8/2/1934
Madrid, España - Valencia, España.
Samuel viajaba a Valencia estos días. Iría a la casa de sus padres, ya que se habían mudado hace poco tiempo y los visitaría quizá a diario o cada mes, costaría algo de dinero, pero lo que tenia le bastaría para ir y venir una temporada.
El se había quedado en Madrid a continuar sus estudios. Alquilaba una casa en el centro de la ciudad, la casa no era muy grande pero era bonita, de un estilo algo viejo, pero aun así mantenía su elegancia y estaba lo bastante equipada para sobrevivir lo que faltaba para terminar sus estudios.
Samuel era un chico bondadoso, que aprovechaba todo lo que tenia como si fuera el ultimo día, y lo apreciaba de una forma incomparable, que era lo que muy pocas personas hacían.
Hace ya unos días, había comprado un boleto de tren en la estación de tren central de Madrid. El boleto le había costado 1 euro que no había sido mucho, mas bien era poco pensando en un boleto para el tren. Él y su familia no eran pobres, ni mucho menos pero tampoco eran una familia prestigiada con mucho dinero en España.
Samuel estaba listo y equipado para el viaje, acababa de llegar a la estación de trenes. Al llegar a la estación se notaba que había mucho movimiento, la gente iba de un lado para el otro, esperando poder comprar un boleto para viajar a ver a sus familias que no veían desde hace meses o años. La desesperación y el estrés se sentían en el ambiente, mucho.
Se podría decir que era la primera vez que Samuel viajaba en tren, ya que sus padres jamás lo habían llevado de pequeño, a pesar de que antes vivía algo cerca de la estación y podía llegar fácilmente, bien y sin ningún contratiempo.
Samuel estaba sentado en una de las bancas de madera, cuando sonó el claxon y la campanilla del tren. Camino hacia la puerta abierta del tren, un chico algo pequeño, pidió su boleto y le hizo un pequeño agujero en una de las esquinas con un palito de madera.
El muchacho de cabello castaño abordo, para dirigirse a los asientos de la penúltima fila que estaban vacíos, sin pensarlo dos veces camino hacia ahí, para sentarse en el asiento al lado de la ventanilla y dejar el otro asiento al lado de el vacío, ya llegaría alguien.
El tren era bonito, tenia varias filas, en cada fila había 2 asientos acolchonados, unos pequeños compartimientos arriba de estos para poner el equipaje, y ventanillas que daban una hermosa vista al paisaje.
Samuel miraba fijamente a través de la ventanilla, cuando sintió una pequeña, una ligera presencia que lo miraba, sin apartar si quiera un momento la vista de él. Él volteo esta vez y su vista choco con la de un chico, de casi la misma edad de él, aunque un poco menor. Al parecer el chico de cabello negro y ojos rasgados quería sentarse en el asiento vacío al lado de él. Con una amplia sonrisa y un ligero movimiento de cabeza Samuel le indicó que se sentara. Guillermo solo pudo responder con una sonrisilla , y un sonrojo algo notable se formó en sus mejillas permaneciendo ahí, haciéndolo verse muy mono. Torpe y rápidamente Guillermo se sentó, y la pequeña maleta, que hace pocos minutos traía en sus manos, la coloco torpemente debajo de su asiento.
El claxon volvió a sonar e inundar la cabina entera de ese sonido fuerte y ensordecedor. La campanilla sonó a su vez y el tren comenzó a avanzar.
Samuel veía a Guillermo fijamente, intentando descifrar sus incontables pensamientos. Guillermo mantenía la cabeza agachada intentando no cruzar su mirada con el chico de al lado, que lo miraba fijamente. Guillermo sabia que le gustaría verlo otra vez, ver su penetrante mirada en el y sus labios curveándose formando una ligera y atractiva sonrisa.
Noto un ligero sonrojo en sus mejillas. Odiaba sonrojarse cada dos por tres. La pequeña sonrisa de Samuel se formo en una mas amplia al notar el color rojizo en las mejillas de Guille.
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EL TREN (Wigetta) One Shot
FanfictionA veces las cosas no son como uno las imagina, las cosas no pasan por casualidad. Nada pasa por casualidad.