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— ¿Qué tu qué? 

— Que dejé la universidad.

«Dios mío, ¿qué estoy pagando?»

Mi cabeza está a punto de estallar, por más que me paso mi mano por la cara no me ayuda a tranquilizarme, mucho menos la risa de mi abuela.

— ¿De qué se ríe? — Espeta Jungkook con desagrado.

Volteo a ver a Sun Hee que está en medio de nosotros en la mesa, su risa sigue y sigue, desesperándome aún más.

— Esto no tiene ninguna gracia. — Mi rostro no es para nada agradable, tengo la tostada en mi palma rajándose poco a poco por la fuerza que estoy empleando.

— ¿No es esto gracioso? — Dice callando poco a poco su risa. — Es hilarante, no me había reído así en años. 

— ¿Qué? ¿Los dinosaurios no eran graciosos en su época? — Responde Park llevando su cabello hacia atrás.

— Cada día te esfuerzas más en tus formas de molestarme. — Sun Hee deja la taza en su pequeño plato. — ¿Cuánto tiempo más tendré que soportarte?

— Hasta que se muera. — Planto mis ojos en él apenas termina de hablar. — Nosotros estaremos juntos siempre, ¿cierto Taehyung? 

Suspiro una y otra vez de la rabia, ¿por qué me estás metiendo en esto? 

— No cambies de tema. — Mi postura es completamente rígida hacia él. — ¿Por qué dejaste la universidad? Y dime la verdad, sin rodeos. 

— ¿Sin rodeos? — La sonrisa de Jungkook aparece en su rostro, la leche la ha dejado una barba blanca en la parte superior de sus labios. Se me hace tierno, lo he de admitir. — Vale. — Sus pestañas se mueven cada vez más rápido, sus ojos están fijos en mí y aquello extrañamente me gusta. — Tu eres mi razón para dejar la universidad.

— Que maravilla.

— ¿Qué yo qué? Joder Jungkook, en ningún momento te pedí dejar la universidad.

— Pero aun así lo quise hacer y ya lo hice. — Su tono de voz no es brusco, es tierno como el de un niño mimado. — Es por las puras que siga yendo.

— ¿Por qué sería por las puras? — Dice Sun Hee. — Se trata de tu futuro, niño.

— Mi futuro es estar al lado de su nieto. 

La mirada idiotizada de Jungkook me da náuseas, ni siquiera puedo sostener la mirada con la de él por mucho tiempo.

— ¿Qué caraj...? — Me detengo antes de maldecir frente a mi abuela. — Pudimos haberlo discutido antes.

— ¿Por qué? No es como si me pagaras la universidad para que intervinieras en mi decisión. 

Jungkook pasa sus dedos por la parte de arriba de la taza de porcelana, su voz es igual de gruesa que la mía, debe estarme maldiciendo repetidas veces en su cabeza.

— Vale, tienes razón. — Me pronuncio. — No tengo ni voz ni voto en tus decisiones al igual que tú no tienes ni voz ni voto en los gastos con mi dinero. — Le estoy tocando su "tema sensible", no dejaré que me hable de esa forma, mucho menos cuando hace lo que quiere como un adolescente problemático. — Y que yo sepa tus tatuajes fueron pagados con mi dinero, así que me pagarás lo que te costaron esos garabatos en tu piel.

— ¿Qué? — Su rostro se vuelve color papel.

Jungkook no me la va a hacer a mí, a menos que sea bajo mis condiciones.

— Lo que has oído. Verás de donde sustentas tus gastos desde ahora.

Ver como se baja de su pedestal en un momento es una delicia, yo soy el que manda aquí; podremos ser pareja, pero eso no me baja de mi puesto.

Right Now • YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora