••Sorpresa y Actuación••

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En el momento en que se esfumó, experimente varios sentimientos en uno. La felicidad estaba presente, pero a la vez, el desgano y la nostalgia habían surgido.

No me explicaba porque me sentía así, sin embargo, decidí ignorar y seguir con mi vida.

De camino a casa llamé a Thomas. Después de un largo interrogatorio por mi falta a clases, lo convencí con una pequeña mentira de que no me sentía bien, tampoco pretendía decirle la verdad. Esté como buen amigo decidió llevarme los apuntes más tarde.

Justo cuando llegue, Lady iba de salida, espere un rato hasta que su auto se alejo lo suficiente y entré. Fuí directo a la cocina y tomé suficiente comida para el almuerzo y la cena, pero en el instante en que me encontraba envolviendo unos emparedados escuché una música.

«Quizás Lady dejó el equipo de música encendido» pensé.

Me acerqué al salón, dónde se encontraba, pero, esté estaba apagado.

-¿Que?, estoy segura que escuché una música -dije confundida.

De pronto, lo confirmé al oír Blinding Lights que venía desde el piso de arriba. Apresurada subí las escaleras y mientras más me adentraba por el pasillo, la voz de The Weeknd se hacía presente.

Quedé boquiabierta al darme cuenta que venía de mi habitación. De una vez por todas gire el pomo de la puerta, llevándome la sorpresa de que el ser imaginario estaba sobre mi cama bailando y tarareando el coro de la canción.

Esté se giró sonriente, dedicandome un fuerte y largo ¡Holaa!.

-¿Pero que haces aquí?, se supone que desapareciste para siempre -protesté

-Es correcto, desaparecí por media hora, pero ya volví -respondió.

-¿Por qué?, ¡Hice lo que me dijiste! -dije irritada.

Esté rodeó los ojos, la música dejó de escucharse y el ambiente quedó silencioso.

-Pues, es que hubo un error -informó.

-¿Error?, ¿Cuál error? -pregunté.

-Es que nos saltamos una que otra regla -declaró.

-¿Reglas?, tú jamás mencionaste que existían unas reglas -

-Y tu jamás preguntaste, además, ayer mismo te las iba a decir, pero la señorita malcriada se fué a dormir, ignorandome, dejándome sólo y en el olvido -contradijo-. En parte es culpa tuya.

Ésto era sumamente indignante, me lancé en la cama y descargué un grito en la almohada.

-Ya le dió el "vainolio" -murmuró.

-¡Estoy molesta!, necesito que te vayas -exclamé.

-¡Oh!, ¿En serio?. Pues, lo lamento muchote, pero ya me sellé en ti -

-¡Quee!, a qué te refieres con sellar -dije dudosa.

-Una de las reglas dice, que al nombrar a un amigo imaginario, se forma el vínculo o la conexión entre él y su portador -

-¡Yo no quise ésto!. Te nombre con la intención de que te fueras, no para que te quedaras -recalque.

-¡Lo quisiste!. De otro modo, no hubiese regresado, ahora estuviese tomando el sol en el Triángulo de las Bermudas -lamentó.

Me levanté, caminando alrededor de la cama. Mis manos comenzaban a ponerse heladas y sudorosas. Debía de buscar una solución.

-¿Cuántas reglas son?. Ha de existir una que cancelé el vínculo ¿No? -

Tres CondicionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora