Mi Querido Perdido (Una historia de Takatsuki Sen)

5: ゲヘナ (Gehena)

Las horas trascurrieron y
Ya acostado no podía parar de pensar, en aquella dirección.
"Es una cafetería... se dice por ahí que ella lo visita frecuentemente"

La ansiedad y emoción de verlo con sus propios ojos destrozaron cualquier rastro de sueño, ansioso por ver el local se vistió sin importarle que el reloj marcara las 3:00 am.

No debía salir a esas horas, Irirmi se lo repetía hasta el cansancio pero como siempre le desobedeció.

Listo con sus prendas negras salió en total sigilo, siguiendo aquella dirección preguntándose [¿Que son todas estas emociones que surgen con solo escuchar su nombre?] Sabia a la perfección que esto no era originado por su belleza, pues esos sentimientos eran latentes cuando no conocía su sexo ni físico, intento encontrar una respuesta sin embargo su esfuerzo fue en vano.
Sin darse cuenta ya se encontraba en el lugar, el cual obviamente estaba cerrado pero al menos logro eliminar esas sensaciones sofocantes, observo con atención el sitio a través del cristal con un miedo en incremento, ya que sabía que ella nunca conocerá de su existencia.

Quiso marcharse, no obstante, los pasos escándalos que provenían de la izquierda lo obligaron a girarse, parpadeo y sintió como era empujado contra el cristal, abrió los ojos viendo una morada cabellera alejarse, y en esa misma dirección observo como su amado libro estaba a punto de ser destruido por un charco de lodo, reacciono rápido y se abalanzo sobre el suelo manchando su ropa y piel, pero el libro está a salvo y eso es lo que importa.

Vio en la dirección anterior enfadado e hizo contacto visual con aquella linda mujer [Si pudiera usar mi kagune esa chica ya estaría muerta]
Ella volvió a fruncir el ceño y continúo corriendo.

Enfadado el joven se deshizo de su sudadera tirándola al suelo, por suerte su camiseta estaba intacta, pero no podía decir lo mismo de sus pantalones sin embargo la mayor parte se la llevo la prenda superior por lo que podría aguantar.

Limpiándose el trasero, continuó su camino de regreso con mal humor.

Al instante un sádico recuerdo recorrió su mente, pues escucho unos gritos desesperados al fondo de la calle, pero esta vez algo le decía que no fuese, esta sensación era similar a cuando leyó el libro de su querida historia. Sintiendo que si se acercaba nuevamente su vida cambiara radicalmente ya sea para mal o para bien, pero si algo había aprendido es que gritos pidiendo por ayuda a esas horas no traía nada bueno. Y aun con esa presión en el pecho su terquedad gano y creyéndose un héroe siguió los gritos.

Al llegar se escondió en unos botes de basura, escuchando tres voces pidiendo por clemencia y una cuarta la cual erizo su piel, con miedo asomo su cabeza y de todo lo último que esperó fue esto... Nunca logro leer su archivo completo pues de solo ver la fotografía su alma se aterraba, El Búho de un Ojo estaba frente a él...
-P-por f-favor...-Gimió la mujer de rodillas, la risa que soltó esa cosa lo congelo-M-mátame a mí, pero deja a mis hijos...-
-Nop-Tras dar un grito horroroso abrió la boca y con su lengua lamio a los tres.

Por más asustado que este no dejaría que otra familia pasara por algo así... Por lo que se levantó y a sabiendas que no saldría vivo se enfrentó al mismísimo diablo.

Se coloco frente a la familia gritando.
-¡Corred!-Escuchar y ver a ese niño no hizo más que ensanchar su macabra sonrisa. La mujer y los menores acataron la orden, al ver sus acciones disparo cientos de cristales en su dirección.

Sin embargo se opuso recibiendo el ataque, ensangrentado y adolorido observo detrás suya y al no ver nada una estúpida sonrisa se marco en su rostro, cayo de rodillas escupiendo sangre.
-¿Te das cuenta lo que acabas de hacer?-Cada letra era peor que su mayor pesadilla, pero eso no le detuvo.
-S-si-Su cuerpo empezó a regenerarse-Acabo de detenerte-Con dificultad logro reincorporarse.
-¿Detenerme?-De nuevo se rio, un pequeño ardor recorrió su ojo, volviéndose este rojo-Ahora desearas no haber nacido-
-Tendrás que esforzarte-Musito con valentía-Pero sin importar lo que me hagas no dejaré que sigas matando personas, por gente como tú el mundo es así-De nuevo como hace cuatro años sintió un calor en su espalada baja.
-¿Culpa mía?-Dijo sonriendo-Tienes huevos lo admit...-Callo al ver su kagune. Ese color oscuro con trazados azules no hizo más que emocionarla, Era su hijo... Y eso significaba que este niño era igual que ella, que a pesar de tener ambos kakugans seguía siendo un hibrido y por ende más fuerte que la mayoría.