XXIV

782 94 39
                                    

Desde el momento que puse los pies en el vestíbulo de la academia sentía como se hacia un hueco en mi estómago.

Tan solo pensar que se estaba acercando el momento que tanto anhelaba, era algo por el cual debía de estar emocionada o aliviada, pero en su lugar era una sensación extraña.

Era como si algo en mi se partiera en dos, una parte deseaba volver y la otra deseaba quedarse.

Subí las escaleras con pesadez. Por cada escalón que subía, me obligué a ocultar ese segundo sentimiento de nostalgia. No era difícil, pues no era la primera vez que hacia algo así, y tampoco seria la ultima.

Cuando llegué al último escalón, supe que había llegado el momento y no había vuelta atrás.

El silencio de la academia era absoluto, lo cual era usual en este lugar cuando no había nadie mas que papá. Supuse que los Black no estaban pues ya Max ya me hubiera venido a buscar junto con Ethan, o tal vez estarían peleando por algo que solo ellos dos entendían. Sonreí para mí misma ante el último pensamiento, realmente iba a extrañar muchísimo a ese par.

- Cero -

Me di la vuelta al escuchar la voz de papá.

Estaba a unos metros de mi, su libreta roja abajo de su brazo, como siempre. Pero tenia algo más en la mano, parecían ser dos pequeños frascos con un liquido dentro.

- Supongo que es hora de que te vayas, ¿no es así?-

- Me temo que sí -

Cuando le expliqué a papá casi todo sobre mi y mis hermanos, también le dije que volveríamos a la nuestro tiempo para que no causara alteraciones en nuestra línea temporal, por eso mismo le dije que debía de borrar todo rastro que comprometiera el futuro, eso incluía las memorias de los que conocí durante los tres años que estuve aquí.

- ¿Dónde están Alfa y Beta? -

- Salieron a buscar algunas cosas que necesito, pero no tardaran mucho en regresar -

Reginald siguió su camino hacia su oficina, deteniéndose un momento en señal de que lo siguiera..

- Necesito ir a recoger mis cosas -

El asintió, así que me teletransporte a mi habitación para recoger lo ultimo que había dejado, en realidad no era mucho, solo mi diario.

Revise toda la habitación una vez más, en caso de que olvidase algo mas, y justo antes de salir me detuve frente al tocador de la habitación.

Tomé un viejo broche que estaba allí y lo sostuve en mi mano un momento, dejé mi diario en el tocador y llevé mi mano libre hacia el broche.

Tan pronto como mi mano hizo un movimiento, el broche cambio de forma hasta volverse una fina cadena plateada, con un dije de una luna. Quería dejarles a los dos un regalo a cada uno, aunque para ellos seria algo que según ellos hubieran tenido toda la vida, por lo que no alteraría nada.

Ahora que ya había hecho el de Max, solo faltaba el de Ethan.

Y justamente acababan de llegar, escuché como se abrió la puerta de la academia y junto con ello, las voces de los Black.

Tomé mi diario y salí de la habitación, justo en ese instante también salía papá de su oficina, cruzamos miradas y el solo asintió llevando su mano al bolsillo de su saco.

- Hola muchachos -

Me teletransporté al pie de las escaleras, arrojándoles mis brazos alrededor de sus hombros para abrazarlos a los dos.

- Cero ¿Está todo bien? -

Ethan cuestionó al momento en el que reía nervioso por mi forma de actuar.

El diario de Cero.H Vol. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora