Capítulo 4

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Marca

A la mañana siguiente se despertó por el sonido de algo siendo removido.

Entre abrió los ojos, y al acostumbrarse a la ligera luz del lugar, giro la cabeza a la izquierda, buscando el origen del ruido.

Miró con incertidumbre como Hyukjae, -usando sólo un pantalón- había quitado un trozo de pared, y dentro del agujero ponía un objeto plateado y brillante. Volvió a colocar el ladrillo y cuando se giraba hacia él cerró los ojos, haciéndose el dormido.

—Hey— gruñó Hyukjae —, es hora de despertar, su majestad— su voz burlona hizo que frunciera ligeramente el ceño.

Estiró los brazos, estirándose, y bostezo, haciendo su mejor esfuerzo por parecer que acababa de despertar.

—¿Qué? — preguntó, su voz ronca por el sueño.

Vio como el pelinegro rodaba los ojos, mientras recogía su playera del piso, poniéndosela y cubriendo los tatuajes de su pecho.

Estiró su pie, chocando con algo frío. Miró con curiosidad al final de la litera, encontrándose con algo que casi lo hace caer de la cama.

Ahí había un plato con comida.

Nada lujoso, pero que él vio como si del mayor tesoro se tratase. Una manzana, una botella de agua y medio emparedado.

—¿Qué es esto?

—Ayer estabas cansado, en todo el día no comiste nada. Te deje dormir más tiempo y te traje el desayuno— dio como respuesta, encogiéndose de hombros—. Y no te acostumbres, princesa, no volveré a hacer algo como esto. Ahora levanta tu culo de ahí y ve al patio con Sungmin.

—Oh-yo, ¿gracias? Muchas gracias. Supongo— balbuceó sorprendido.

Hyukjae sólo asintió, terminando de ponerse el calzado.

—Hoy te iré a buscar después del almuerzo, te llevaré a que te hagan el tatuaje.

Dicho eso salió de la celda.

Y mientras Donghae comía con desespero la comida que le trajo Hyukjae, ignorando el dolor en sus caderas, varias incógnitas llenaron su mente.

Dirigió la vista al lugar donde Hyukjae había guardado la navaja. Mordió su labio inferior, ¿y si la tomaba? Le serviría para defenderse aquí.

Negó con la cabeza mientras le daba una última mordida a la manzana. Hyukjae sabría que él la había robado.

Aquí la cuestión era, ¿cómo había conseguido Hyukjae una navaja, un almuerzo decente y que él durmiera hasta medio día?

¿Quién era Lee Hyukjae en realidad?



—¡Sungmin! — le llamó, mirándolo sentado sobre una mesa de piedra que había en el patio hablando con un chico de cabellera larga. El pelinegro lo volteó a ver y le sonrió.

Sonrisa que desapareció rápidamente al ver su cuello.

—Así que alguien tuvo diversión anoche, ¿eh? — Donghae lo miró confundido, hasta que recordó la mordida que le había dado ayer Hyukjae en el cuello.

Su mano fue de inmediato a cubrir la marca, sintiendo sus mejillas calientes. Al lado de Sungmin, el chico a su lado soltó una carcajada ante su acción.

—Yo-No, no fui, no quería, en serio, es que sólo, Hyukjae sólo-

—Espera— lo calló Sungmin con el ceño fruncido— ¿Hyukjae? ¿Me estás diciendo que Eunhyuk te hizo eso?

Consume me | Eunhae | AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora