家族
𝕱𝖆𝖒𝖎𝖑𝖎𝖆
Senju Tsunade desde un inicio no había querido hacerse cargo de la pequeña Kirai, pero tenía que, estaba sola en ese mundo y era la única familia que ella tenía.
No se vio en más remedio que aceptar, con sólo una semana de tenerla bajo su cargo, se percató de las diferencias entre un niño normal y uno de la talla de Kirai.
En su mayoría los niños eran bastante ruidosos, comían muchos dulces y eran animados, eso había creído Tsunade.
Pero Kirai no era así, siempre permanecía calmada y su presencia era poco evidente, siempre caminaba a paso lento como si no quisiera ser escuchada.
Físicamente, Kirai era similar a Tsunade a excepción de los ojos, la pequeña los tenía de un color azul tan claro como el cielo, ese rasgo era el que llamaba más la atención de la mayor.
—Oi, niña.
La rubia volteo y dejó de observar la ventana.
—Ven a comer algo, estas en crecimiento y necesitas alimentarte.
Kirai se acercó a la mesa, se sentó frente a Shizune, esta miraba atentamente a la niña, estaba algo extrañada de su comportamiento, se la pasaba callada.
—Kirai-chan ¿Te sientes bien?— preguntó la azabache.
La menor asintió.
—Ha pasado una semana y no te has dignado a hablar— reprochó la Senju —¿Es que no sabes hacerlo?
La rubia bajó la mirada.
—Si hablo, Tsunade-sama.
La Senju mayor frunció el ceño.
—Hn.
Shizune le miró con algo de reproche a Tsunade, esta solo se encogió de hombros.
—Disculpa la brusquedad de Tsunade-sama, no acostumbra a tratar con niños.
La menor asintió.
—Y dime ¿Cuanto conocimiento tienes? ¿Serás shinobi?— preguntó Tsunade.
—Aprendí algunas cosas en casa de Akane oba-chan... A mis padres jamas les agrado hablar conmigo, así que no sabia donde buscar pergaminos.
—Oh... ¿Sabes leer?— cuestionó la Senju de nuevo.
—Akira-sama decía que en este mundo no hay lugar para débiles, mucho menos para idiotas.
Shizune y Tsunade se miraron entre sí con algo de tristeza.
—Tu padre es un imbécil— farfullo la rubia mayor —Mira que él vino a aprender a leer hasta los seis años, querer obligar a una niña a hacer cosas que aún no debería hacer a su edad es bastante estupido, sigo cuestionando sus métodos de enseñanza, eso no quiere decir que no seas lista, lo eres.
—Papá decía que tu eras una buena para nada— murmuró la menor —Pero yo no le creo, apenas llego a ser jounin, tu eres una sannin.
La mayor alzó el mentón complacida.
—Si, realmente lista.
Shizune soltó un suspiro.
...
—Bien, si nos retrasamos no podremos llegar a...
Un sonido detuvo el hablar de Tsunade, la mirada de Shizune y la rubia se dirigió hacia la menor quien tenía las mejillas rojas y las manos cubriendo su pequeño estómago.
—¿Que fue eso?
—M-mi estómago, perdone.
—Come algo.
Shizune soltó un bufido.
—Oh, claro, tengo que darte de comer — Tsunade entendió —Ah... —rebusco en su bolso y le tendió una bolsa llena de dulces— Toma, come esto.
De nuevo la azabache llevó su mano al puente de su nariz.
—¿No dijo usted que tenía que cuidar su alimentación?— cuestionó Shizune.
—Bueno... Si, pero en este momento vamos a un lugar, si llegamos tarde ya no podré apostar, cuando lleguen busquen un hotel o algo para descansar.
Siguieron caminando hasta llegar a aquel lugar, Tsunade entró y Shizune tomó de la mano a la pequeña.
—¿No te cansaste?— preguntó Shizune, Tsunade había ido a registrarse.
—Un poco— respondió en tono bajo.
—Debiste decirme, a la próxima vez que te canses, puedes hablarme y yo voy a llevarte en brazos ¿De acuerdo?
La rubia asintió, tenía las mejillas ligeramente rojas, se debía a que ella casi nunca tenía contacto físico con las personas.
—Vamos a buscar un lugar para quedarnos y luego volvemos por Tsunade-sama—la tomó en brazos.
Kirai se sentía feliz, por primera vez en muchos años se sentía al menos un poco querida.
—Shizune-san ¿Usted me va a cuidar siempre?
—Por supuesto que si— le sonrió —Tsunade-sama y yo vamos a cuidarte por mucho tiempo.
—Pero no siempre.
Shizune le miró algo extrañada.
—¿Me dejara cuando crezca?
—No, no te dejaré, te cuidare mientras siga viva.
—Gracias— la abrazó y permaneció con el rostro ocultó en el cuello de la muchacha.
...
—¡Kirai! ¡Debiste decirme que te dolía!— exclamó Shizune al ver los pies rojos y magullados de la menor.
—Perdón, no quería molestar.
—No molestas pequeña, a la próxima avisa, luego te dolerán los pies y se te dificultará caminar.
—Entiendo...
—Por mientras, puedo ayudarte aplicando un poco de ungüento, solo no te levantes o se te quitara.
—Okey...
—Otra cosa, buscaré a Tsunade-sama para avisarle donde nos quedaremos ¿Puedes quedarte sola un rato?
Kirai negó algo asustada de la idea, había sido así la última vez, sus padres habían dicho "Espera aquí, volveremos por ti"
Pero no fue así, Tsunade solo fue notificada de la niña, no se vio en más remedio que ir a por ella, no podía dejarla al bien de Dios.
—Y-yo quiero acompañarla.
Shizune observo a la menor por unos segundos, asintió.
—Esta bien, me acompañaras, cuando volvamos te pondré el ungüento ¿Si?
—Si.
Más tarde, regresaron con ropa para Kirai, Shizune se dedico el resto de la tarde a bordar el emblema del clan Senju en la ropa a pedido de Tsunade.
Si, después de todo, tal vez el abandono de sus padres no sería tan malo.
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The Hidden Senju 隠された
FanfictionEl amor es invisible, entra y sale por donde quiere, sin que nadie le pida cuentas de sus hechos, a su paso, solo de vez en cuando, deja problemas sin solución. Senju Tobirama no había considerado el futuro de sus nietos, Uchiha Midara, hermana men...