Capítulo 8.🥃

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Peleas

Me aferró a lo mismo. Es lo que hay. -Charles Bukowski.



Alessandro

En la sala familiar está la chica de cabello casi blanco, con un vestido corto, pero no exagerado de color negro. A su lado está el hombre que conocí hace un par de meses, está vestido casual, con un pantalón jean y una camisa de cuadros azul.

—Te encanta Palermo, hace no mucho estuviste aquí —hago presencia en mi sala de estar.

—Oh cariño —Hailee ya está de pie, con una sonrisa en sus labios y abrazándose por el tiempo que no me ha visto.

—Julián —saludo cuando ella se aparta de mí.

—Disculpa si estoy aquí sin avisar —estrecha mi mano— pero hay muchas cosas de las que hablar.

—Pues tengo una agenda sumamente organizada y esto sale de los planes.

—Improvisa —reclama Hailee— esto es importante. Muchas cosas están pasando. Hay noticias malas y buenas.

—Las buenas —me siento en uno de los sofás mientras Pia me sirve algo de ginebra.

—Mi boda será en un par de meses —busca algo en su cartera de diseñador— y por supuesto que estás invitado, así que has espacio en tu agenda.

Me entrega un sobre dorado con destellos rosas. Como destinatario está mi nombre junto con el de Gianna.

—Ábrelo cuando estés con tu esposa. Quiero que los dos la vean juntos.

—Gracias por la invitación —la dejo en la mesa de centro.

—No hay de qué —sonríe una vez más—. Bueno pues a consecuencia de mi matrimonio, Mattia vivirá conmigo en Las Vegas y su padre lo sacará de su herencia, porque es un machista que según él es dominado por una mujer y es ahí donde quiero un favor tuyo.

Ya sé por donde va esta conversación.

—No voy a matar a Romeo Testa —ya me río.

—No es lo que quiero

—Hailee, no soy tonto. Soy el rey de Italia y solo me faltan dos territorios para controlar todo. Pero no pudo solo ir y matar al jefe de la Sacra o de la 'Ndrangheta. Mi esposa tiene acuerdos con ellos.

—Alessandro sería muy fácil acabar con ellos tenemos todo a nuestro favor. Solo así dominas toda Italia, un paso para dominar Europa y lo sabes...

No hablo, el llanto de mi hija se hace presente en casi todos la casa, escandaloso y muy fuerte. Oh Alessia, te encanta llamar la atención. No pasa demasiado cuando Aylna baja con la niña en los brazos y el caballo de felpa que tanto le gusta.

—Señor —Alyna ya está poniéndola en mis brazos.

—Ya está, princesa —la tranquilizo— estás con papá.

Y se calma, su llanto para y solo se aferra a mí tratando de acurrucarse. Es muy seguro que se ha levantado de su siesta y Alyna no ha podido

—Es una niña hermosa —Hailee ya está a mi lado para ver más de cerca a mi hija— es igual a ti.

—Por eso es hermosa —ella se ríe.

—Presumido —la rubia toma su mano, pero de inmediato ella la aparta y se acurrucó aún más.

Senza Mafia © | ITALIA 2 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora