| Veintinueve |

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Después de tomar el café. Enzo me había dicho que me fuese con el en el coche.

Y aquí nos encontramos.

No dejo de pensar en varias cosas: lo bueno es que la chica de la foto no es su ex.

Lo malo, que voy a suspender filosofía.

Y esto último me amarga profundamente la existencia.

Mi madre me va a matar si se entera.

–¿Qué te pasa?–pregunta Enzo al ver mi cara de reojo.

–Nada, estoy bien- respondo automáticamente.

Suelta una carcajada:–Por favor, no digas las jodidas típicas frases de mierda esas que decís las mujeres.

Le miro lo más mal que puedo:—¿Ahora eres experto en mujeres?

Sonríe con suficiencia:–Algo así.

Ruedo exageradamente los ojos.

–¿Me vas a decir lo que te pasa?- insiste.

–Voy a suspender filosofía.

–¿Y qué?

–¿Cómo qué y qué?—pregunto y al segundo tomo aire para calmarme y seguir–¿tú no podrías hacer algo para que apruebe, verdad?

Enzo me mira un momento como su estuviera loca:–¿Qué dices Nix? Eso sería ilegal. ¿Eres consciente de lo que me has preguntado?

Alzo ambas cejas incrédula:–¿Estás jodiendo? Casi me besas el otro día.

Enzo chasquea la lengua:–No quería besarte. Te lo he dicho más de una vez, me gustan con experiencia–me guiña un ojo.

–Así que Laura tenía experiencia–digo nombrando a su ex lío–No la veo desde hace tiempo, ¿será que has cortado con ella? O espera, quizás ha sido ella quien ha cortado contigo.

—No sabes de lo que estás hablando- dice serio sin apartar la mirada de la carretera.

–Créeme que lo sé–digo riéndome de su cara.

De un momento al otro, Enzo detiene el coche.

–¿Por qué paras?–pregunto mirando a todos lados por si ha pasado algo.

–¿Piensas, de verdad, que puedes meterte en mi jodida vida personal?—pregunta mirándome profundamente a los ojos.

–Solamente te estoy diciendo lo que pienso—me defiendo cruzándome de brazos.

–Si,  Laura y yo ya no estamos juntos. Me estás tomando el jodido pelo y no es gracioso.

–¿Tomándote el pelo?–alzo una ceja.

–Me taladras la cabeza justo cuando corto con ella, después de pedirme perdón y luego dices que quería besarte–sonríe mostrando todos sus perfectos dientes–¿Quieres besarme?

¿A qué viene eso? Trago saliva y respondo –Eso no importa.

–Lo sé. Sé que quieres más.

–Enzo...

–Sé que te encantaría que...–se interrumpe poniendo su mano en mi rodilla–¿Crees que no veo como  me miras en el instituto? ¿Crees que no me doy cuenta como de nerviosa te pones cuando voy sin camiseta en casa? Solo di la verdad. Ambos queremos de los dos. Después del día de aquella jodida comida. Pero nunca hemos acabado con esto.

Su mano pasa de la rodilla a cada vez más arriba. Me está volviendo loca.

Nuestro magnetismo es irreal.

—Quiero decir...–sigue hablando–estoy soltero ahora, al
igual que tú.

–¿Qué estás haciendo, Enzo?- pregunto refiriéndome generalmente.

Se muerde el labio y mi deseo por él aumenta aún más.

–Solo estoy probando que los dos queremos.

Queremos pero no podemos.

Ojalá poder besarle.

Poder besarle sin importar los demás.

Pero no puedo.

Enzo vuelve a morderse el labio y me mira a los ojos –Sé perfectamente que esto nunca pasará.

Escuchar eso, aunque ya lo sepa, hace que mi corazón se quiebre un poco.

–Da igual cuánto queramos- añade desviando su mirada de mí.

Su semblante serio vuelve y arranca el coche.

Seguido de nuestro incómodo camino.

(...)

–Hola, mamá–sonrío plenamente en cuanto atiende la llamada—Te he echado muchísimo de menos.

Mi madre suspira:–El tiempo pasa muy rápido. Tengo buenas noticias, cariño.

Le miro alzando una ceja para que siga.

–En una semana te darán las vacaciones de otoño, ¿verdad? ¡Pues nos veremos muy pronto!

No sé qué pasa que últimamente no entiendo las cosas:–¿Vas a volver?

Niega con la cabeza haciendo una mueca –Nuestra compañía va a hacer un feria de otoño en Paris. ¡Y me han dicho que puedes venir con nosotros! Vendrán muchos famosos escritores...

La felicidad me alcanza de inmediato, y no puedo evitar mostrarla gritando como una niña pequeña y aplaudiendo.

–Enzo y tu tenéis el vuelo este viernes a las diez de la mañana.

Al escuchar eso mi felicidad baja un poco ya que las cosas entre nosotros no están muy bien tras la conversación del otro día.

¿Cómo no va a venir, Enzo?

Voy a tener que viajar con él.

A Paris.

Esto no hay quien se lo crea.

Hola mis personas bonitas <3 Me vais a tener que volver a disculpar, necesitaba un descanso después de terminar los exámenes.

Pero ya estoy aquí, ¡y vuelven las actualizaciones diarias!

Agradeceros todos los mensajes bonitos que me habéis puesto. Cada unx de vosotrxs tenéis un pedacito de mi cora :)

Ahora subiré dos capítulos más.

Instagram: @lidiasstorm

Os mando muchísimo amor.

–Lidia.

¿Mi hermanastro? Mi profesor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora