Equipo Lobo

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«—Los gobiernos del mundo y sus líderes corporativos no quieren que hablemos, ¿por qué?, porque liberamos verdades, destapamos villanos, exorcizamos demonios».

-o-o-o-

A pasos gigantes y con los ojos inyectados en furia, Genma pateó la puerta de Kakashi tan fuerte que toda la estructura protestó ante el golpe y estaba casi seguro de haber oído la madera crigir. Sin embargo, nadie salió a su encuentro.

Su sangre bulló con más rabia y lanzó una segunda parada que fue a estrellase contra la maseta vacía junto a la puerta.

—¡Demonios, abre!

Escuchó murmullos tras las puertas cercanas y se percató que tal vez si humor poco alterado vino a incomodar a los otros residentes.

Le valía lo mismo, pensó, ni los conocía ni le importaba.

Nunca entendería por qué luego de tantos años Kakashi aún seguiría viviendo en un mugroso complejo de apartamentos civiles. Estaba mal pintado, casi tan viejo como todos sus habitantes y siempre olía a sopa.

—¡Sé que estás ahí! —rugió— Abre la puerta o la derribaré.

No recibió respuesta alguna, dejándolo en las mismas.

Golpeó suavemente la puerta con la frente mientras intentaba ordenar en su mente todos los lugares posibles dónde podría encontrar a Kakashi y que no involucran a nadie del equipo.

Típico de Kakashi.

Desde jóven—y él ya debia haber acostumbrado a eso— ponía a sus subordinados a correr de allá para acá tras sus faldas.

Cuando el halcón oficial de la Hokage picoteó la ventana de Genma, aún ni siquiera había amanecido por completo, y traía en la pata el pergamino oficial que lo convocaba a una misión S. No había detalles, ni ubicaciones ni instrucciones. Solo una hora exacta y la palabra clave que terminaba por confirmar que citaba a todo el equipo por igual.

Genma entonces, preparó un par de pergaminos estándares, el equipo que solía usar y la muda de uniforme que era necesaria, pero se detuvo frente a la puerta a comer su sandwich mientras intentaba sacar la fuerza de voluntad. Decir que no al Hokage era un pase fijo a una prisión por desacato, pero romperle un par de huesos a Kakashi antes de que estuvieran de servicio era un vacío legal que estaba obligado a aprovechar. Así fue que lo busco y se enteró que no estaba en las fosas nasales de Minato, y el monumento tenía un par de días que no recibía su visita.

«—¿Kakashi san? No, no lo he visto desde que bajo a mi gato del techo.»

«—Nunca lo encontrarás si no quiere que lo encuentres.»

«—Hace unos días discutió con Haruno san frente a la torre, no lo veo luego de eso»

El castaño, a punto de resignarse, recurrió al lugar donde jamás lo encontraría pero debía intentarlo. Apartamento 13B, la puerta no cerraba bien en la parte de abajo y tenía marcas de garras de perro por todos lados, la cerradura cubierta por una fina capa de polvo que bien podría indicar que Kakashi no llegaba hace unos cuantos días o de plano no la usaba en lo absoluto.

Se inclinaba más por la segunda opción.

—¿Buscas a 13B? —una mujer anciana y regordeta asomo la cabeza desde el pie de la escalera.

Genma tardó un par de segundos en identificarla como la casera desafortunada y amargada que patrullaba a los pasillos en busca de algo por lo que reclamar.

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