*Capítulo 4*

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"¿Tan dentro de mi te encuentras que me haces querer despertar junto a ti? No se si es una bendición o una maldición tenerte cerca."

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Jungkook salió de ese salón lo más rápido que pudo para ir en busca de Taehyung, le importaba poco si estaba con su hermano y éste lo golpeaba, tenía que verlo. Buscó por cada pasillo, en el lugar favoriro de Tae pero no se encontraba por ninguna parte, ni él ni su hermano.

—Se fueron... —dijo la señora atrás de él sacándole un susto —¿Quién eres, y qué quieres con Taehyung, muchacho?

El azabache no respondió, en cambio se dispuso a dirigirse a un estante de libros de romance que estaba cerca de él y tomó el primer libro que vio y se lo mostró a la señora, con clara intención de tener una excusa para regresar.

—Me llevaré este —SuHan no quiso seguir insistiendo, pero utilizaría otras tácticas para hablar con el.

—Sígueme.

Ambos caminaron hasta llegar a la recepción, ella se acomodó en su silla algo pensativa en si era o no buena idea llevar a cabo lo que estaba a punto de hacer. Le tendio la mano para que le diera el libro y Jungkook se lo entregó, ella lo apuntó en un cuaderno que tenía y luego habló.

—Sólo tienes que darme tu Nombre, tu dirección y tu número de teléfono.

Le entregó el cuaderno para que apuntara sus datos y así fue, en ese orden apuntó sus datos. Aquello era una mentira, ellos solo pedían el número de identificación, y si lo hacían era para aparentar ya que en aquella biblioteca nunca se había llevado a cabo un robo de algún libro. Pero quería averiguar todo sobre ese chico que le hizo recuperar algo de la memoria a su niño.

—Aquí tienes.

Tomó el libro y casi salió corriendo del lugar, no dejaría que su hermano lo separara de él, sentía la necesidad de protegerlo, sentía como si estaba en peligro de algo y que tenía que cuidarlo, investigaría a fondo la enfermedad que tuviera y encontraría alguna cura.

Entró al departamento y para su suerte escuchó que Dalia estaba en la cocina, por lo que decidió pasar silenciosamente a su cuarto, cerró la puerta con seguro y se dejó caer en la amplia cama cerrando sus ojos, todo para él había sido una sorpresa ese día, solo quería dormir ya que al otro día tendría universidad.

Volvió a recordarlo, su piel suave, su olor, su perfume, era algo que lo estaba atormentando, y aún mas porque sabía que el también lo deseaba, lo supo por el gemido de su nombre, no pudo evitar pensar como se escucharía si gimiera su nombre debajo de el rogandole por más, complaciendole con sus suspiros hasta beberse a besos cada uno de ellos. Quería no pensar en eso, pero ese chico tenía la cordura del azabache colgando entre sus manos, como si fuera un títere, sería exagerar decir que fue atracción a primera vista pero así era aquello que había pasado aquella tarde de lluvia en esa biblioteca. Había agradecido haber llegado hasta ahí.

Recuerdame Hoy Y Siempre (Kooktae).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora