T2:E11: Tiempo De Olvidar

186 17 14
                                    

-Hola -mi voz sale sin pensar. Todo mi aliento se corta.


No sabía que decir, la madre de Sydney estaba parada frente a mi, mirándome de la misma forma en la que Sophia lo había hecho.

-¿Harry? -dice cubriendo su boca con su mano.


Sonrío, ella me miraba tan ilusionadamente, pero la pregunta era dónde estaba ella, dónde estaba Sydney.

-Soy yo -digo encogiéndome de hombros. La mujer rápidamente se acerca a mi para sostenerme en un abrazo.

Habían sido pocas las veces que vi a Marla, pero a pesar de eso, pude encontrar un gran cariño en ella, nunca fue como todos decían.-Sé que es una locura esto, pero necesito verla, ¿Dónde está ella? -veo como su sonrisa se borra de un instante a otro.

-Sydney no está en casa. Salió hace cinco minutos -responde-¡Espera, Harry!, ¿A dónde vas?

-Marla exclama cuando me ve caminar de prisa.

-A buscarla.

-¡Espera!. Harry necesitas pensarlo bien -veo como los ojos de la mujer se cristalizan-Sydney ha pasado por mucho desde esa noche... Esto va ser muy duro para ella. Por favor, solo piénsalo -puedo escuchar como su voz se quiebra. No quiero hacerlo, no quiero pensarlo, solo quiero estar cerca de ella.

-Deberías escucharla, Harry -Sophia se acerca hasta nosotros.

-No lo entienden. Tengo que verla... tengo que decirle cuando la sigo amando. -siento finalmente mi voz quebrarse.

-Solo... déjame hablar con ella... será mucho más fácil, ¿de acuerdo? -Marla súplica.



No me quedaba más opción. Acepto. Quizá era verdad, había que ser realistas, Sydney creía que yo estaba muerto y quizá sea una mala idea borrar eso de su mente de golpe.

***

-Lo siento, sé que deseabas verla -Sophia me mira, pero no respondo-Escucha. Fue una mala noche, planeaba salir con algunos amigos de la universidad, sería bueno que fueras.

Sophia me mira con algo de compasión y lástima a la vez. Limpio mis lágrimas y asiento, aceptando su invitación. Solo quería olvidarme de esto.

-Así que... dime, ¿qué te trajo a California? -Sophia pregunta mientras conduce.

-Trabajo. Soy militar de las fuerzas armadas -Sonrío cuando la chica rubia me mira algo extraño-Me dieron una licencia de varios meses para entrenar a algunos estudiantes.

-¿Cómo llegaste a ser militar? -Sophia frunce el ceño algo confundida.

-Larga historia. De hecho, muy larga.

Después de unos minutos en el auto, Sophia se detiene frente a un lugar que parecía un Bar juvenil donde puedo observar muchos chicos fuera bebiendo y bailando-¿Y esto? -pregunto.


-Es uno de los mejores bares de San Diego. -Sonríe.



-Ya no tenemos edad para esto, ¿sabías? -alzo la ceja burlonamente.

-Solo cállate y entremos -ríe bajando del auto.

La espera para entrar al famoso bar había sido larga. Finalmente entramos, no había más que miles de chicos y luces juntamente con música demasiado alta para ser verdad. Había una pista al centro y las barras de alcohol se mantenían en la terraza que dejaba ver todo el panorama. Hacía mucho tiempo que no pisaba uno de estos, para ser sincero, no era lo mío.

Cuando subimos hasta las barras y mesas Sophia camina hasta un grupo de chicos que la abrazan amistosamente. Estrecho sus manos presentándome pero ellos no parecen poner tanta atención. Tomo asiento en una de las mesas que dejaba ver todo el centro de la pista.

Sophia y sus amigos parecían estar disfrutando la noche, sin embargo, en mi mente solo podía pensar en ella. En que había estado tan cerca.


A lo lejos puedo notar a una pareja de jóvenes bailando mientras se miraban uno al otro, trayéndome recuerdos del pasado, la manera en que ellos se miraban me hizo recordarla de nuevo, me hizo recordar todas las maravillas que se sentía estar cerca de Sydney Roberts.

Esto no era para mi, tomo el último trago de mi cerveza para levantarme. No quería arruinar la noche de Sophia así que me escabullo sin que lo note. Eran tantas las personas que había que casi no podía avanzar. Las luces multicolor me cegaban por completo, ya había perdido la cuenta de las personas con las que había chocado. De pronto, siento un golpe en mi hombro cuando alguien pasa a mi lado-Lo siento-dice sin detenerse. Y es cuando todo mi ser se congela.



-Sydney. -susurro cuando me percato de su voz, era ella.

No se cuanto tiempo tardo en reaccionar. Lentamente me giro, esperando aún verla cerca. Sin embargo, siento como prácticamente toda mi alma y corazón se quiebran cuando la veo.

Estaba sonriendo. No estaba sola, un hombre la sostenía en sus brazos, como yo solía hacerlo. Siento un nudo en la garganta cuando me doy cuenta de lo que estaba sucediendo. Ahí estaba ella, en los brazos de otra persona.


Solo puedo sentir mis lágrimas deslizarse sobre mis mejillas y toda la ilusión que tenía de volver a verla, de poder decirle cuanto la amo se desvanecen por completo. Entonces lo supe, supe que era hora de marcharme. De olvidar.


S A F E || Segunda Temporada || H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora