Capitulo 40

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UN JUEGO DEL DESTINO
DEL ODIO AL AMOR 💘

CAPITULO  40

Shishinki:
Querido Kohaku, bienvenido, espero que hayas cumplido con lo pactado.

Kohaku:
No pude conseguir todo el dinero.
(Dejando el bolso encima del escritorio)
Pero está la mayor parte, dame un nuevo plazo.

Shishinki:
Un nuevo plazo, no creo que eso le agrade a Magatsuhi y dime, quién es está belleza que te acompaña.

Kohaku:
No vine a hablar de ella, llama a Magatsuhi, yo hablaré con él.

Shishinki:
(Dándole una bofetada a Kohaku)
Cállate mocoso, quien da las órdenes aquí, soy yo.

Rin:
No lo golpees.

Kohaku:
(Limpiando su boca)
Cállate Rin.

Shishinki:
(Acercándose a Rin y oliendo su cabello)
Así que Rin, hermosa Rin.

Sesshomaru fue directamente a la cocina, pues se le hacía extraño, no haber visto a la castaña desde que se levantó.

Kaede:
Mi niño, que haces aquí.

Sesshomaru:
Nana, haz visto a Rin.

Kaede:
La vi hace un poco más de una hora, creo que iba de salida, estaba hablando con Kagura.

Sesshomaru:
Por favor, dile a Kagura que la espero en el despacho.

Kaede hizo lo que el platinado le pidió, a los pocos minutos, la ojicarmin se dirigía al despacho.

Tocando la puerta.

Sesshomaru:
Adelante.

Kagura:
Querías verme.

Sesshomaru:
Sabes dónde está Rin ❓

Kagura:
(Dudando)
No...
Bueno, ella no quería que lo supieras.

Sesshomaru:
(Molesto)
Que no supiera que❓

La ojicarmin le contó todo lo que sabía, la deuda de su hermano, la venta de las joyas y a dónde se había quedado de encontrar Rin, con su hermano.

Sesshomaru:
(Gritando enojado)
Maldición Kagura, porque no me lo dijiste.

Kagura:
Yo le dije que lo mejor era decirte, nos hemos hecho amigas y no quería traicionar su confianza.

Sesshomaru:
No entiendes, puede estar en peligro, por culpa del incompetente de su hermano.

Kagura:
Perdoname, pero si sirve de algo, le di mi celular, talvez puedas encontrarla por el localizador.

Sesshomaru:
Gracias, eso será de utilidad.

Kagura salió del despacho.

💭
Llamar a la policía sería algo demasiado tardado, además, no hace mucho tiempo que Rin salió, así que sería inútil, Inuyasha, si, el podría ayudarme.

El platinado tomo su teléfono, marcando el número del investigador.

Inuyasha:
Señor Taisho.

Sesshomaru:
Necesito tú ayuda, te espero lo más pronto posible en mi casa.

Rin:
No me toques.

Shishinki:
Pero que piel tan suave tienes.
(Mirando a Kohaku)
Que te parece, si me cobró lo que falta, con tu bella hermana.

Kohaku:
No te atrevas, antes te mató.

Shishinki:
Y dime, cómo harás eso.
(Riendo)
Portense bien, en un momento regreso.

Uno de los guardaespaldas entro a la oficina para vigilarlos, mientras tanto Shishinki, llamaba a su hermano para ponerlo al tanto.

Magatsuhi:
Diga.

Shishinki:
Hermano, tengo al chico, trajo una fuerte cantidad de dinero, pero no cubre la totalidad de la deuda.

Magatsuhi:
Maldito Kohaku.

Shishinki:
Que hago❓

Magatsuhi:
Mátalo.

Shishinki:
Su hermana está con él.

Magatsuhi:
Mátalos a los dos.

Shishinki:
No crees que sería mejor dejarlos vivos, así podrías recuperar lo que falta.

Magatsuhi:
Esto no funciona así y lo sabes, te estás ablandando o fue que la chica te gustó.

Shishinki:
No hay necesidad de...

Magatsuhi:
Yo decido lo que se hace, tú solo sigue mis ordenes, quieres divertirte con la chica, hazlo y luego mátala, la próxima vez que me llames, es porque ya cumpliste mis ordenes.

Shishinki colgó el teléfono, pensaba en que talvez su hermano se estaba excediendo, pero fue así como logro tener su imperio, no podía ayudarles, si lo hacía, tarde o temprano se enteraría y no tendría miramientos para matarlo, ni siquiera por ser su hermano, caminó a paso lento hacia la oficina, al entrar vio allí a la chica, tan indefensa, sabía que no tenía nada que ver en esto, solo su inmenso amor de hermana.

Shishinki:
Saca al chico por la puerta de atrás, súbelo al auto, en un momento voy.

Kohaku:
De ningún modo te dejaré solo con mi hermana.

Shishinki:
Querido Kohaku, ya no importa lo que pase, la orden fue dada.

El castaño quedó helado ante las palabras de Shishinki, pues sabía a lo que se refería.

El guardaespaldas lo saco de la oficina.

Kohaku:
(Gritando)
Rin... Perdoname!!!

La castaña lloraba, pues entendía, los iban a matar, en ese momento cerró los ojos y recordó al hombre que amaba, lloraba sin dar tregua, pensaba en todo el tiempo que había perdido por su orgullo, amaba como nunca amo a nadie, a su hombre de ojos dorados, lo que más lamentaba, era no poder verlo una vez más... 



Continuará....





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