Parte única

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Neta, este es un one-shot que se me ocurrió de la nada.

Es triste, no me hago responsable por la depresión que viene después de esto.

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Podía oler la sangre hirviente que había en el lugar, podía escuchar los gritos de guerra de sus compañeros de otras sectas y los de cadáveres feroces que enviaba una persona para atacarlos, podía sentir el el calor del fuego que habían iniciado los Jin para evitar el escape de los remanentes Wen y del Patriarca de Yiling.

Él estaba ahí para acabar con la vida de quien había arruinado el mundo de su hermano menor.

Wangji había sido maldecido por Wei Wuxian, le había colocado un hechizo sin que nadie se diera cuenta hasta que fue muy tarde. Su hermanito había ido en contra de su secta para defender al malnacido, había alzado su espada contra su tío y los ancianos, y por más que gritó su nombre y súplicas para que se detuviera, el hechizo era más poderoso.

Lo bueno fue que cuando se entregó pudo parar el castigo alegando que su hermano no tenía la culpa, sino que el responsable de todo eso era el omega que se encontraba a salvo en los Túmulos Funerarios. Logró convencer a los ancianos de la secta que si mataban a Wei Wuxian, Lan Wangji volvería a ser el mismo.

Le dolió un poco el tener que encerrar a su hermano y bloquear sus poderes para evitar que se escapara. Le oculto el asedio que habían planeado las otras sectas para al fin terminar con la molestia en la que se había convertido Wei Wuxian porque sabía que su hermano pelearía con dientes y uñas para ir a salvarlo.

Todo eso se lo recomendó su hermano A-Yao, él no se había dado cuenta del hechizo hasta que el mismo A-Yao le había señalado que desde que su hermano había regresado de Yiling–donde se encontró a Wei Wuxian– se había estado comportando extraño. Él le había dicho que lo más probable es que ese monstruo se hubiera aprovechado de la amistad que tenía con su hermano y le haya puesto un hechizo.

Volviendo a la guerra, buscaba entre el fuego y la sangre aquellas túnicas negras para obligarlo a liberar a su hermano y matarlo en el proceso.

Vio por el reojo a un discípulo de secta Jin acabar con la vida de una anciana que corría, o bueno, lo que parecía ser una anciana. La secta Jin había descubierto mediante sus espías que Wei Wuxian había creado unos talismanes ilusorios que disfrazaban su ejército de Wens en gente común, mayormente ancianos o jóvenes omegas sin núcleo. Realmente era una persona despreciable, y pensar que lo había conocido como un joven vivaz y sonriente, de saber que se iba a convertir en esto lo hubiera asesinado desde ese momento.

Mientras corría asesinaba a cuanto Wen o cadáver le apareciera delante hasta que lo encontró.

Encontró al bastardo responsable de las desgracias de su hermanito peleando con su propio hermano.

Le pareció curioso que no hiciera nada más que protegerse el abdomen mientras esquivaba los ataques de Zidian y Sandu, las armas de Jiang Wanyin. Lo más seguro es que tuviera el Sello de Tigre Estigio entre sus túnicas y estaba esperando ocuparlo.

Sin pensarlo ni un minuto más, corrió hasta quedar en su espalda y lo atravesó por el abdomen esperando destruir esa maldita cosa.

Cuando su espada se llenó de sangre escuchó el grito más terrorífico que hubiera presenciado en su vida.

–¡BAOBEI!–fue lo que dijo Wei Wuxian mientras caía de rodillas y sostenía su abdomen; gruesas lágrimas caían por su rostro.

Sintió repulsión de que el omega llamará a su maldito sello como si fuera un hijo, un bebe para ser más claros.

El Llanto de GusuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora