¿En donde?!

¿El cuarto? No, no Sasuke no pediría algo que simplemente puede estar a la vista y tampoco recuerdo estar ahí con eso.

Lo única opción es la cocina.
¡ya estás aquí! grito mi conciencia incrédula.
Me despeine de frustración.

—Primero busquemos ropa y después volvamos.—dije a mi conciencia.

En mi cajón no había nada a excepción de una remera blanca sin ningún logo o detalle en èl, un par de pantalones oscuros con dos líneas blancas a los costados y unas medias grises.

—Bueno es lo que hay.—dije para mí mismo agarrando las prendas sin dar vueltas.

Toque la puerta unas dos veces pero no escuche su voz ningún otro ruido que no sea de la ducha. Me pareció raro pero deje que pasarán dos minutos para después entrar.

—Mi vista está en la ropa, no te preocupes.---avise entrando despacio.—Está en la tapa del inodoro.

La cortina estaba en frente de mi, una cortina no traslúcida, por supuesto, pero al principio creí haber escuchado un balbceo pero después la cortina dio paso a un brazo que me agarró fuertemente, lo que provocó que gritara.

—Pero... ¿Qué haces?—Aún sentía mi corazón en la garganta.

—La cortina.—soltó en un hilo de voz.

Mire en sus ojos algo que pudiera detectar ¿Acaso era  por los espirales?

—¿Qué tiene? si ya se mi cortina tiene...

—No.

Mi ceño estaba fruncido y trataba de evitar hacer una mueca. Al elevar mi mentón unos centímetros más, vi algo horroso, horripilantemente sucio, repugnante, feo, pequeño, oscuro, y su inigualable sonido característico.

—Una cucaracha.

—Mátala, te pido que la mates.—me ordeno con terror absoluto.

—¿Cómo?—solté incrédulo ante su pedido—¿Estas loco?

—Me dan asco.

Mire su cara una vez más. Se vía realmente aterrado. Si que le tenía miedo; en mi caso, si me daba asco pero miedo jamás. Un insignificante ser nunca lograría asustarme.

...

Sasuke salió minutos después, su cabello estaba húmedo pero a diferencia del mío este estaba caído, parecía: una cortina oscura. Debo admitir que mi cabello es un tanto especial al ahora de peinarlo y secarlo.

Mi ropa no le quedaba del todo mal pero yo era más corpulento que él, no voy a ser modesto, estoy tonificado y él no por eso parece un saco de papas.

—¿No te vas a bañar?—pregunto él con una ceja levantada y de brazos cruzados.

—Me bañe ayer.

—Pero tu.—señaló mi pelo de carpincho.—se ve..

—Si pero es porque es grasoso. Es normal.

Asintió dudoso.

—¿El quit donde está?

Silencio. Demasiado para mi gusto.

—Me obligas a mentir. Que cruel.

—¿No sabes dónde está?

—Es probable.

Su expresión gritaba: Desordenado e Inútil.
Me dolió o tal vez no.
Cerré los ojos y tiré mi cabeza en el respaldo de mi sillón al escuchar como movía mis cosas.

—Ni intentes en buscar por que no est-

Un sonido en particular sonó y me obligó abrir los ojos. Ese maldito.

—Estaba gritando por auxilio entre las ollas.—y comenzó a hacer sonidos de caricatura.

De la comisura de mis labios salió una risa sarcástica.

—Muy gracioso, Muy gracioso.—camine hacia él y le arrebate el quit.—Dame eso.

—Deberías ser más ordenado tal vez así serían más fáciles las cosas ¿no?

—Jamás.